El Mercurio Campo (Chile)
15-04-2024
Altas temperaturas nocturnas amenazan a frutales
Las especies más golpeadas con este fenómeno, que se está dando con mayor recurrencia en la zona central durante los veranos, son las manzanas y las vides viníferas. "El verano de 2024 fue transgresor en cuanto a las temperaturas máximas, pero lo más notable fue que tuvimos, en zonas como Talca, mínimas muy altas, con alrededor de 18°C, que transgredieron la banda máxima de las mínimas, es decir, estas fueron más altas que las mínimas más altas estadísticamente hablando", aseguró Fernando Santibáñez, doctor en Bioclimatología y director de investigación y postgrado de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián, durante su presentación en la tercera versión del Día del Avellano, realizado en Talca. En la ocasión señaló que este fenómeno es poco frecuente en Chile, aunque indicó que en los últimos años se ha ido haciendo más común producto del cambio climático.
Es más, dijo que es muy probable que "esto haya llegado para quedarse por mucho tiempo". Según los expertos, este fenómeno puede generar problemas para el desarrollo de la fruticultura, especialmente para todas aquellas especies que se encuentran en plena maduración durante los meses de enero y febrero, como las manzanas y las uvas. Por lo mismo, recomiendan a los productores tomar medidas en los huertos que ayuden a paliar los efectos de las altas temperaturas nocturnas, como es el uso de cubiertas vegetales y nueva genética.
Sufre la zona centralSegún datos del Centro de Investigaciones y Transferencia en Riego y Agroclimatología (CITRA) de la
Universidad de Talca, este fenómeno -que contempla temperaturas nocturnas iguales o superiores a 14°C o 15°C- comenzó a verse con más frecuencia a partir de 2007, año que coincide con el inicio de la mega sequía o desertificación de la zona agrícola central. "Esto es una consecuencia del cambio climático como también de eventos como El Niño que aporta calor adicional, por lo cual se está haciendo más recurrente y ya no es una excepción", afirma Patricio González, agroclimatólogo del CITRA.
Entre las zonas que se están viendo más afectadas con estos eventos figuran las áreas agrícolas del centro y del secano costero de las regiones de O´Higgins, Maule y Ñuble. "Recordemos que durante enero y febrero de este año se registraron temperaturas máximas entre 37°C y 41°C en algunos días, lo cual explica la gran acumulación de calor que esto genera para las horas de la noche", señala Patricio González.
En ese sentido, el experto hace un llamado a realizar un buen y permanente monitoreo de las zonas que estén siendo más afectadas por este fenómeno, lo que en la práctica implica ampliar la red meteorológica actual.
Manzanas, las más afectadasLos expertos coinciden en que con las altas temperaturas nocturnas todas las especies frutales se ven perjudicadas, ya que están afectas a la oscilación térmica. "Los frutales en general realizan dos actividades fisiológicas: en el día, producto de la radiación solar de onda corta, realizan la fotosíntesis, la cual dará como resultado los productos frutícolas en calidad y calibre.
También ‘respiran’. El problema está en que la producción de carbohidratos, productos de la fotosíntesis, sólo de hace de día (cuando hay radiación solar de onda corta). En cambio, la respiración es de día y noche. La respiración en la noche consume una parte de los carbohidratos generados durante el día. Por ende, si las temperaturas nocturnas son muy altas, se acelera la respiración y se consumen mayores cantidades de carbohidratos perjudicando la calidad y cantidad de la producción final", explica Patricio González.
Sin embargo, también están de acuerdo en que hay especies que pueden sufrir más que otras, siendo las manzanas las más afectadas, especialmente a nivel de cubrimiento de coloración. "Esta situación se vio bastante el año pasado y este, sobre todo en las variedades que se cosechan en febrero como las gala, las cuales mostraron colores que no fueron tan intensos ni los que necesitamos desde el punto de vista comercial", afirma Vicente Vargas, ingeniero agrónomo de Dole Chile Curicó. Cabe destacar que las manzanas en verano pueden soportar sin problemas temperaturas de más de 28°C a 30°C durante el día.
Sin embargo, en la noche, requieren temperaturas que bajen de los 12°C u 11°C. "Si las temperaturas nocturnas son altas ocurre que el color de cubrimiento de las manzanas no se sintetiza en forma óptima, llevando a que estas queden pálidas y se vea perjudicada su comercialización", sostiene Vicente Vargas. Pero eso no es todo.
