LAS NUEVAS ZONAS CON POTENCIAL PARA PLANTAR En la zona centro aparecen nuevas opciones en la precordillera; mientras que en Coquimbo y Valparaíso se consolidan proyectos que obtienen cosechas medianas y buenos precios. Hacia el sur, La Araucanía, Los Lagos y Los Ríos suman hectáreas.
FERNANDO CARBONELL/EL MERCURIO CAMPO
Los buenos precios, la demanda de China y el ser prácticamente el mayor y único productor del hemisferio sur, vienen empujando el crecimiento en superficie plantada con esta especie en el país. Pero si bien por clima y características de suelo las plantaciones tendieron a concentrarse siempre en la zona central poco a poco se comienzan a mirar las distintas zonas del país como alternativas para plantarlas, buscando siempre optimizar las fechas de cosecha —ya sea previa o posterior a la de la zona central— y de esa forma obtener mejores precios.
Nuevas tecnologías y variedades, que permiten cultivar bajo condiciones más extremas, están ampliando el mapa cerecero del país.
A continuación, los pros y contras del norte, sur y centro del país. H NORTE: tecnología para aprovechar el potencial Catorce, dieciséis y hasta diecinueve dólares por kilo.
Eso es lo que están dispuestos a pagar muchos mercados de Asia por las primeras cerezas exportadas desde Chile, las que son producidas en las regiones de Coquimbo y Valparaíso.
Un negocio que si bien parece tremendamente atractivo, posee una serie de complejidades que han llevado a que mucho del entusiasmo inicial con el tiempo haya desaparecido.
"En la zona norte hubo una apuesta inicial, pero esta se frenó. He visto muy pocos proyectos nuevos. Incluso, los grandes productores dejaron de invertir ahí", asegura Juan Pablo Subercaseaux, economista agrario y profesor de la Universidad Católica.
La apuesta comenzó a principios de la década del 2000 y se centró en varios valles de la Región de Coquimbo como Elqui, Limarí y Ovalle luego de que expertos realizaran estudios e identificaran que el clima y las condiciones geográficas de esa zona eran las óptimas para trabajar con variedades tempranas. Esto en la práctica, les permitiría a los productores adelantar sus cosechas en varios días, llegando incluso a una semana, respecto de la zona central.
Sin embargo, los intentos por producir en este lugar, al poco tiempo se vieron enfrentados a condiciones que llevaron a que los volúmenes no superaran las 5 toneladas por hectárea es decir, bastante menos que las 10 toneladas consideradas como cifra ideal.
"Esto se debe, en gran medida, a que se le está pidiendo al frutal que funcione bajo pocas horas frío", advierte Juan Pablo Subercaseaux.
Esto, porque el cerezo requiere acumular entre 400 y 1.500 horas frío (a un rango de 3,2 °C-3,7 °C) durante el invierno, lo que es muy difícil en la zona centro-norte.
Y si bien muchos de los huertos que se plantaron inicialmente fueron arrancados hay otros, como el de Agrícola Valle Arriba, ubicado en la localidad de Tabalí, en Ovalle que tienen éxito. La empresa que pertenece al grupo Esparta maneja 45 hectáreas, 25 en plena producción, de la variedad temprana Brooks (y la polinizante Tulare), de donde obtienen un promedio de 8-10 toneladas por hectárea.
Según Francisco Pretel gerente general de Agrícola Valle Arriba, en los últimos 2 años han sacado las primeras cerezas de Chile —a mediados de octubre—, lo que les ha permitido obtener precios en China que superan los US$ 16 por kilo. Claro que el huerto cuenta con un microclima —por su ubicación geográfica— que le da condiciones ideales; a lo
que suman manejos como el uso de cianamida hidrogenada a mediados de julio, así como una plantación de 600 plantas por hectárea, y dos portainjertos bien adaptados a la zona.
Pese a lo que algunos puedan pensar, para Gamalier Lemus subdirector de Investigación y Desarrollo de LNIA Rayentué los buenos resultados obtenidos por Agrícola Valle Arriba no son ninguna sorpresa. "El IN1A identificó algunas zonas con bastante potencial en la Región de Coquimbo, con un denominador común: todas tenían efecto marino. Esto sucede en Tabalí y también en sectores de La Serena. Sin embargo subiendo a los valles, comienza a disminuir el potencial para las cerezas", asegura.
Lemus indica que uno de los factores indispensables para alcanzar una producción adecuada es que en floración (agosto en la Región de Coquimbo) existan las condiciones necesarias para que las flores puedan desarrollarse y tener polinización y cuaja.
