Autor: Lenka Carvallo
“Me preocupa esta idea de que los independientes son fantásticos per se”
La académica de la Escuela de Gobierno UC asegura que se trata de una tendencia que podría ser “muy peligrosa”. Y agrega: “Si no fortalecemos nuestro sistema político, estamos condenados a la inestabilidad”. Sus jóvenes 37 años, Loreto Cox es hoy una de las voces más consideradas del ámbito académico.
Con dos carreras universitarias (es economista y socióloga de la UC), más un PhD en ciencia política en el MIT, durante años habitó la casona de estilo francés de Monseñor Sótero Sanz, como investigadora del Centro de Estudios Loreto Cox, socióloga públicos.
Eran los tiempos pre pandémicos, cuando todavía se podía ir a conversar y compartir un café, antes de que la contrataran de su ex casa de estudios como académica en la Escuela de Gobierno de la PUC. “Empecé en abril del 2020 y todavía no conozco personalmente a mis compañeros. Me hace falta la conversación de pasillo, la interacción en una reunión. Es aburrido el encierro y con niños es más difícil; tengo dos mellizos de 3 años y es difícil concentrarse, que entiendan cuándo pueden entrar, aunque he podido sortearlo bien.
Pero estamos saliendo de la cuarentena y los números me tienen optimista... ”. —¿ Cómo ha vivido además este súper ciclo eleccionario? —Trato de situarme hace dos años, incluso en octubre de 2019, cuando esto era impensable.
Me ha hecho reflexionar mucho sobre el futuro; cada vez me convenzo que desde ahora será imposible predecir nada... Aunque no somos los únicos; son fenómenos que están pasanPor Hoy es un lastre estar asociado a un partido tradicional (... ) los riesgos de que entren candidatos de corte populista y se declaren pulcros representantes del pueblo para combatir a las élites corruptas, está latente”. Me llama la atención esta idea de que Chile despertó, cuando en las sucesivas elecciones presidenciales, donde priman las mayorías, aquellos candidatos que proponían cambios radicales nunca concitaron mayor apoyo”. do en el resto del mundo, aunque a veces se nos olvida... —Entiendo que en los últimos diez años se han producido cerca de 200 estallidos sociales. Hay una sensación de insatisfacción, de rabia generalizada contra el sistema. —Efectivamente. Han crecido mucho las protestas violentas; y eso ha pasado tanto en países democráticos como autocráticos, en naciones ricas y pobres.
Hace poco salió en internet una investigación de Sergei Guriev, Nikita Melnikov y Ekaterina Zhuravskaya que será publicada dentro de poco en el Quarterly Journal of Economics sobre la influencia de la tecnología 3G (la primera que permitió descargas de aplicaciones rápidas y mayor velocidad para navegar en internet desde teléfonos celulares) en los niveles de confianza gubernamental.
Según estos autores, la llegada del internet de tercera generación tuvo como impacto una fuerte caída de la evaluación de los gobiernos al facilitar la rápida difusión de información negativa respecto de sus autoridades, sobre todo aquellos marcados por casos de corrupción.
Esto también impulsó la votación hacia partidos y figuras populistas, tanto de izquierda como de derecha. —El físico teórico Cristián Huepe dijo en “La Segunda” que también los algoritmos de las redes sociales también han colaborado bastante en esto... —Si en mi Facebook, Twitter o Instagram sólo recibo información que confirma lo que yo creo, es complicado.
Pero el asunto va más allá de las redes sociales; basta con tener internet, que podamos comunicarnos con más frecuencia, para que caigan los niveles de confianza; en el fondo porque lo que circula más rápido son las noticias negativas que se relacionan con los gobiernos.
“Siempre hay algún grado de malestar” En la conversación, tal como en sus columnas en El Mercurio, Loreto Cox va citando investigaciones: “Hay un working paper (investigación en desarrollo) de Ferguson y Molina que indica que cada vez que Facebook llega a un país en un nuevo idioma, tiende a producirse un fuerte aumento en el número de protestas.
Según los autores, porque facilita la coordinación entre aquellas personas que se sienten descontentas”. —¿ Qué va primero, el huevo o la gallina? Es decir, ¿el malestar es anterior o post la aparición de las nuevas tecnologías de comunicación? —En las sociedades siempre hay algún grado de malestar; es parte de la condición humana. Pero internet y las rrss actúan como un difusor del descontento y ayudan a que las personas se organicen y salgan a la calle; y al ver que esto pasa, los adherentes crecen. Lo vimos con el estallido social; la disposición a protestar cambió a partir de la gran marcha del 25 de octubre.
Volviendo al estudio sobre el efecto idiomático de Facebook, Loreto Cox agrega: —Lo triste es que los autores concluyeron que las protestas que ha traído esta red social no necesariamente han significado mejoras en la calidad democrática de sus respectivos gobiernos.
