Autor: Juan José Crocco
Megasequía
L Evolución de la sequía La sequía tiene diversas causas, e impactos en función del tipo de sequía que enfrentemos.
Pa= ra los efectos de esta presentación se la definirá como “un evento en que la desupera a la oferta de agua, generándose un déficit que tiene asociado un daño; si no hay daño, no se habla de sequía, aun cuando haya déficit” (Fer= 'nández, etal. ,1999). Es posible identificartres tipos básicos de sequía: meteorológica, hidrológica y agrícola [... ]. Las sequías meteorológicas son producto de una baja sostenida en las precipitaciones en relación con un promedio histórico [... ]. Este tipo de sequía tiene una directa relación con la baja en la disponibilidad de una de las principales fuentes de abastecimiento de nuestro país, la acumulación estacional de nieve La sequía hidrológica se manifiesta cuando existe una baja sostenida de los caudales en los ríos o una baja en los volúmenes embalsados superior a lo normal en relación con un promedio histórico [... ]. Si bien dentro de este concep= to de sequía se considera la disminución de la disponibilidad de agua subterránea, es necesario darle a esto El siguiente artículo, publicado por el Centro de Estudios Públicos, advierte que para enfrentar la escasez hídrica no sólo se requieren cambios normativos, sino también acrecentar el volumen de agua disponible y ajustar nuestro uso del agua a un nivel sostenible, de acuerdo con nuestra realidad hídrica. último un tratamiento distinto, pues para la gran mayoría su constatación es menos evidente y, en la práctica, la capacidad de superar una baja sostenida dela napa freática es directamente proporcional a la capacidad económica del afectado [... ]. Finalmente, cabe mencionar la sequía agrícola, donde el factor antrópico cobra mayor preponderancia. Esta se produce cuando la disponibilidad de recursos hídricos es menor a los requerimientos de los cultivos y del ga= nado. A) Sequías del pasado nuestro país no es ajeno a la sequía.
Una de las primeras grandes obras hidráulicas de nuestro país es el Canal San Carlos, concebido en 1588, cuya construcción se inició en 1743 motivado por la grave sequía que se había asentado los años anteriores (Peralta 1989). Por su parte, la cuenca del río Petorca, hoy muy afectada por la Megasequía, sufrió en la década de 1960 una sequía particularmente catastrófica, que cambió definitivamente la actividad económica de la provincia, que en esos años dependía de la ganadería.
Desde la perspectiva de las precipitaciones, el último invierno lluvioso fue en 2006 según la Dirección Meteorológica de Chile (DMC). Desde entonces hemos tenido algunos años normales, siendo el último el año 2017 [... ]. Sin embargo, desde 2012 al presente año la mayor parte del territorio nacional ha presentado déficits pluviales. [... ]. Registros más antiguos permiten advertir un enfriamiento en el periodo 1958-1976 y posteriormente un calentamiento desde 1976 hasta la fecha (aumento en elevación de la isoterma cero), coincidente en 1976 con la Oscilación Decadal del Pacífico (ODP), que ocasionó años más lluviosos y cálidos desde 1976 hasta 2000. ODP es una ciclicidad de periodos de varias décadas. En el año 2000 se produjo un cambio de la ODP Ficha de Autor Juan José Crocco Carrera es abogado de la Universidad Católica.
Fue subdirector de la Dirección General de Aguas (DGA) del Ministerio de Obras Públicas. que debiera haber resultado en un enfriamiento, sin embargo, lo que ha dominado en este siglo es el calentamiento global en el Chile central junto con la Megasequía desde 2010. B) Situación actual La sequía que seguimos enfrentando se configura como una de las más graves de las que tengamos precedentes. La zona central de nuestro país muestra déficits sostenidos en las precipitaciones durante los últimos diez años.
Por ejemplo, en 2019, en la estación de la DMC, ubicada en Quinta Normal, se registró un déficit de 76% de lo que se considera un año normal, que es el promedio de precipitaciones registradas en el período de 1981 a 2010.
En la estación meteoroló gica de San Felipe se registró un déficit en precipitaciones de 83,8 %. A fines de agosto de 2020, el territorio nacional manifestaba un serio déficit de las precipitaciones acumuladas [... ]. «Megasequía: Diagnóstico, impactos y propuestas». Enero, 2021.
Documento publicado por el Centro de Estudios Públicos, en la serie Puntos de Referencia. sobre los recursos hídricos de nuestro país no solo se encuentra dispersa en un sinnúmero de fuentes y bases de datos, sino que la que se encuentra disponible no está diseñada para que sea comprensible por todos los habitantes; hoy es necesario ser un especialista para entender la información sobre el agua. [... ]. Se hace urgente avanzar en una plataforma de información sobre los recursos hídricos, consolidada en una base de datos que permita su correlación y la creación de algoritmos o el desarrollo de una inteligencia artificial, que simplifique sustancialmente la toma de decisiones, tanto para la autoridad como para los usuarios del recurso.