Para ello, resulta indispensable contar con las condiciones de temperatura y la humedad relativa ideales.
Invertir o no dependerá de la zona y de condiciones como la disponibilidad de agua. "Si de mí dependiera la decisión de comprar terrenos en el norte para plantar cerezos, sabiendo los dramas de agua que hay y teniendo conciencia de que existen alternativas bastante más rentables en otras zonas del país, yo no lo haría", advierte Subercaseaux.
Gamalier Lemus, en cambio es de los que piensa que solo hay que dar con el lugar correcto —el cual mayoritariamente J se encuentra cerca del borde costero—, para desarrollar un proyecto exitoso en la región.
Región de Valparaíso: Una ventana comercial Un poco más al sur, en Quillota, Hijuelas y Limache se encuentra buena parte de la superficie de cerezas de la Región de Valparaíso.
Sin embargo, uno de los problemas es que la producción en la región se muestra bastante errática. De hecho, hay años en que se pueden producir 3 toneladas por hectárea, mientras que en otros, más de 5.
En términos comerciales, las cerezas producidas en la Región de Valparaíso alcanzan altos precios. En la ultima temporada, por ejemplo, el valor de las variedades tempranas llegó a US$ 12 por kilo.
Por lo mismo, el diagnóstico de los expertos es que la Región de Valparaíso presenta un importante potencial de desarrollo para el cerezo, aunque para lograrlo se requiere utilizar tecnología, incluyendo las variedades adecuadas.
Hasta hace un tiempo, la variedad más plantada en la región era brooks, no obstante esta necesitaba polinizantes para cuajar. Además, era muy sensible a la partidura, producía poco y su vida de poscosecha era muy mala. Por lo mismo muchos productores apostaron por cambiarla. De hecho, hoy la más utilizada es lapins (media estación), que se habría adaptado bien y estaría permitiendo producciones más estables.
"Yo evaluaría todas las variedades tempranas: royal down, san tina, royal lee, frisco royal rainier y royal lynn, entre otras. Todas estas variedades se cosechan en noviembre en las regiones Metropolitana y de O'Higgiris", complementa Gamalier Lemus.
Para Carlos Tapia, director técnico de Avium, en tanto la clave pasará por buscar el portainjerto adecuado.
"Si hay un mínimo de acumulación de horas frío (400 a 500) se podrían utilizar portainjertos más eficientes y productivos, como los de la serie gisela, 6 o 12, o maxma, 14. Si está la posibilidad de utilizar portainjertos más eficientes hay mayor probabilidad de alcanzar el máximo potencial productivo", indica.
Un tema esencial, eso sí es el riego, el que, de acuerdo con los expertos, es ideal que sea tecnificado; y también recomiendan el uso de mallas para sombra con lo que se disminuiría el consumo hídrico.
Entre los lugares con mayor potencial de la Región de Valparaíso, el profesional de la Universidad Católica de Valparaíso destaca Catemu, Los Andes, Putaendo y San Felipe.
Otras zonas recomendadas son Limache, Hijuelas, Quillota Nogales y La Cruz.
En general, todos los especialistas coinciden en que la Región de Valparaíso es una buena opción para establecer un huerto de cerezas.
CENTRO: crecer después del boom Cuando en la década de los 90, Hernán Garcés, de Agrícola
Garcés, realizó unos de los primeros envíos de cerezas a Asia, cambió la cara de este cultivo. Tal fue el impacto que generó esta exportación, que al poco tiempo la superficie de cerezos en la zona central —especialmente en las regiones Metropolitana, de O'Higgins y del Maule— comenzó a aumentar de forma exponencial. De hecho, según cifras de Ciren en la actualidad existen más de 21.600 hectáreas de cerezos en las tres regiones.
En esas regiones, de acuerdo con Juan Pablo Subercaseaux economista agrario y académico de la Universidad Católica están las condiciones de agua para que la planta tenga un buen desarrollo, y de clima para que durante la floración primaveral las abejas generen la polinización y se cuente con una buena cuaja. "De igual forma, es muy poco probable que haya lluvias o bajas temperaturas en época de cosecha" complementa el experto.
Además, según Carlos Tapia director técnico de Avium "en esta zona, la acumulación de frío es suficiente para gran parte de las variedades de cerezas que tenemos en Chile.
La acumulación térmica, por su parte, también favorece en términos fenológicos, las opciones de lograr un buen ciclo reproductivo".
Otro elemento que ha contribuido a que en la zona se encuentre más del 85% de la producción nacional, ha sido el uso de portainjertos.
