Análisis al mail pacífico-violento que recibió uno de los creadores de la Fundación Iguales
"Si subí el correo a mi Twitter fue porque me dio lata tanta mala onda", explicó. Académico de la PUCV profundiza en el concepto de "agresividad ambiental"
Jorge Núñez/ Juan Morales
Cerca del mediodía de este martes, Luis Larraín, ex presidente de la fundación Iguales, subió a su cuenta de Twitter (@LuisLarrain) el correo que le envió una mujer cuyo nombre no le sonaba ni de rebote, pero que por el tenor del mensaje parecía tratarse de una enemiga a muer- te, “Estimado”, dice el correo, "espero que a la brevedad posible me devuelva los 782.000 pesos que fueron transferidos a su cuenta equivocadamente. Si en las próximas 24 horas no tengo el depósito en mi cuenta, aténgase a las consecuencias. Las redes sociales son muy fuertes y su nombre quedará en evidencia como un estafador”. En el mismo tuit, Larraín explica que efectivamente apareció dicha suma a su cuenta corriente y que "obvio que le devuelvo la plata”, pero enseguida se pregunta si era necesario que le escribieran un email tan amenazante. “¿Es la forma de pedirla?”. "Yo nunca he tenido dudas de que si la plata no es mía, la devuelvo. Entonces, ¿por qué ese tono tan agresivo? Lo considero un tanto molesto y gratuito”, comentó más tarde Larraín. “Si subí el correo a mi Twitter fue porque me dio lata tanta mala onda y quise saber si yo era el único que era tan sensible a las agresiones gratuitas”. Un par de horas después, Larraín recibió otro correo de la mujer, esta vez con un tono más conciliador: “Estimado Luis, la transferencia fue por equivocación. En
algún momento tengo que haberle hecho alguna transferencia porque lo tengo en mi lista de destinatarios.. . Todo es transparente y no hay ninguna estafa. Espero su transferencia. Mil gracias”. Allí también le explica que la cuenta desde la que se hizo la transferencia es bipersonal, o sea figura también otra persona en ella. Pero el mail pasivo agresivo ya había desatado el debate. ¿Le suena familiar el tono del primer correo? ¿ Se ha topado con algo parecido en la micro o cuando maneja su auto? Más evidente aún, ¿se lo ha topado en Twitter? Parece un signo de los tiempos. Fernando Alvarado, sicólogo y profesor de la Escuela de Negocios de la PUCV, dice que muchas de las reacciones que tenemos están determinadas por el medio en el que nos desenvolvemos. "A esto yo le llamo agresividad ambiental, la que se ve intensificada por la impersonalidad de las redes sociales y el correo electrónico”, afirma. "En este caso, Larraín no ha tenido contacto físico ni le ha visto la cara a quien le cobra. Eso puede ser intimidante. En la medida en que no se conocen, no hay parámetros para esperar tal o cual respuesta. Todo es una incógnita. Eso genera inseguridad y la inseguridad, a su vez, agresividad”. Daniel Halpern, experto en redes sociales y académico de la PUC, agrega que para muchas personas “las redes sociales son un espacio de linchamiento público” y "la consideran como la única herramienta que tienen para transparentar o dar a conocer situaciones donde se sienten perjudicados”. Pero esta estrategia, dice, es pan para hoy y hambre para mañana”. Por un par de razones. Una cuenta que pasa todo el día despotricando contra el mundo, dice, pierde credibilidad y peso. La nueva queja se pierde en el mar de reclamos anteriores. “Y lo otro”, agrega, “nadie quiere saber nada con las personas conflictivas. En un estudio que hicimos, un tercio de las empresas descartan a postulantes a algún trabajo por comentarios negativos que hacen en las redes sociales. Recurrir a las redes sociales para obtener algo debe ser el último recurso. Lo que hay que hacer es mejorar en las relaciones sociales, no en las redes sociales”.