Editorial: La invasión de la droga en Magallanes
Editorial: La invasión de la droga en Magallanes Durante siglos, Magallanes ha sido sinónimo de aislamiento geográfico, esa misma distancia, que antes nos protegía de muchas de las problemáticas que azotan a las grandes urbes, hoy parece convertirse en una debilidad.
Con una preocupación creciente, somos testigos de una alarmante ola de ingreso de drogas a nuestra región, un fenómeno que no solo amenaza la seguridad pública, sino que corroe silenciosamente el tejido social que tanto valoramos. Los titulares de prensa, otrora dominados por noticias de avistamientos de ballenas, proyectos energéticos o desafíos climáticos, ahora comparten espacio con incautaciones de estupefacientes y detenciones relacionadas con el narcotráfico. Ya no es una realidad lejana; la droga ha llegado a nuestros barrios, a nuestras poblaciones, y tristemente, comienza a permear entre nuestros jóvenes.
Las consecuencias son devastadoras: aumento de la delincuencia, problemas de salud pública, desestructuración familiar y un manto de inseguridad que hasta hace poco nos resultaba ajeno. ¿Cómo es posible que una región con un acceso tan controlado, con pasos fronterizos limitados y una geografía tan particular, se haya vuelto un foco de interés para las redes del narcotráfico? La respuesta, compleja y multifactorial, probablemente reside en una combinación de factores.
La creciente conectividad, el valor estratégico de nuestra posición geográfica para ciertas rutas y, quizás, una subestimación inicial del problema por parte de quienes deben velar por nuestra seguridad, han creado un caldo de cultivo propício para esta oscura actividad. Es imperativo que esta situación sea abordada con la urgencia y seriedad que merece. No podemos permitir que Magallanes se convierta en una plaza más para el crimen organizado. Es el momento de exigir a nuestras autoridades, tanto a nivel local como nacional, una respuesta contundente y coordinada. Necesitamos fortalecer significativamente las capacidades de nuestras fuerzas policiales y aduaneras en la detección e interceptación de cargamentos. Esto implica mayor tecnología, más personal especializado y una inteligencia criminal robusta que permita desmantelar estas redes antes de que se asienten. La coordinación interinstitucional es clave: Carabineros, PDI, Aduanas, el Ministerio Público y la Armada, deben trabajar como un solo puño para cerrar todas las puertas de entrada a la droga. Pero la batalla contra el narcotráfi co no se gana solo con la represión. Es fundamental abordar las causas y consecuencias de este flagelo desde una perspectiva integral. La prevención es una herramienta poderosa. Necesitamos invertir en programas educativos que informen a nuestros niños y jóvenes sobre los peligros de las drogas, que les ofrezcan alternativas saludables y les brinden herramientas para resistir la tentación. Las familias, las escuelas y las organizaciones comunitarias tienen un rol irremplazable en esta tarea. UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD QUE TRANSFORMA VIDAS co, alcohol y drogas, y la contaminación ambiental. Todos estos son factores que, junto con la falta de diagnóstico y tratamiento oportuno, siguen elevando el riesgo de sufrir un ACV. Entonces, la clave para cuidar nuestro bienestar es adoptar un estilo de vida saludable, con controles médicos regulares, alimentación equilibrada, actividad fisica y evitando el consumo de sustancias tóxicas como el tabaco y el alcohol.
Sin embargo, también es fundamental reconocer las señales de alerta de un ACV y actuar con rapidez: dificultad para hablar, debilidad en brazos o piernas, asimetría en el rostro o vértigo repentino son señales de urgencia. Si aparecen, acudir de inmediato a un servicio de urgencias puede marcar la diferencia entre la vida y la muerte. Este Dia del Cerebro, el llamado es a que la conciencia se transforme en acción. El mejor homenaje que podemos hacer a nuestro cerebro es cuidarlo cada dia. Porque cada segundo cuenta, y cada hábito también.
Señor Director: La reinserción de quienes infringieron la ley requiere de un trabajo colaborativo entre el sector público y privado, y no puede depender solo de las fundaciones: el Estado, construyendo políticas públicas y velando por su cumplimiento; las empresas, aportando capacidad para generar empleabilidad a su vez que las fundaciones abordamos aspectos educativos, emocionales y familiares. Pero sin una fuente laboral digna, que entrega ingresos y propósito -una verdadera segunda oportunidadlos casos de éxito se reducen. A modo de contexto, se estima que por cada persona que completa el proceso de reinserción, se evitaria hasta 520 delitos al año.
Otra estadística del SENAME señala que la reincidencia juvenil a los dos años supera el 46%. De ahi la importancia de contar con una alianza público-privada capaz de romper ciclos de exclusión y alejarlos de forma definitiva de la vida delictiva. Hacemos un llamado a que más empresas se atrevan a ofrecer empleos para quienes buscan enmendar el camino.
Es hora de un nuevo pacto social, donde el compromiso empresarial permita cambiar el destino de estas personas, porque cada caso exitoso de reinserción es un triunfo para el pais. "La región enfrenta una creciente amenaza del narcotráfico, que exige acción urgente y coordinación institucional para frenar su avance". EDITORIAL