Pilar Romaguera sobre las mujeres en la educación superior: “Todavía existen diversos impedimentos”¦, como por ejemplo la dificultad para poder compatibilizar el trabajo con la maternidad y las marcadas diferencias salariales”

Redacción: El Mostrador Braga

A través de un decreto, en 1877 se autorizó a las mujeres entrar a la universidad. En 144 años, la presencia de las mujeres en el mundo universitario ha ido en aumento. Pero, pese avances, “aún hay mucho camino por recorrer”, señala la rectora de la Universidad de Las Américas, Pilar Romaguera. La participación de las mujeres en el mundo universitario va en aumento. Según datos del Consejo Nacional de Educación, la participación de las mujeres en la matrícula de las universidades es del 55%. Es decir, hoy en día la mayoría de los estudiantes universitarios son mujeres. En tanto, a nivel académico, conforman el 44,5 % del personal. La rectora de la Universidad de Las Américas (UDLA), Pilar Romaguera, reflexiona sobre el empoderamiento de las mujeres en el universo de la Educación Superior. En ese sentido, señala que, a nivel universitario, solo hay tres instituciones acreditadas con una mujer como rectora. La máxima autoridad de la casa de estudios destaca el alto índice de participación femenina dentro la institución. “El 65% de nuestros estudiantes es mujer y tenemos una buena representatividad en los distintos niveles directivos. Un 60% de nuestros directores y académicos de planta es mujer, en el Consejo Académico de Decanos representan un 44% y en las Vicerrectorías un 60%”, señala quien es la segunda mujer en asumir la rectoría de la UDLA. Romaguera hace un llamado a quienes ejercen cargos directivos en universidades a “aportar por un mañana más justo y equitativo en temas de género. Para ello, es fundamental mirar nuestras instituciones sistémicamente y con enfoque de género, indagando en causas de las brechas que a veces no son evidentes. Porque se requiere que la creciente representación de la mujer que se ha logrado en términos de estudiantes y académicos se exprese también en los cargos directivos de las instituciones formativas”, dice. Pese a los avances, la rectora de la UDLA es clara en señalar que “aún estamos lejos de poder hablar de empoderamiento, principalmente a nivel directivo. Ciertamente, el reconocimiento efectivo del rol de las mujeres, no solo en la Educación Superior, sino también en el desarrollo social, cultural, laboral, económico y político de nuestro país, es un objetivo aún no logrado”, cierra. Del mismo modo, la autoridad educativa destaca los avances en materia de reducir la brecha de género, pero señala que aún hay mucho camino por recorrer. “Todavía existen diversos impedimentos que la sociedad ha impuesto sobre las mujeres, como por ejemplo la dificultad para poder compatibilizar el trabajo con la maternidad, las marcadas diferencias salariales”. Asimismo, la baja participación laboral femenina, donde las mujeres tienen un 41% de participación, mientras los hombres un 63%, según cifras del INE, 2020. Del mismo modo, Romaguera es enfática en señalar que también se debe terminar de raíz con “las situaciones o espacios de acoso laboral-sexual que muchas mujeres deben enfrentar. Y, en temas cruciales, como la corresponsabilidad familiar, el avance en las últimas décadas ha sido insignificante, así acortar las brechas de género tiene un techo de cristal”. A modo de mensaje a las futuras profesionales, la rectora dice que “es importante transmitir que hoy en día las mujeres no deben tener miedo de marcar presencia en el mundo laboral y destacar que aquellas que llegan a cargos directivos, son las que luego van abriendo camino y espacios de desarrollo para el género”. Del mismo modo, señala que las universidades tienen la responsabilidad país de contribuir a la equidad de género. Sobre esa función, la Universidad de Las Américas y la Universidad Santo Tomás elaboraron una encuesta a egresadas de ambas instituciones, en la cual el 68% afirmó que su carrera le entregó oportunidades para el desarrollo profesional, el 81% de las que trabaja afirma que ha podido desarrollar sus talentos y el 80% se proyecta feliz en 5 años más, pero solo el 50% se ve trabajando con hijos en ese período futuro.

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