Enfoque: Kast logra presidencia de Chile tras apuntar directo a seguridad y economía, afirman expertos

Por Cristóbal Chávez Bravo SANTIAGO, 15 dic (Xinhua) -- El ultraderechista José Antonio Kast logró la presidencia de Chile tras apuntar directo a las necesidades de la ciudadanía en materias de seguridad y economía, bajo la promesa del establecimiento de un "Gobierno de emergencia" respaldado por el "votante desafecto", plantearon expertos locales. Kast venció el domingo a la izquierdista Jeannette Jara tras obtener el 58,16 por ciento de los votos, según el último boletín del Servicio Electoral (Servel) de Chile, lo que le permitirá gobernar entre 2026 y 2030. Para el politólogo Mario Herrera, este triunfo se debe a que Kast capturó a "los votantes desafectos huérfanos de otros candidatos", en la primera elección presidencial con voto obligatorio en la historia del país. "No utilizó la clásica receta de los candidatos de derecha dura. No ganó con la idea de la batalla cultural, ni con un discurso ultraconservador en lo valórico", declaró a Xinhua el director de la Escuela de Ciencia Política y Administración Pública de la Universidad de Talca. En cambio, continuó, la estrategia de Kast fue "apuntar directo a necesidades de la ciudadanía en términos económicos y de seguridad pública que engancharan con un electorado que buscaba soluciones sencillas a sus problemas del día a día". "Kast leyó bien que esta elección sería con reglas distintas a las anteriores. En lugar de buscar a los votantes de clivaje, Kast buscó al votante desafecto. Ese mismo que, cuando el voto era voluntario, no acudía a las urnas. Que no tiene un domicilio ideológico claro. Y que, en general, tiene alto nivel de volatilidad", abundó Herrera. Por su parte, Manuel Reyes-Jara, académico de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Andrés Bello de Chile, señaló que el elemento estructural más relevante fue el "péndulo electoral", que en este ciclo "se desplazó hacia la derecha tras un período de gobierno y debate público asociados a la centroizquierda y la izquierda". "Este fenómeno, recurrente en la política chilena desde el retorno a la democracia, operó como un marco general que favoreció a cualquier candidatura ubicada en el polo conservador, más allá de sus atributos individuales y es validable estadísticamente", indicó a Xinhua. El experto apuntó también como factor la creciente sensación de inseguridad y la mala percepción de la inmigración que, a su juicio, "fueron capitalizadas de manera eficaz por Kast, quien las transformó en ejes centrales de su discurso, logrando sintonizar con temores reales, aunque mediáticamente amplificados". En tanto, el publicista y experto en marketing político Cristián Leporati afirmó que, en lo comunicacional, el triunfo de Kast se debe "esencialmente a que tuvieron un concepto claro que a la gente le hizo sentido que era un país en emergencia". "Ese concepto lo transmitieron permanentemente en las diferentes plataformas digitales, en la franja electoral. Fue un concepto poderoso, empático y con sentido para la gente", explicó. Para Leporati, bajo ese "concepto paraguas" se construyó todo el resto, además de un relato "muy bien segmentado" para las distintas audiencias en las diferentes plataformas y redes sociales. Este mensaje contempló "el permanente bombardeo de promesas respecto a la delincuencia y la economía como prometer echar a los migrantes ilegales en los primeros 90 días de gobierno". Leporati abordó también el péndulo político que afecta a Chile: la oposición siempre ha triunfado en las elecciones presidenciales desde 2006. "A partir de la campaña de (Gabriel) Boric en adelante, en 2021, en Chile hay un electorado que es capaz de votar un día por la extrema derecha y otro por la extrema izquierda y no se arruga. Es un electorado sin ideología que se guía por las problemáticas del cotidiano, del presente. Y en función de eso elige al candidato que le ofrece la mejor oferta y que es más creíble", puntualizó. Kast es el segundo presidente de derecha, tras Sebastián Piñera (2010-2014 y 2018-2022), desde el retorno a la democracia en 1990. En su primer discurso como mandatario electo, aseveró que Chile necesita "orden" y que va a "restablecer el respeto de la ley en todo el país".

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