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La actriz Antonella Ríos sufrió la mala onda de los odiosos y odiosas de Instagram
Algunas de sus características: incapaces de sentir empatia por el otro, inseguros, sin filtro mental y sus más ácidos comentarios los lanzan de madrugada.
Teresa Vera Difaman, insultan, boicotean y se encargan de hacerle la vida a cuadritos al prójimo. Son los haters hombres y mujeres que usan las redes sociales para descargar su mala onda y recurren a la crítica como su herramienta perfecta. Entre el largo etcétera de damnificados está la actriz Antonella Ríos que los odiosos chilenos se han dado el lujo de hasta calificarla como "vulgar" por su foto, en que promociona una chaqueta motoquera y está en topless.
Agresión masculina "Los haters predominan en Twitter, ya que es una de las redes sociales más agresivas y de contingencia política deporte, gobierno", precisa Alvaro Sepúlveda, fundador de la agencia Power Influencer dedicada a rostros que generan movimientos en las redes sociales.
"De los comentarios negativos, 70,3% corresponde a hombres y 29,7% a mujeres", explica y detalla que hay 1,7 millones de usuarios. Otras cifras: en Facebook hay entre 10 a 15 millones de usuarios activos. El mayor porcentaje se ubica entre los 25-34 años.
52% son mujeres y el 48% hombres. En Youtube, cuenta Sepúlveda, "hay 11 millones de chilenos, es decir 81%".
Mujeres iracundas En el caso de Instagram hay 4.8 millones de usuarios. "Me atrevería a decir que tres millones corresponde a mujeres porque, a diferencia de Twitter, aquí manda la moda el retail, la belleza y de ahí el comentario tan machista y con odio de las mujeres hacia Antonella", acota Sepúlveda. Asegura que al in box de la actriz llegaron "muchas disculpas y le pidieron que no se bajoneara". En tanto, contactados seis usuarios de Instagram que opinaron negativamente del físico de la actriz y que haya posado para la foto, optaron por el silencio. Según la socióloga Alicia Pincheira, "las mujeres, en general, son poco solidarias entre ellas. Si alguien la encuentra bonita y que se ve bien con tal o cual prenda, inmediatamente la otra dice: "Sí, se ve bien, pero los zapatos no le combinan". En el tema de Antonella Ríos estima que "es pura envidia porque ella es exitosa, atractiva y se atreve a promocionar una chaqueta sin sostén. Siempre hay un grupo de amargadas y resentidas que al éxito siempre le encuentran algo malo y ahora con internet se dan licencia para hacer comentarios violentos sin dar la cara".
¿Por qué lo hacen? Estos mala onda "tienden a sentirse superiores, con derecho a decir lo que sea por problemas de inseguridad. O no se sienten sobre el resto, pero como son tan inseguros solo opinan a través de las redes sociales y de muy mala forma para demostrarle al otro su supuesta superioridad", estima Roberto Castillo, siquiatra de la facultad de Medicina de la Universidad de Valparaíso.
Cero filtro mental "Hay un grupo cada vez más creciente de jóvenes que no se les enseñó a tener un (Itro mental. Quieren todo de inmediato y bn incapaces de sentir empatia con el tro y por eso sus ácidos comentarios" agrega Castillo.
Agresión nocturna "Los haters suelen pronunciarse en debates por Twitter, Instagram o en Facebook cuando tienen sus perfiles en modo privado y con un seudónimo, la mayoría de los casos. Está identificado que los tuits se tornan más agresivos en la madrugada", informa Sepúlveda.
Amparados en el NN "Pese a que los haters hacen comentarios negativos en todas partes del mundo (basta ver lo que pasa en Estados Unidos con el presidente Trump), en Chile la gente no dice las cosas a la cara, no se atreve.
Con la llegada de las redes sociales algunos se destaparon y se pasaron al extremo: de no decir nada a decirlo todo. En el fondo se escudan en el anonimato", comenta de los odiosos chilenos Daniel Halpern, académico de la facultad de Comunicaciones de la UC).
Detalla que en los mensajes, en general, sucede un fenómeno que también pasa en las marchas. "Se llama desindividualización donde, por ejemplo, si voy solo por la calle no me atrevería a tirarle una piedra a un local, pero si estoy en una marcha y varias personas más lo hicieron me atrevo. En el caso de los comentarios negativos en las redes sociales, la lógica es similar, ya que veo que alguien escribió algo hiriente y lo imito", comenta.
Recuerda que cuando se sube una imagen de la vida privada en internet que puede ser vista por muchas personas hay usuarios que creen que tienen derecho a opinar lo que quieren porque es pública y recibir un like. "A las personas normalmente, les gusta opinar. Sin embargo, no tiene muchos espacios donde hacerlo y recibir algún tipo de retribución", dice el académico.
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