Autor: Por Francisco Dagnino.
Documental relata la historia de Magallanes y Su paso por el Estrecho hace 500 años
64 kilómetros (305 millas náuticas) es la extensión que debe recorrer cualquier embarcación que quiera pasar del océano Atlántico al Pacífico, o viceversa, por el Estrecho de Magallanes. Es la misma distancia que separa a Santiago de la región de La Araucanía. Hace 500 años, Fernando de Magallanes ingresó por el oriente del Estrecho, en lo que sería su cuarto intento por encontrar el paso al entonces llamado Mar del Sur.
Apegado a la costa por el Atlántico, primero se convenció de poder pasar por el estuario del río de La Plata, pero por ahí no era; lo mismo en San Julián, donde estuvo cinco meses esperando el paso del invierno, perdió su primera de cinco naves en un naufragio, y pudo apenas contener el primer amotinamiento. Más al sur, Santa Cruz le pareció ser el lugar, pero la naturaleza lo decepcionó otra vez, hasta que el 1 de noviembre de 1520, Punta Dúngenes le abrió una nueva esperanza, y decidió internarse. Esa sí era la ruta que debía hacerlo famoso, históricamente inmortal e inmensamente rico.
La historia de esta travesía, la más audaz en su tiempo por su extensión, y que cambió la cosmovisión del mundo, será mostrada por primera vez en la televisión esta noche y mañana en el canal de cable Mega Plus. Se trata del documental de dos capítulos La Gran Travesía, de la Universidad San Sebastián y que fue realizado por Sebastián Domínguez, con vasta trayectoria en Estados Unidos y Chile. “Con este documental, la Universidad San Sebastián quiere hacer una contribución a la conmemoración de los 500 años del descubrimiento del Estrecho, considerando la importancia que tiene este hito para nuestro país y el mundo.
Nuestra universidad, no sólo está abocada a la docencia, a la generación de conocimiento, sino también a aportar a la construcción de identidad, y en este caso resulta que, por la hazaña de Magallanes, el gran navegante, el nombre de Chile quedó unido para siempre a uno de los episodios históricos más emblemáticos del segundo milenio”, señala Antonio Pujol, vicerrector de Vinculación con el Medio y Proyectos Institucionales. LA TRAVESÍA Domínguez cuenta que al desarrollar la historia va mostrando y narrando los lugares en los cuales estuvo Magallanes. Portugal, España, Brasil, Río de la Plata, San Julián, Santa Cruz, el encuentro con los patagones. Y en el Estrecho mismo, donde el conquistador pisó tierra en el extremo oriente, hizo oficiar misa, y al frente vio el humo de las fogatas de los selknam de Tierra del Fuego.
Ninguno de esos parajes “El documental va mucho más allá de Magallanes, porque es la única forma en que el espectador se haga una idea de la magnitud de esta hazaña”, dice el realizador Sebastián Domínguez.
MATEO MARTINIC: “CHILE COMIENZA POR EL SUR” Para el profesor e historiador Mateo Martinic, Premio Nacional de Historia en 2000, “estos 500 años permiten reflexionar en un hecho que ocurrió 16 años antes de aquello que la historia tradicional nos ha venido enseñando al atribuir a Diego de Almagro el hallazgo de Chile en 1536.
No, esto sucedió 16 años antes, en 1520, y comienza por el sur, por el Estrecho de Magallanes, por la Patagonia y la Tierra del Fuego”. El historiador afirma que “nuestro país entra a la historia de la humanidad como partícipe en lo que se refiere al conocimiento geográfico del planeta.
Mi tesis de toda la vida ha sido que Chile comienza por el sur”. Esta gran travesía, la más audaz en su tiempo por su extensión, cambió la visión del mundo y la humanidad supo a ciencia cierta que el planeta era mucho más inmenso de lo que se pensaba. Era conocido en el mundo occidental.
El realizador afirma que “el documental va mucho más allá de la zona de Magallanes, porque es la única forma en que el espectador se haga una idea de la magnitud de esta hazaña, y qué es lo que estaba pasando en el mundo. Por ejemplo, un año antes del viaje comenzó la revolución de Lutero, o era velado Leonardo Da Vinci, el padre del Renacimiento.
El mundo estaba cambiando, estaba en ebullición cultura)”. El plan original de Magallanes y del rey español Carlos I -que financió la expediciónera encontrar una ruta por el oeste a las Islas Molucas o de las Especias, en Filipinas. Para hacerse una idea, en aquella época, el kilo de clavo de olor costaba lo mismo que un kilo de oro. Sabían que no estaban solos en este afán de conquistas; y que los portugueses querían apresar a Magallanes para impedir su zarpe. Entonces, Magallanes cambió de nacionalidad y castellanizó su nombre. Los portugueses lo consideraban un traidor y los españoles de su tripulación nunca confiaron plenamente en él, lo que provocó amotinamientos durante el viaje. El realizador afirma que “Magallanes era un hombre de gran carácter, duro, racional, meticuloso, taciturno, solitario. De origen noble, tuvo la mejor educación que alguien podía haber recibido en esa época en su calidad de paje de la reina de Portugal. Aprendió matemáticas, cartografía, las escrituras, artes y el arte de la guerra. En este aspecto, era totalmente diferente a Cristóbal Colón, quien no tuvo una educación formal”. La travesía por el Estrecho tardó 27 días. A medida que las tres naos españolas enfilaban al norte, el paisaje iba cambiando de esa desolada Tierra del Fuego a una frondosa vegetación. Cuando Magallanes logró dar con el cabo que bautizó como Deseado, entró por fin al Mar del Sur, que rebautizó como océano Pacífico. Tres meses después y tras una terrible navegación, murió en batalla a manos de la tribu de la Isla de Cebú, en las Filipinas, sin haber conseguido su sueño. “La aventura humana no tiene límites. Si hoy existiera Magallanes sería un explorador espacial, una persona ensimismada en encontrar nuevas fronteras”, dice Domínguez.
