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El vino, la cerveza y los cigarrillos jamás han salido de la canasta
Tasa de interés no se mueve
Tener la medición de! IPC permite determinar el comportamiento de los precios y es uno de los instrumentos en que pone más ojo el Banco Central para determinar la política monetaria en su seguimiento a la inflación.
Este martes, por ejemplo, el Consejo de instituto emisor decidió mantener, por unanimidad de sus miembros, la tasa de interés en 2,5% nominal anual, que es la tasa que determina el costo del dinero, influyendo especialmente las tasas cortas, como la de tarjetas de crédito. Una de las razones para mantener la tasa es porque la inflación total se ha mantenido en torno al 2%, debajo del rango meta de 3% anual.
2%
FUE LA PRIMERA variación del índice de Precio al Consumidor (IPC), en abril de 1928.
Ya van ocho mediciones y la primera, en 1928, se realizó a 68 familias que eran parientes de los funcionarios del INE.
Mauricio Ruiz
Se cumplen 90 años desde que se elaboró la primera canasta para medir la variación de los precios de los bienes y servicios mes a mes, el que hoy conocemos como índice de Precios al Consumidor (IPC) pero que en ese tiempo, en 1928, debutó como índice de Costo de Vida en Santiago.
Contenía sólo 42 productos y fue representativo del consumo que efectuaban 68 familias de los mismos empleados del Instituto Nacional de Estadísticas (INE), que en aquella época se llamaba Servicio Nacional de Estadísticas y Censos. La primera variación del IPC, en abril, fue de 2%
Manuel Llorca, director del magíster en Historia Económica de la Usach, dice que Chile siempre ha sido pionero en recolección de datos de estadísticas oficiales en censos y en medición de precios en América Latina. "Las canastas, en general, han dado cuenta de las costumbres y de los cambios de hábitos, pero una de las críticas es que las mantenían por muchos tiempo", comenta.
De hecho van sólo ocho canastas en estos 90 años y la primera, que incluía viaje en tranvía, pan francés y sólo vestimenta de hombre, duró cerca de 30 años.
En ese viejo IPC también se incluía cerveza rubia, vino tinto y los cigarrillos, que eran considerados en el ítem alimentos. "Seguramente el alcohol y los cigarros pesaban más en la canasta. Hoy, como división tienen la menor ponderación dentro de las 12 divisiones que lideran Alimentos y Bebidas no alcohólicas, Transporte y Vivienda", dice el economista Jorge Sepúlveda, académico escuela de ingeniería comercial de la Universidad Santo Tomás.
En 1957 empezó a usarse la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF) como referencia para definir los productos y servicios de la canasta del IPC e incluyó muchos más bienes: 112 en total. Llegaron las salchichas, las bebidas cola, la pasta de dientes y la entrada al estadio. Y entró el primer producto que se enchufa: la plancha eléctrica.
En 1969 subió sustancialmente los bienes que se encuestaban a 305 productos y aún la canasta se basaba sólo en los hogares del Gran Santiago. Entre los productos que ingresaron por primera vez estuvieron la empanada de horno, el pollo entero, las almejas, el pago de dividendo, el refrigerador, los pañales de guagua, el teléfono particular, la radio y el televisor.
El chicle y pasaje de Metro En la canasta de 1978 los productos aumentaron a 348.
Algunos de los nuevos fueron el chicle y el hot dog, las botas de cuero para mujer, el automóvil la motocicleta, la bicicleta y el pasaje en Metro.
La canasta de 1989 estableció un criterio de gasto mínimo para la inclusión de los bienes y servicios. Los productos se incrementaron, llegando a 368, y se definieron nuevas especificaciones para ellos.
Por ejemplo, las paltas a medir debían ser verde oscuras y de primera; el pisco, en botella y de 30 grados; las flores, en media docena y rosas rojas, y la película fotográfica, de 100 asas y para 36 fotos en colores.
Desde la canasta de 1998 se incorporaron los índices analíticos y se realizaron esfuerzos por elevar la calidad y precisión del IPC, por lo que se incluyó un mayor número de artículos y productos, llegaron a 483 productos, la mayor canasta hasta ahora. Se sumaron la comida china, teléfono celular, computador, cámara fotográfica, horno microondas, servicios de televisión por cable y los servicios veterinarios.
En el INE dicen que se produjo un ordenamiento de los productos que cumplen la misma finalidad. Por ejemplo la muñeca (o), la bicicleta para niño (a) y los juegos de bienes raíces se agruparon para formar el producto juguetes.
"Las canastas van cambiando de acuerdo a los tiempos, el consumo de la población y las metodologías usadas, pero yo creo que el IPC ha sido y será un indicador muy importante. Es una herramienta para que el Banco Central mantenga controlada la inflación (ver recuadro) y, por otro lado, porque el IPC está amarrado a la UF, lo que permite tener una medición exacta de una serie de contratos que van desde los sueldos y salarios hasta contratos de arriendo y otras operaciones que requieren algún grado de reajustabildad", dice Alejandro Alarcón, académico de la Facultad de Economía de la U. de Chile.
Cada cinco años Entre 2008 y 2009 se estableció una canasta de transición y se adoptaron estándares proporcionados por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) para facilitar la comparación internacional de la medición.
Debido a lo anterior, y a que la EPF se amplió a todo el país, el IPC adquirió representatividad de los hábitos de consumo de las áreas urbanas de todas las ciudades capitales y de sus zonas urbanas, ya no sólo del Gran Santiago. Se determinó actualizar la canasta cada cinco años y se bajó a 368 productos. Se incorporaron el servicio de alarma para la vivienda, los anticonceptivos, los preservativos y el servicio público de internet.
En 2013 la canasta tuvo mejoras vinculadas con el uso de fuentes externas de información para ajustar gastos de la EPF como el uso de las cuentas nacionales y de registros administrativos. Entre los nuevos productos destacaron el alimento para bebé, servicio de transporte escolar los gimnasios, las bebidas energéticas y la banda ancha móvil.
En la actualidad se recolectan mensualmente más de 120.000 precios mensuales de bienes y servicios (en sus diferentes variedades) que componen la canasta, según el INE.
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