Editorial Prevención de accidentes mineros responsabilidad compartida El accidente que costó la vida a dos mineros en una faena del sur de la región, en la comuna de Canela muestra que, pese a todas las acciones que se han implementado, hay factores que aumentan la trágica estadística.
A partir de lo sucedido en la mina San José, en la Región de Atacama y el exitoso rescate de los 33 trabajadores que permanecieron por varias semanas atrampados se dispuso una serie de medidas destinadas a mejorar las acciones preventivas.
Esto último, con especial mención, en las tareas de fiscalización por parte del Servicio Nacional de Geología y Minería, lo que ha contribuido, en buena medida, a mejorar las condiciones de trabajo, en especial en la pequeña y mediana minería.
No obstante, existen situaciones donde queda en evidencia la falta de autoprotección de los mineros que, muchas veces, actúan sin considerar los riesgos. En un gran porcentaje de los accidentes los propios afectados reconocen su culpabilidad, de acuerdo con una encuesta realizada por la Asociación Chilena de Seguridad.
Otro factor influyente es que las regiones de Atacama y Coquimbo tienen faenas en apartados sectores donde es imposible fiscalizar o se ejecutan faenas sin contar con la autorización respectiva.
El trabajo extractivo de más riesgo es, sin duda el de los pirquineros quienes lo hacen, en un gran porcentaje, en galerías que no cuentan con las medidas de seguridad necesarias porque no disponen de los recursos y buscan de manera inentendible, bajar costos, pero la vida humana no tiene precio.
La muerte de los dos últimos trabajadores en la mina La Polvareda no puede ser sólo una estadística más en la lista de fallecidos en este tipo de faenas, sino que debe llamar a profundizar en las acciones preventivas y esto lo hace muy bien una publicidad televisiva donde se habla de que la seguridad es una responsabilidad de todos sus actores.