"Hay portainjertos que se adaptan a las distintas condiciones de suelo. El único requisito es que estén a una cierta profundidad (1,5 metros) para que el árbol se acomode de manera adecuada" indica Gamalier Lemus subdirector de investigación y desarrollo de INIA Rayentué.
¿Negocio seguro? De acuerdo con los expertos para plantar por primera vez un huerto de cerezas en estas zonas se necesitará invertir US$ 15 mil por hectárea, que contempla la preparación del suelo, la compra de plantas, la instalación del método de riego y la utilización de químicos.
Aquí no se incluye el valor del terreno, que corresponde a un activo inmobiliario.
Invertir o no en una cobertura depende de la zona, variedad y decisión del agricultor. "Si el huerto será cosechado en diciembre, el techo será un mal negocio, debido a que las lluvias en esta zona no son muy comunes. Por lo mismo, no se recuperará la inversión", advierte Juan Pablo Subercaseaux.
Así, lo importante será que el productor tenga claro que un huerto de cerezos comenzará a producir fruta después del tercer año, por lo que la inversión recién la comenzará a recuperar a la sexta temporada.
Juan Pablo Subercaseaux hace un llamado a tener cuidado respecto del crecimiento desmedido, pues adelanta que en un par de años el 100% de la cereza que se produce en esta zona estará en condiciones de ser exportada.
"Cuando tengamos el 100% de cerezas para exportar, no tendremos el número de personas para cosechar, los packings no serán suficientes y los puertos estarán colapsados. Existirá un precalibre muy chico y malo. Esa temporada, que yo calculo será en 4 años más, no se venderá ninguna planta de cerezos en Chile", detalla el académico de la Universidad Católica.
Este análisis lo comparte el resto de los expertos, especialmente el punto relacionado con
la mano de obra.
"Existirán graves problemas de mano de obra en la zona central, y esta especie será la última en sentirlo, salvo que el precio de la cereza caiga considerablemente. En la actualidad el cerezo se lleva toda la mano de obra por el alto precio que se paga en comparación, por ejemplo, con otros frutales de carozo", indica Lemus.
En la actualidad, los trabajadores de cerezas cosechan entre 100 y 150 kilos de fruta por día. Se calcula que en el futuro cada persona deberá cosechar más de 200 kilos. De ahí que una alternativa para enfrentar la escasez de mano de obra es que los huertos se preparen para hacer esta labor más eficiente plantean los especialistas.
Soluciones: tecnología y variedades Así, para los expertos el camino que tiene mejor perspectiva es buscar soluciones en la tecnología. Una de ellas tiene que ver con usar nuevas variedades que puedan ser cosechadas más temprano y más tarde que las tradicionales.
En ese contexto, los expertos destacan frisco, una variedad temprana, precoz, con gran capacidad productiva firmeza y sabor, que aparece como reemplazante natural de royal down. Su cosecha se calcula para la última semana de octubre.
Otras variedades recomendadas para estas zonas son stacatto (tardía, firme y con buena estabilidad de conservación) y sentennial (tardía, autofértil y de excelente producción).
SUR: Cómo proyectar el negocio Aunque aún representa un porcentaje pequeño de la superficie nacional, la zona que se extiende desde la Región del Biobío hasta la de Aysén poco a poco ha comenzado a ganar terreno para la producción de cerezas.
La buena noticia es que este crecimiento no tiene techo, ya que en esta zona se puede encontrar todo lo que se requiere para desarrollar un buen negocio: abundante agua para riego y especialmente microclimas y temperaturas idóneas para el desarrollo de variedades tardías las que al llegar al mercado obtienen buenos precios.
"Los huertos ubicados en sur, en general, tienen una acumulación de frío mayor a la de otras zonas del país.
Además, la floración es más tardía, por lo que la cosecha puede ser, incluso, 60 días más tarde que en las regiones de O'Higgins o del Maule" explica Daniel Vieira, director de ChileCerezas.
De hecho, este motivo fue el más importante para que el negocio de las cerezas despegara hace más de 20 años en la zona sur.
"El 80% de la producción de cerezas de Chile está concentrada entre fines de noviembre y mediados de diciembre, por lo que nos dimos cuenta que era necesario encontrar nuevas zonas que permitieran trabajar con variedades tardías y cosechar en enero y febrero", afirma Ricardo Aguilera, dueño de agrícola Valle Verde, con 215 hectáreas de las variedades regina staccato, lapins y sweet heart entre otras, en Angol.
