SANTAS CHILENAS TIENEN ÉXITO EN ESPAÑA
Las primeras variedades de frambuesas desarrolladas en el país han demostrado buenos rendimientos y también una calidad óptima que lleva al dueño de la licencia a España y Portugal a proyectar muy buenos resultados. Además, están en Italia, Australia y México. S on tres santas: Clara, Catalina y Teresa. Hijas de padres chilenos, nacieron y crecieron en el país, y cuando estuvieron listas, en 2015, comenzaron a salir al mundo. Huelva, en España, fue una de sus paradas. Allí Enrique Masiá, director técnico de la agrícola Masiá, las acogió, les dio el espacio y los cuidados que necesitaban. Hoy las primeras variedades de frambuesas chilenas le agradecen con resultados que el español reconoce, al menos en dos de ellas, como excelentes. "La primera parte del proyecto ha dejado muy buenos resultados, especialmente con Santa Catalina y Santa Clara, que se comportan como variedades muy competitivas para lo que se pretende hacer en Europa. En el primer año han estado por sobre las expectativas que se tenían. En Huelva, ya superaron a Adelita tanto en sabor como en volumen. Si bien son plantas nuevas, están con tres kilos por planta, lo que nos lleva a ilusionarnos para el segundo año", comenta el ingeniero agrónomo. Las tres santas fueron desarrolladas por el equipo de breeding de la Facultad de Agronomía de la Universidad Católica liderado por Marina Gambardella, después de que el Consorcio Tecnológico de la Fruta decidiera, en 2006, que se requería contar con variedades propias para ser más competitivos. "Se vio que había que apostar por variedades propias que nacieran adaptadas a las condiciones locales, pero que además viajaran bien", cuenta Sergio Maureira, gerente del Consorcio Tecnológico de la Fruta. La apuesta inicial era el mercado local, sin embargo, a medida que Marina Gambardella mostraba ejemplos de sus avances en encuentros internacionales, los productores de otras partes del mundo comenzaron a consultar al respecto. "Sorpresivamente y aun cuando no se estaba buscando todavía venderlas al exterior comenzaron a llegar consultas sobre ellas", comenta Maureira. Así, en 2015 en el consorcio concretaron el primer envío de plantas a España y en 2016, licenciaron la representación para España y Portugal a Enrique Masiá. Hasta seis cosechas Por ahora, en España, incluida Islas Canarias, se han plantado poco más de 5 hectáreas de parcelas de ensayo con estas nuevas variedades, en las que hay algo más de 63 mil plantas. Y a pesar de que la superficie puede parecer poca, para los españoles ha resultado una experiencia óptima. Hay que considerar que esta es una fruta que se planta para producir en pleno invierno, por lo que la están trabajando en invernaderos. Con ello tendrían una variedad que les permita contar con fruta cuando ellos no tienen producción. Pero además de obtener buenos resultados, tanto en rendimiento como en calidad, les han encontrado otras ventajas. "Con Santa Catalina, por ejemplo, hemos visto que se pueden programar las podas y vuelve a dar. Es decir, podemos obtener cerca de seis producciones al año. Pero además tiene un buen calibre, siempre que se realicen las prácticas agronómicas adecuadas", cuenta Masiá. Y agrega que con Santa Clara los resultados también han sido buenos. Sin embargo, Santa Teresa no ha funcionado tan bien, básicamente porque presenta problemas de desgrane "y no se comporta de manera tan competitiva como las otras dos", explica Enrique Masiá. El español recalca que "nuestras expectativas son muy altas, por la calidad de la fruta y el buen rendimiento. Hay que considerar que esto está planificado para cambiar las plantas cada 24 meses, por lo que las perspectivas son muy buenas. Con lo que hemos visto, pensamos que lo que se viene es incluso mejor". Se espera que en el próximo invierno europeo ya habrá fruta a la venta, y que para la próxima temporada podrían estar entregándose nuevas plantas. A pesar del éxito que las nuevas variedades están teniendo en el exterior -ya están licenciadas también en Italia, Australia y desde este año en México- y aunque fueron pensadas como una alternativa para el recambio varietal en el país, acá no han tenido la misma respuesta. "Ha sido muy complejo entrar en Chile", recalca Maureira y agrega que no han podido descubrir la razón. De hecho, solo hay cerca de 40 hectáreas plantadas. 5 HECTÁREAS están plantadas en España y con buenos resultados. 40 HECTÁREAS es la superficie plantada en Chile hasta ahora.
Gambardella, después de que el Consorcio Tecnológico de la Fruta decidiera, en 2006 que se requería contar con variedades propias para ser más competitivos.
"Se vio que había que apostar por variedades propias que nacieran adaptadas a las condiciones locales, pero que además viajaran bien", cuenta
Sergio Maureira, gerente del
Consorcio Tecnológico de la Fruta. La apuesta inicial era el mercado local, sin embargo, a medida que Marina Gambardella mostraba ejemplos de sus avances en encuentros internacionales, los productores de otras partes del mundo comenzaron a consultar al respecto.
"Sorpresivamente y aun cuando no se estaba buscando todavía venderlas al exterior comenzaron a llegar consultas sobre ellas", comenta Maureira. 5 HECTÁREAS están plantadas en España y con buenos resultados. Así, en 2015 en el consorcio concretaron el primer envío de plantas a España y en 2016 licenciaron la representación para España y Portugal a Enrique Masiá. I HASTA SEIS COSECHAS Por ahora, en España incluida Islas Canarias, se han plantado poco más de 5 hectáreas de parcelas de ensayo con estas nuevas variedades, en las que hay algo más de 63 mil plantas. Y a pesar de que la superficie puede parecer poca, para los españoles ha resultado una experiencia óptima. Hay que considerar que esta es una fruta que se planta para producir en pleno invierno, por lo que la están trabajando en invernaderos. Con ello tendrían una variedad que les permita contar con fruta cuando ellos no tienen producción. Pero además de obtener buenos resultados, tanto en rendimiento como en calidad, les han encontrado otras ventajas.
"Con Santa Catalina, por ejemplo, hemos visto que se pueden programar las podas y vuelve a dar. Es decir podemos obtener cerca de seis producciones al año. Pero además tiene un buen calibre, siempre que se realicen las prácticas agronómicas adecuadas", cuenta Masiá. Y 40 HECTÁREAS es la superficie plantada en Chile hasta ahora agrega que con Santa Clara los resultados también han sido buenos. Sin embargo, Santa Teresa no ha funcionado tan bien, básicamente porque presenta problemas de desgrane "y no se comporta de manera tan competitiva como las otras dos", explica Enrique Masiá. El español recalca que "nuestras expectativas son muy altas, por la calidad de la fruta y el buen rendimiento. Hay que considerar que esto está planificado para cambiar las plantas cada 24 meses por lo que las perspectivas son muy buenas. Con lo que hemos visto, pensamos que lo que se viene es incluso mejor". Se espera que en el próximo invierno europeo ya habrá fruta a la venta, y que para la próxima temporada podrían estar entregándose nuevas plantas. A pesar del éxito que las nuevas variedades están teniendo en el exterior —ya están licenciadas también en Italia, Australia y desde este año en México— y aunque fueron pensadas como una alternativa para el recambio varietal en el país, acá no han tenido la misma respuesta.
"Ha sido muy complejo entrar en Chile", recalca Maureira y agrega que no han podido descubrir la razón. De hecho solo hay cerca de 40 hectáreas plantadas.