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12-11-2020
5 razones de por qué le tememos tanto a los insectos y arañas
M otefobia es el nombre para el temor a las polillas, seres voladores que sobreabundan estos días en Santiago. "Comparte las mismas características de la fobia a los insectos", asegura Sergio Barroilhet, siquiatra, doctor en neurociencia y académico de la U. de Chile.
Marcial Beltrami, etólogo y académico de la UMCE y la U. de Chile, rescata que según algunas publicaciones, hasta el 5% de la población en países desarrollados le tiene fobia a arañas u otros seres, como serpientes.1.- Salud: "El miedo funciona como una conducta profiláctica ante una interacción que nos transmita venenos o parásitos", propone José Antonio Muñoz, etólogo e investigador de la U. de Playa Ancha.2.- Movimientos raros: "Es muy difícil predecir el comportamiento de un insecto y las personas pueden temer que se les vengan encima", dice Barroilhet. Carlos Ramírez, doctor en sicología y docente de la Usach, conoció a un deportista fornido que temía a las polillas. Sostiene que la imprevisibilidad de los insectos inquieta la siquis que busca conocer y controlar lo que le rodea. "Este rasgo es muy antiguo: los niños y muchos pueblos antiguos lo comparten. Madurar implica entender que no existe dicho control", añade Ramírez.3.- Formas: "Nos puede resultar chocante la anatomía de los insectos: alas, antenas y patas", dice Barroilhet, que asegura que estamos más acostumbrados a los mamíferos. Para Ramírez está presente el concepto de la monstruosidad, aquello que pierde su forma original.
Especializado en estudios audiovisuales, destaca que el director David Cronenberg ha empleado esta idea, en espacial en "La mosca" (1986), donde el potagonista "ve como su cuerpo pierde la forma humana".4.- Viene con los genes: El etólogo Marcial Beltrami dice que hay un factor muy antiguo que proviene de "tendencias heredadas producto de una historia filogenética" humana. Es simple: nuestros ancestros aprendieron que los insectos podían matarlos. Aquellos que les temían tenían más opciones de sobrevivir y reproducirse, heredando la reacción. Una parte de nuestro cerebro (amígdala) conserva ese conocimiento y un pequeño estímulo nos gatilla ese miedo.
Agrega Beltrami que igualmente el temor depende de la enseñanza que recibamos desde pequeños. 5.- Puro prejuicio : 6 años estudiando cucarachas silvestres lleva Constanza Schapheer, entomóloga del Laboratorio de Sistematología y Evolución de la U. de Chile. "Hay conceptos reduccionistas que suponen que estamos programados a tener miedo. No es así, el miedo es un sesgo cultural", menciona la especialista. "Se han contado todo tipo de mentiras, como que los palotes puedan meterse por un oído. Desde 1930 que no estudiaban las cucarachas en Chile, las fuentes de financiamiento prefieren seres más carismáticos como las abejas de miel", afirma. Dice que no debe promoverse el miedo a niños. 12-11-2020
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