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Nuestro planeta está compuesto en un 75 por ciento por agua y 25 por tierra.
De esa agua sólo el 2.5 por ciento es agua dulce que sirve para potabilizarla y consumo humano. De ese porcentaje el recurso hídrico debería estar disponible como un bien físico y bien económico, si se gestiona adecuadamente y nos permite asegurar la demanda para consumo agricultura y supervivencia, a estas alturas inmediata. Esa situación exige también una adecuada ecuación para el desarrollo de un país, por ejemplo el agua que se destina a faenas mineras e industriales.
Sólo señalaré a efectos de generar un punto de reflexión en esta columna que en los últimos días abundantes han sido las noticias que hablan del "día cero" en Ciudad del Cabo en Sudáfrica, en que la ciudad pronto en 60 días se quedará sin agua para consumo humano. El caso sudafricano documentado académicamente se debe a tres factores como las sequías prolongadas (efecto del cambio climático), precario control sobre la expansión y planificación urbana y una escasa "cultura del agua", es decir, conciencia del uso por parte de la población .
El presente exige urgentes medidas y conciencia colectiva. Mitigar y buscar nuevos consensos, al interior del sistema internacional para resguardar normas que pongan freno enérgico a los efectos nociNuestros coterráneos recordarán en los 80 y 90s como juntábamos agua en casa por los cortes programados".
Sergio Medina Antropólogo vos del cambio climático.
A nivel nacional avanzar en mejores formas de gestión, por ejemplo en desalar agua de mar y en lo doméstico tener conciencia en no dejar correr el grifo de más, en cerrar bien las llaves, duchas cortas, etc.
Nuestros coterráneos recordarán en los 80 y 90s como juntábamos agua en casa por los cortes programados, por tanto debemos aprender de esa lección. Después de todo, nada garantiza ad eternum que en Arica no tengamos un "día cero", como en Ciudad del Cabo.
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