Autor: BANYELIZ MUNÑOZ
Los jóvenes son quienes más compran las camas japonesas: les dan onda a la pieza y no suenan
E a poco las camas japonesas ganan terreno en los hogares de los jóvenes chilenos. Son varias las características que llaman la atención de esta cultura asiática y una de ellas es su forma de dormir: casi en el suelo.
Su tradición es milenaria —a pesar de que ahora ocupan más las camas más occidentalesy se trata de descansar sobre un tatami, pieza hecha de materiales vegetales que se pone en el suelo y sobre el cuál va un futón que sirve como colchón. Se caracterizan por ser prácticos y simples. El diseñador gráfico de la Universidad de Chile Gonzalo Jaramillo, dueño de Camasjaponesas.
Cl, quien lleva 15 años diseñando este tipo de mobiliario, aclara que el concepto que ofrece el mercado local recoge el concepto —de mínimo de alturasy el espíritu minimalista (se reduce solo a lo esencial) japonés, pero no es la cama tradicional. "Las camas de hoy son de líneas rectas, puras, simples y trabajadas generalmente en madera. Son una obra de arte y cumplen con la necesidad básica, que es dormir”, describe. Los tatami, en tanto, están casi pegados en el suelo: son mucho más bajos (miden como cinco centímetros de altura). "Nuestras camas son de maderas y son como una especie de escenario. Tienen una altura baja: miden unos 20 centímetros de alto. Aunque se fabrican y adecuan al tamaño de la habitación de cada persona. Por lo general, van desde 156 centímetros de ancho”, detalla. "La gracia es que les dan más amplitud a los lugares. Muchos se compran camas box spring, pero ocupan mucho lugar: llenan casi toda la habitación. Los nuevos departamentos se cons” truyen cada vez más chicos. De hecho, la medida promedio de un dormitorio antes era de 3,20 por tres metros, y ahora van de 2,60 metros por 2,60. No queda espacio para nada. Estas camas hacen que se vea un lugar mucho más amplio”, sostiene. El colchón lo mandan a fabricar a un proveedor. Jaramillo precisa: "Es de espuma de alta densidad. La tela es acolchada y tiene diez o 12 años de garantía”. Dice que sus clientes en su mayoría son mujeres de entre 25 y 45 años. “No necesariamente son personas de grandes ingresos, sino que profesionales jóvenes y entusiastas por lo diferente”, les describe.
No suenan María Eugenia González, product manager de dormitorio de Sodimac, también concuerda que se trata de una moda. "Son de estilo minimalista: es un “Es una cama moderna y fuera de todo lo común”, asegura el diseñador industrial, Gonzalo Jaramillo. Ergónomo dice que le sirven a quienes tienen buen estado físico y se Dos ingenieros especializados en el negocio admiten que ellos son sus principales clientes Pueden poner de pie sin dificultada. Adultos mayores o personas producto muy simple. Es como si tuvieras una base equivalente a un pallet, que se le sobrepones un colchón.
A muchos les gusta, aunque otros las prefieren por un tema de las energías: se dice conceptualmente en Japón que botas las malas vibras y recibes las buenas energías de la tierra”. ¿Son cómodas? “Todo eso va a depender del tipo de colchón que le pongas. No es una cama elástica, blanda. Como la base es rígida, el colchón tiene un impacto más limitado. Es una cama un poco más dura. A la gente mayor quizás le resulte más incómoda: es como casi sentarse en el suelo. Es para jóvenes que no tengan problemas físicos”, reconoce. En Sodimac se pueden conseguir unidades con colchón desde $1.000.000. También hay otras sin colchón a un precio más accesible. “El precio se explica porque su producción no es tan masiva, además que el costo es más alto. No las hacen en serie. De hecho, si uno hace un estudio de mercado es probable que de 100 personas, solo dos tengan este tipo de camas. Es baja la demanda”, asegura. Para Jaramillo, las personas jóvenes prefieren las camas japonesas principalmente por moda y porque son distintas. "Es una cama moderna y fuera de todo lo común. Son bajitas: no suenan ni se mueven y soportan mucho peso. Para los más jóvenes es un producto que está de moda. Nos llaman porque les gustan los diseños, no por una necesidad esotérica. Buscan una cama diferente. Hay gente que ni siquiera anda buscando una cama japonesa. Busca una cama diferente, que le dé placer”, comenta. Sus camas cuestan desde $433.000 y no incluyen el colchón. Su colega de la Universidad Mayor, Nicolás García, dueño de Zuvo. Cl, tiene una trayectoria de 12 años en rubro y coincide en que es un producto más solicitado por jóvenes. "Le aportan mayor carácter a la habitación. La mayoría de mis clientes son jóvenes profesionales que están cambiándose de casa y buscan algo distinto: un espacio único. AdeLesionadas, olvídenlo. más, su gracia es que le dan más sentido de amplitud a los espacios”, describe. Sus camas parten en $400.000 y el colchón es aparte.
Opinión de experto El médico Miguel Acevedo, ergonomista y director del diplomado en Ergonomía de la Universidad Mayor, no recomienda las camas japonesas a personas con lesiones musculares o adultos mayores. "Como la cama es más dura y el colchón es más delgado, puede terminar con las caderas y rodillas maltratadas por la dureza de la base. Son camas muy bajitas, que están casi en el piso. Y puede dificultar que una persona pueda ponerse rápidamente de pie”, señala. ¿A quiénes les podría servir? “La gente joven y con buen estado físico la pueden usar sin dificultad. El consejo es que usen un colchón firme, que sea suficiente para sostener el peso del cuerpo y también que sea blando para deformarse un poco. El cuerpo no es una tabla, tiene curvas y esas curvas el colchón debe recogerlas. Si no, va a ocasionar que los huesos queden arruinados”, advierte.