Informe OCDE y educación de personas jóvenes y adultas

Efectivamente, nuestros resultados en el Informe de Evaluación de Competencias de Adultos publicado por la OCDE no son auspiciosos y nos obligan a mirar la educación de personas jóvenes y adultas (EPJA) desde una multiplicidad de dimensiones. Quisiera referirme a dos de ellas: el currículum y su implementación, y la deserción escolar en el país y la región.

Recién en 2025 se pondrá en marcha la primera actualización de las Bases curriculares de la EPJA, cuya primera etapa contempla las asignaturas de Lenguaje y Matemática del nivel 1 (1° a 4° básico). En otras palabras, desde 2009 no se había ajustado el currículum de esta modalidad en nuestro país, para que efectivamente dialogara con los cambios epocales propios del siglo XXI. A su vez, la implementación de unas bases remozadas trae aparejadas transformaciones en las formas de enseñar y de evaluar de los docentes que trabajan con adultos, lo que implica, entre otros aspectos, tiempos asociados para innovar.

Una segunda dimensión imposible de desconocer es el abandono escolar. Si antes de la pandemia la deserción ya era un problema en Chile, para el periodo 2021-2021 existe un 24% más de abandono en relación con el año 2019, datos que pueden ser asociados con índices de vulnerabilidad socioeconómica, todo lo cual, sin duda, conforma un caldo de cultivo para el descenso de las competencias evaluadas por la OCDE.

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