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03-07-2018
Detectan la temperatura más baja jamás registrada en la Antártica
E l infierno helado en la Tierra se encuentra en las llamadas Mesetas Orientales de la Antártica, una cadena montañosa ubicada en el lado Este, muy cerca del llamado polo sur de inaccesibilidad, que es el punto más alejado del mar en ese continente y que, por lo tanto, es el más difícil de alcanzar. Más incluso que el polo sur geográfico.En 1983, un grupo de investigadores del Instituto de Investigación Ártica y Antártica de Rusia y del British Antarctic Survey de Reino Unido, anunciaron haber encontrado en esta zona la mínima más mínima jamás registrada sobre la superficie terrestre desde que se tiene registro."Ese lugar está cerca de la base rusa Vostok. Ellos midieron con un termómetro la temperatura que fue de -89 grados celsius. Pero ahora publicaron un estudio que refleja que hay posibilidades de que la temperatura sea más baja", dice Raúl Cordero, investigador del Grupo de Investigación Antártica de la Universidad de Santiago. Se trata de una publicación en la revista Geophysical Research Letters, que advierte sobre temperaturas mínimas aún más espantosas. Utilizando los datos proporcionados por los satélites ambientales Polar del NOAA y el Terra y Aqua de la NASA, más los registros de algunos centros meteorológicos móviles, recalcularon las temperaturas ingresadas entre 2004 y 2016 y detectaron en esta misma zona más de cien momentos con temperaturas bajo los 90 grados, uno de los cuales, ocurrido el 23 de julio de 2004, batió todos los récord: -98,6 grados.Mediciones satelitales Pamela Santibáñez, doctora en Ecología y Ciencias Medioambientales de la Universidad de Montana e investigadora del Instituto Antártico Chileno (Inach), explica que el estudio, al que tuvo acceso, está basado en un cruce de datos de varios instrumentos, pero principalmente de los satélites de emisión termal, que son capaces de medir la temperatura de la superficie del hielo."Este estudio mide la temperatura del hielo superficial y se estima que esta temperatura se mantiene hasta los dos metros de profundidad (luego empieza a aumentar)", dice. "Según los parámetros del mismo estudio, estas cifras tienen un margen de error de cuatro grados".Por eso, añade Cordero, en estricto rigor la temperatura no se midió. "Los satélites midieron la temperatura del hielo por medio de la radiación infrarroja que ésta emitía. A través de eso se determinó que era alrededor de -98°C. Si esa es la temperatura del hielo, la del ambiente sería de -94 grados porque siempre el ambiente tiene una temperatura mayor a la de la superficie. Pero no había nadie con un termómetro para verificarlo", dice. Lo interesante de la investigación, agrega Santibáñez, es que entrega las condiciones atmosféricas necesarias para que se den este tipo de temperaturas. "Los investigadores concluyen que, primero, debe haber sequedad, es decir, poca humedad. Las moléculas de agua actúan como efecto invernadero, almacenando energía", dice. "Segundo, no debe haber viento. El viento aumenta la sensación térmica del frío, pero para el hombre; en cambio, aumenta un poco la temperatura bruta porque el viento transporta energía. Y tercero, tiene que haber cielos despejados. También, por supuesto, está el factor de la altura. Las Mesetas Orientales están entre los 3.300 y 3.800 metros sobre el nivel del mar", explica.Lugar sin vida Los extremófilos son los únicos seres vivos que pueden habitar lugares con condiciones extremas de temperatura. Pese a su increíble aguante, dice Santibáñez, no son inmortales. Por ejemplo, sería casi imposible que los psicrófilos (tipo de extremófilos que ama el frío), vivieran en las Mesetas Orientales de la Antártica. "En ese lugar no hay agua en estado líquido y para vivir es necesaria el agua. El límite para que haya vida en el hielo marino es de aproximadamente -16 grados y en agua dulce es de -10. Bajo esas temperaturas no se ha encontrado actividad", finaliza. 03-07-2018
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