Economia y Negocios (Chile)
25-05-2019
Cambio climático: ¿qué rol debe tener el mundo privado?
Las buenas intenciones deben traducirse en acciones concretas, con propuestas claras, medibles y verificables y con un plan de acción realista. El tiempo se está acercando, porque el Acuerdo de París entra en vigencia en 2020. Está a la vuelta de la esquina.
Hoy en día en Chile todo el mundo habla de la COP25, principalmente debido a que esta será organizada y desarrollada en nuestro país, pero ¿ qué es la COP? Es la Conferencia de las Partes (de ahí su acrónimo) de la Convención Marco de las Naciones Unidas para el Cambio Climático (CMNUCC), que es la cumbre más importante donde se reúnen representantes de alto nivel de 197 países a acordar acciones para mitigar y adaptarse al cambio climático (CC). La versión 25 se realizará en Santiago entre el 2 y 13 de diciembre de 2019. Estas reuniones con representantes de países a lo largo de todo el mundo no son nuevas.
La primera COP fue realizada en 1995 en Berlín, mientras que su tercera versión en 1997, en Kioto, dio origen al famoso (por ser el primero, pero poco efectivo) Protocolo de Kioto, para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Luego de un largo proceso (y muchas COP, ¡saque la cuenta! ) en la COP21 en París nace el “Acuerdo de París”, primer tratado global para abordar la mitigación de CC, que fue ratificado en 2016 por 195 países y la Unión Europea. La complejidad de un acuerdo mundial explica el largo proceso (Kioto terminó en 2012) y también su importancia. Pero el Acuerdo es solo el comienzo.
La COP25 busca fijar los criterios para el cumplimiento y la implementación del Acuerdo de París, que comienza a regir el 2020. ¡En la implementación de los compromisos de reducción de emisiones GEI establecidos por los países miembros el mundo empresarial es clave! El mundo empresarial chileno destaca actualmente por su proactividad. Si bien podría esperarse una actitud más bien reactiva, preocupándose solo de los costos y a la espera de lo que se negocie entre los representantes del Estado, ha elegido un rol proactivo.
De hecho, formó un Grupo de Trabajo Empresarial COP25–Sofofa, integrado por altos directivos de empresas y gremios industriales, expertos de la academia y de la sociedad civil, que ha declarado públicamente que “Chile tiene una tremenda oportunidad para mostrar que los países que se han desarrollado económica y socialmente están mejor preparados para adaptarse y para contribuir a la mitigación del cambio climático, desafío en el que nuestras principales industrias son —y tienen la oportunidad de serlo aún más— protagonistas de la migración hacia una economía circular y baja en carbono”. La propuesta es abordar aquellos temas en los que Chile tiene la oportunidad de ser un líder: energías renovables y descarbonización de la matriz eléctrica; bosques, áreas protegidas y plantaciones como sumideros de GEI; minería como líder en el desarrollo de los insumos fundamentales para un futuro renovable y con electromovilidad; transporte y producción de calor bajo en o sin emisiones, y sinergia entre conservación de espacios marinos y desarrollo de industrias productivas. Esta declaración de buenas intenciones debe traducirse en acciones concretas, con propuestas claras, medibles y verificables y con un plan de acción realista. El Acuerdo de París entra en vigencia en 2020, por lo que el plazo de implementar las acciones se está acercando. El desafío para el país entero no es menor.
Las reducciones comprometidas por Chile hoy día son insuficientes (ver segundo tema). Esto, junto a que los efectos proyectados del cambio climático son cada vez más críticos, hará que las metas sean cada vez más estrictas.
Por este motivo, el rol de las empresas es vital para alcanzar las reducciones necesarias; son las industrias y sectores de la economía los que contribuyen en gran parte a las emisiones de GEI y, además, son las empresas las que pueden articular e implementar la demanda de la población. A diferencia de otras problemáticas ambientales como la contaminación atmosférica o la generación de residuos, el problema del cambio climático es que si no hacemos nada hoy, los efectos serán mucho peores. Olas de calor, sequías, inundaciones son algunos de los efectos que podemos esperar.
En particular en Chile, la situación es más grave ya que cumplimos con 7 de las 9 condiciones de vulnerabilidad, lo que nos sitúa entre las 10 naciones más afectadas por este fenómeno, según el reporte de Índice Global de Riesgo Climático 2017.
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