Un caso emblemático es el de la Primavera Arabe; hubo una gran masa que salió a manifestarse, en gran medida coordinados a través de las rrss, pero continúan siendo gobiernos autocráticos. —¿ Cómo identifica el caso chileno? —Antes las situaciones de corrupción no tenían un nivel tan alto de resonancia, pero internet y las redes sociales permitieron la divulgación de una gran cantidad de memes e información sobre los casos de corrupción y abusos por parte de las elites (Iglesia, empresarios, políticos, etc). Todo esto llevó a que la confianza cayera a su máximo histórico. —¿ Son poderosos los memes? —Es evidente que ala población le interesa muy poco la política. Según todas las encuestas del CEP, la gente que lee, se informa y conversa de estos temas con sus amigos o familia es sólo el 15% de la población.
Para el resto, los memes —una forma súper simplista de información— a veces son su única cercanía con la política. —¿ Son peligrosos entonces? —Siempre he creído que el sentido del humor nos ayuda a llevar mejor la vida; son un aporte; el problema es que casi siempre transmiten información negativa, que todos los políticos son malos... Tampoco quiero decir que sean muy buenos (sonríe), pero no son peores que otros. Agrega: —Lo que me parece más preocupante es esta idea de que los independientes sean fantásticos per se, mientras que venir de una carrera política sería algo negativo. Es una idea tremendamente peligrosa; los políticos son indispensables para una democracia estable. Si no fortalecemos nuestro sistema político estamos condenados a la inestabilidad. No es que vayamos a convertirnos en Perú —aclara— al menos no tan rápidamente. Pero el peligro existe. —En ese sentido, ¿cómo ve la carrera presidencial?. —Hoy es un lastre estar asociado a un partido tradicional. La centroderecha está muy mal evaluada, en gran medida por ser parte de un gobierno que está en el suelo.
Respecto de las cartas de la oposición, todavía no está claro quién será la candidata de Unidad Constituyente; y en cuanto a Apruebo Dignidad, aún queda por ver el resultado de las primarias entre Jadue y Boric. El escenario está súper abierto. Por lo tanto, los riesgos de que entren candidatos de corte populista y que se declaren pulcros representantes del pueblo para combatir a las élites corruptas, está latente. De hecho, la lista del Pueblo ya anunció que irá con un candidato independiente. Y Franco Parisi con Gino Lorenzini (de Felices y Forrados) también están en ese plan.
Son ejemplos de libro de lo que significa el populismo. —Lo concreto es que hoy las encuestas muestran una izquierdización de las preferencias electorales. —Claudio Orrego ganó la simbólica elección por la gobernación metropolitana en una estrecha disputa con Karina Oliva, una candidata de poca trayectoria que, sin embargo, le pisó los talones. Este dato, sumado al resultado de la elección de convencionales, no hace más que reforzar el actual poder electoral de la izquierda. Pero lo que me llama la atención es estaidea de que Chile despertó, cuando en las sucesivas elecciones presidenciales, donde simplemente priman las mayorías, aquellos candidatos que proponían cambios radicales nunca concitaron mayor apoyo.
Sólo con ME-O la izquierda creció hasta poco más de un cuarto de los votos, pero hasta hoy no ha logrado más que eso. —¿ Cuánto pudo influir el temor? Ricardo Lagos, por ejemplo, tuvo que enfrentarse al fantasma de Allende como el primer presidente socialista desde el retorno a la democracia.
Venció a Lavín por sólo 30 mil votos. —Pudo haber algo de miedo, lo cierto es que hoy la izquierda tiene una fuerza electoral tremenda, en lo que también incidió la incapacidad de la Concertación para renovarse.
Es increíble, pero todavía se sigue hablando de Carolina Tohá, Ricardo Lagos Weber y Claudio Orrego como la generación de recambio... Según el CEP, Unidad Constituyente fue lejos la coalición que llevó la menor cantidad de jóvenes y de mujeres a la convencional. “Les fue bien en términos relativos” Loreto Cox insiste en que el fenómeno es global. “Entre los jóvenes, que tienden a ser más idealistas, además hoy es poco sexy ser de centro-izquierda. En Estados Unidos, Bernie Sanders (el primer senador en la historia del Congreso de EE. UU. en considerarse de izquierda) estuvo muy cerca de ganarle a Hilary Clinton con una propuesta muy radical. Y los hijos de los Clinton votaron por Sanders.
En Chile los hijos de importantes figuras de la Concertación tienen su corazón en el Frente Amplio”. —Y hoy el FA cuenta con un candidato presidencial de 35 años, muy jóven. —Ellos en cierta medida impulsaron los cambios políticos que vemos hoy. Encarnan una crítica a la transición, pero también la preocupación ambiental, la diversidad sexual, los temas de género y el rol de la mujer, lo que se ha visto en la elección de convencionales. Pero si se compara con la votación que lograron en alcaldes, concejales, gobernadores, les fue bien en términos relativos. Eso demuestra que también fueron parte del castigo alos partidos tradicionales, y objeto de la desconfianza hacia todos los políticos y a cualquier forma de elite. Por eso insisto: cuidado con el populismo.