El experto agrega que las altas temperaturas nocturnas también llevan a que los frutos vean mermada su acumulación de azúcares, específicamente de almidón. "El fruto empieza a metabolizar y gastarse las reservas que acumuló en el día y las usa para respirar en la noche. Así, la fruta tiene que empezar a metabolizar ese almidón, que es el azúcar de reserva en azúcares simples, para poder respirar", explica Vicente Vargas.
Por su parte, Gabino Reginato, decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, destaca que las complicaciones producto de las altas temperaturas nocturnas también se pueden ver en otras especies como las vides viníferas, especialmente a la hora de buscar mayor acidez. "De mantenerse este panorama en el tiempo, podríamos eventualmente empezar a ver problemas en otras especies, que hoy no necesariamente se están visualizando. Respecto de esas posibles especies, creo que todavía no hay mayores preocupaciones", asegura. Herramientas para mitigarA pesar de las dificultades, los expertos dicen que existen algunas herramientas que ayudan mitigar los efectos de las altas temperaturas nocturnas en los huertos frutales.
Gabino Reginato destaca que utilizar cualquier medida que favorezca el enfriamiento del huerto durante la noche, puede generar buenos efectos a la larga. "Se pueden usar cubiertas vegetales versus suelos desnudos, u otras que puedan mejorar el microclima del huerto específico", señala.
Vicente Vargas, por su parte, cuenta que, en el caso de los manzanos, en algunos lugares de Estados Unidos se suelen usar sistemas de riego por aspersión supra arbóreos, donde los regadores se ubican por arriba de los árboles, los cuales además de entregar agua y mojar la fruta, permiten bajar las temperaturas al interior de los huertos en las tardes-noches, favoreciendo la coloración de la fruta. "En Chile se probó este sistema, pero lamentablemente no funcionó, debido a que nuestras aguas tenían muchas sales y residuos calcáreos, llevando a que se produjera una especie de costra sobre la fruta que era muy difícil de sacar durante el proceso de embalaje. Por lo mismo dejó de usarse", señala.
Otra forma de combatir los efectos del calor nocturno es reubicar las plantaciones de determinadas especies hacia zonas donde no se produzcan estos eventos. "Actualmente muchos productores están desplazando sus cultivos frutícolas y vinícolas hacia las regiones de Ñuble y la Araucanía, buscando temperaturas nocturnas más bajas y evitar perder calidad. Lo hacen porque saben que este fenómeno va ir aumentando con los años y es irreversible. También se están buscando sitios ecológicos en la precordillera, donde las altas temperaturas nocturnas aún están siendo bajos los umbrales críticos.
El problema de Chile central es que geográficamente está emplazado en sectores de ‘cuencas’ bajas y rodeadas de cerros, lo cual las hace muy cálidas en verano, como es el caso por ejemplo de Cauquenes en el Maule", explica Patricio González.
Sin embargo, los expertos coinciden en que la mejor alternativa para enfrentar este fenómeno y sus efectos es usar nueva genética que tolere mejor las altas temperaturas. "Lo que se está haciendo en el mundo es buscar variedades o clones que tengan mejor capacidad para sintetizar colores de cubrimiento. Esto se está haciendo en otros países a través de diversos programas genéticos. En Chile también se está trabajando a través del PMG", indica Vicente Vargas.
Resumen
'El verano de 2024 fue transgresor en cuanto a las temperaturas máximas, pero lo más notable fue que tuvimos, en zonas como Talca, mínimas muy altas, con alrededor de 18°C, que transgredieron la banda máxima de las mínimas, es decir, estas fueron más altas que las mínimas más altas estadísticamente hablando', aseguró Fernando Santibáñez, doctor en Bioclimatología y director de investigación y postgrado de la Facultad de Ciencias de la Naturaleza de la Universidad San Sebastián, durante su presentación en la tercera versión del Día del Avellano, realizado en Talca., Sin embargo, en la noche, requieren temperaturas que bajen de los 12°C u 11°C.'Si las temperaturas nocturnas son altas ocurre que el color de cubrimiento de las manzanas no se sintetiza en forma óptima, llevando a que estas queden pálidas y se vea perjudicada su comercialización', sostiene Vicente Vargas., Por su parte, Gabino Reginato, decano de la Facultad de Ciencias Agronómicas de la Universidad de Chile, destaca que las complicaciones producto de las altas temperaturas nocturnas también se pueden ver en otras especies como las vides viníferas, especialmente a la hora de buscar mayor acidez.
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