Esta idea es compartida por Javier Cereceda, gerente general de Agrícola Austral Cherries empresa que por estos días posee dos proyectos de cerezos: uno ubicado en Chile Chico (250 ha) y otro en Coyhaique (16 ha), en los que produce las variedades sweet heart, lapins kordia y regina.
"La zona de Aysén tiene la gran ventaja de que puede producir cerezas desde mediados de enero hasta —incluso— febrero abriendo una ventana de oferta que es única", indica.
Es justamente esto lo que les ha permitido lograr muy buenos precios de venta.
"El 75% de nuestra producción se va a China, donde logramos retornos de alrededor de US$ 10 por kilo. Cabe destacar que tanto en Chile Chico, que se cosecha en enero; como en Coyhaique, que se cosecha en febrero, logramos rendimientos promedio de 10 ton/ha", advierte Javier Cereceda.
Los grandes enemigos Pero no todo es color de rosas para estos productores. Y es que a diferencia de lo que ocurre en las zonas norte y centro, donde el clima es bastante uniforme en el sur a menudo se presentan lluvias en épocas de floración heladas y vientos, factores que han llevado a invertir en medidas y herramientas de protección.
Así, por ejemplo, con el fin de evitar los estragos de las lluvias en época de cosecha el grupo CHISA, que posee 120 ha en Angol y 20 en Temuco en la Región de La Araucanía está trabajando solo con variedades que soportan mejor las precipitaciones.
'Tenemos 80% de regina 10% de lapins y 10% kordia.
Son las óptimas para la zona sur, porque son más resistentes a la lluvia", afirma Alvaro Rojas personero del grupo.
Otra alternativa para proteger las plantaciones de lluvias inoportunas es el uso de coberturas, cuyo valor comercial puede oscilar entre US$ 20 mil y US$ 80 mil por hectárea.
Tan peligrosas como las lluvias en época de floración son las heladas, las cuales dependiendo del momento del año, pueden generar severas pérdidas. Por lo mismo, resulta rentable invertir en tecnologías como quemadores o aspersores que prevengan de eventuales daños por frío.
"Hay inversiones tan grandes en el sur, que para un agricultor gastarse $ 35 millones por proteger 5 ha es casi rutinario.
El cerezo tiene la capacidad de pagar esta inversión", comenta Gamalier Lemus.
Sin embargo, los desaños climáticos en esa zona no se detienen allí. Uno de los aspectos de más difícil control es el viento, el cual puede arrasar con las plantas.
"En Chile Chico, por ejemplo los vientos pueden llegar hasta los 120 kilómetros por hora, por lo que es el factor más limitante para el desarrollo del negocio" explica Javier Cereceda.
Así, en Agrícola Austral Cherries por estos días están probando diferentes tipos de coberturas para proteger sus hectáreas de cerezas de las ventiscas, entre las cuales destacan las mallas tradicionales y las naturales. Cabe destacar que estas últimas corresponden a plantaciones de árboles de álamos de gran altura, que funcionan como cortinas y sirven para contrarrestan el ingreso directo del viento a los predios.
"Si uno mira Chile Chico desde arriba, parece un tablero de ajedrez, porque están todos los campos rodeados de álamos.
El problema de esta especie es que se demora entre 5 y 7 años en crecer, por lo que normalmente se ocupa un sistema mixto de mallas y álamos, hasta que el árbol crezca", explica Gamalier Lemus.
Futuro más que auspicioso Tal como ha quedado establecido en reportajes anteriores la zona central podría tener graves complicaciones una vez que se alcance el máximo de producción, debido a la caída de los precios, la poca disponibilidad de mano de obra y los problemas logísticos que esto generará. Esto, sin embargo, no preocupa a los productores del sur, ya que cuando ellos están cosechando, en enero o febrero la producción en la zona central ya ha finalizado.
"Por lo mismo, no tendremos problemas con la mano de obra ni experimentaremos el colapso de los packing", asegura Ricardo Aguilera.
Así, partiendo de esta base y considerando que el mercado asiático seguirá por muchos años más consumiendo cerezas chilenas, las proyecciones que hacen los expertos para esta zona de producción son sumamente positivas, especialmente considerando el trabajo técnico y de variedades que se realiza en la zona, plantea Gamalier Lemus. A esto se agrega que la zona se verá beneficiada con el cambio climático.
"Esta situación está haciendo que exista menos disponibilidad de agua en la zona central, por lo que los viveros y la industria ya están apostando por la zona sur", advierte Daniel Vieira.
Así, se espera que en los próximos años las plantaciones de cerezos en sur sigan aumentando e incluso no se descarta que esta zona se convierta en el futuro en el nuevo corazón de la actividad en Chile.
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