En este punto cabe destacar el esfuerzo de la Dirección General de Aguas por lograr la estandarización de la información existente para las 101 cuencas de nuestro país a través de los denominados Planes Estratégicos de Recursos Hídricos. [... ] Política educativa Junto con generar información de alidad y de fácil comprensión, se hace imperativo mejorar nuestra educación respecto de los recursos hídricos del país, ya que por lo general este tema se aborda superficialmente en la educación escolar, Jara ello se requiere incorporar en las carreras técnicas conocimientos específicos que permi tan, por ejemplo, saber cómo reparar una compuerta con data logger (que registra la información de extracciones); o ser capaz de identificar a cuál de las 42 instituciones con competencias sobre los recursos hídricos hay que recurrir frente a un determinado problema; o bien, ser capaz de generar soluciones innovadoras a la hora de resolver un conflicto relacionado con el agua. Política de innovación Finalmente, y junto con las dos iniciativas señaladas precedentemente, tenemos que asumir el desafío de transformar a Chile en un exportador de soluciones para problemas deriva= dos de los recursos hídricos. No podemos ignorar que nuestro país, por su variada geografía, es un laboratorio perfecto para probar soluciones nuevas. Hoy nos contentamos con mirar las soluciones que otros países nos traen, sin detenernos a pensar en cuántas ideas, mecanismos o técnicas podrían incubarse en nuestras cuen: para ir a solucionar problemas en el extranjero. Estos tres desafíos no son una responsabilidad exclusiva del Estado, sino que debieran ser un llamado a todos los actores de nuestra sociedad. Pero el Estado debe generar los instrumentos para incentivar al sector privado a buscar soluciones innovadoras que luego podamos exportar. B) Propuestas institucionales y normativas Curiosamente, nuestro Código de Aguas solo contiene 3 artículos que hacen referencia a la sequía. En ellos la sequía se trata como un fenómeno absolutamente extraordinario y no establece reglas de operación para enfrentarla.
Necesitamos transitar a un modelo normativo que conciba la sequía como un fenómeno periódico y entregue lineamientos que permitan dar solución a los problemas que recurrentemente están presentes, junto con establecer mecanismos que permitan enfrentar la emergencia derivada de una sequía extraordinaria. En el modelo actual, la sequía genera potestades “para reducir al mínimo los daños generales derivados de la sequía” (art. 314, Código de Aguas), es decir mecanismos (escuetos) para la gestión de una crisis. Debemos apuntar a un modelo de gestión del riesgo, en el que, previendo las consecuencias negativas de una sequía en ciernes, permita a los usuarios tomar las mejores decisiones para evitarlas. Para estos efectos, es necesario empoderar a las organizaciones de usuarios de agua, quienes realizan la gestión diaria de los recursos hídricos, y dotarlos de mejores potestades para hacer frente a estas situaciones extremas.
Por otra parte, se hace imperativo mejorar la capacidad de reacción del Estado frente a situaciones críticas, con potestades explicitas y lineamientos objetivos, así como el presupuesto necesario para hacer frente, por ejemplo, a una redistribuc en un río donde los usuarios no logren ponerse de acuerdo, cosa que hoy —a pesar de que la ley así lo dispone— es un imposible para la DGA, por no existir glosa presupuestaria que permita adoptar dichas medidas. €) Propuestas en materia económica Resulta evidente la necesidad de invertir más en la infraestructura hídrica del país y en la institucionalidad responsable de ella. En primer lugar, frente a la duda sobre el valor del agua [... ] cabe preguntarse, qué tan sensible es nuestro PIB frente a una sequía. En otras palabras, dado que para el desarrollo social y económico del país es necesario contar con fuentes de agua relativamente seguras, es clave saber cuánto frena al desarrollo no contar con agua disponible.
En línea con la necesidad de contar con más y mejor información, sería deseable determinar y estandarizar un “PIB azul”, que permita visibilizar la sensibilidad de nuestra economía a la falta de disponibilidad de aguas y conocer o cuantificar el aporte real de las aguas para el desarrollo y futuro de nuestro país.
Esta información sería clave para poder justificar el presupuesto de las instituciones públicas con competencia en recursos hídricos o, aquella nueva institucionalidad que pueda originarse a consecuencia de los esfuerzos que ha realizado la Mesa Nacional del Agua en los últimos años.
Por otra parte, y dado que la sequía afecta en mayor medida a los sectores más pobres de nuestro país, es imperativo generar instrumentos que permitan una mayor resiliencia frente a las futuras sequías. [... ]. Finalmente, es necesario replantear la forma en que se invierte en infraestructura, ya que hoy seguimos proyectando grandes obras hidráulicas de acumulación, iendo que, por una parte, las estadísticas actuales no dan cuenta de los caudales necesarios para su llenado y, por otra, que en el resto del mundo los grandes embalses van en retirada.
Tenemos que ser capaces de rediseñar la forma en que proyectamos nuestra infraestructura hídrica de manera de poder interconectarla, no exclusiva'mente como una única gran carretera, sino que nos permita integrar una cuenca con obras de acumulación de menor escala, con soluciones basadas en la naturaleza, como obras de recarga natural de acuíferos. Los impactos ambientales y los costos de diseñar la infraestructura en red son sustancialmente más bajos.
Esta matriz hídrica nacional podría permitir llevar agua a los lugares de mayor necesidad o in cluso conectarla con plantas desaladoras en las desembocaduras de las cuencas, de manera tal de tener un sistema de respaldo para el caso de que todas las demás fuentes fallen, cuando enfrentemos la próxima Megasequía.