Escolares de Conchalí programaron robot bilingüe que recibe pacientes en centro de salud

"Hola, antes de ingresar, por favor acércate al monitor de temperatura hasta que suene. Luego, acerca tus manos a 15 centímetros del dispensador de alcohol gel. Recuerda mantener la distancia social de un metro y medio dentro del recinto". En la entrada del Centro Comunitario de Salud Familiar (Cecosf) Haydeé Sepúlveda, de Conchalí, el pequeño robot entrega instrucciones a los sorprendidos usuarios con una voz femenina de acento metálico. Por si acaso, el protocolo también puede leerse en la pantalla que Eva -así se llama el androide- luce en su pecho. El robot actúa como primera línea en el recinto de salud, entregando los protocolos de seguridad a quienes llegan y derivándolos según sus necesidades. Y una tremenda gracia es que Eva fue programada totalmente por alumnos del taller de robótica del Liceo Bicentenario Polivalente Abdón Cifuentes. "Somos el primer colegio que cuenta con un androide en Chile. Con fondos de la Ley Sep (Subvención Escolar Preferencial) lo compramos en China el año pasado. La idea era empezar a trabajar con inteligencia artificial", cuenta Marcelo Pacheco, profesor de informática a cargo de grupo. Dividiéndose las tareas, en el proyecto participaron alrededor de 45 alumnos, de 8° básico a 4° medio. Trabajaron principalmente conectados desde sus casas, debido a la pandemia. Pese al contexto desfavorable, los alumnos se las ingeniaron para llevar a buen puerto su proyecto. En el taller también los apoyaron desde la Usach, con clases online enfocadas en el diseño 3D, y desde la U. de Chile, enseñándoles sobre programación. A pura práctica "Hemos trabajado en el robot desde octubre del año pasado, incluidas las vacaciones de verano, viendo diferentes formas de programarlo, mientras otros compañeros investigaban sobre robótica", explica Benjamín Jerez, alumno de 3° medio y uno de los integrantes del taller. "Luego ocurrió la pandemia y queríamos idear algo para ayudar a las personas. De ahí salió la idea de crear un asistente, como vimos que se hacía en otros países", señala. ¿Fue muy difícil programar a Eva? "Al principio sí, pero con el tiempo uno va practicando y no se complica tanto", asegura el joven, quien se declara feliz de que el esfuerzo de todo el grupo se plasmara en una ayuda concreta a la comunidad. "Es muy raro ver un robot que ayuda a las personas, más en Chile, donde falta desarrollo en el área de tecnología", comenta. Un paso en la atención Paz González, asistente asocial y encargada del Cecosf, evalúa como "exitosa" la colaboración con los adolescentes; según dice, abre una puerta para mejorar las prestaciones de salud en atención primaria. "Nos plantearon la necesidad de poderlo aplicar en la atención acá y estamos agradecidos de que nos dieran la posibilidad de participar con ellos", indica. "Bastantes personas que vienen a sus controles de salud se sintieron motivadas al ver esta nueva tecnología. Además, los chiquillos tuvieron la precaución de poner textos con traducción para la población haitiana, lo que le dio un valor agregado a las atenciones", destaca. 17-11-2020

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