Autor: Jéssica Henríquez, Sofia Chiesa O Casagrande y Pablo Eguiguren.
Gobierno y universidades: La «batalla» que se está incubando por el presupuesto 2021
14 Se está incubando un conflicto entre las universidades y el Gobierno que, al parecer, nadie ha aquilatado muy bien. Hablamos de un sector extremadamente sensible, encabezado por rectores, líderes de opinión, que afecta en torno a 100 mil académicos y a un millón y medio de alumnos.
No se le está tomando el peso aún a que esto siga escalando”. De esta manera describe el académico de la UDP y ex ministro, José Joaquín Brunner, la serie de cartas al director y columnas que ha generado el Presupuesto 2021 por los recursos destinados a la Educación Superior y al Ministerio de Ciencia. A las alarmas, que encendieron los rectores Ignacio Sánchez (U. Católica) y Ennio Vivaldi (U. Chile), se han sumado estos últimos días sociedades científicas, parlamentarios y decanos de las facultades de Ciencia.
Según los números que muestra el Los rectores Sánchez (UC) y Vivaldi (UChile) en “Financiar la gratuidad conlleva necesariamente ajustes en otras líneas del presupuesto de educación superior”. Raúl Figueroa Ministro Educación “Si la investigación no se considera como una prioridad, estamos en un grave problema (... ) ¿ Es que no hemos comprendido nada en esta pandemia?”. Ignacio Sánchez Rector UC Congreso será el escenario La pandemia obligó a hacer reasignaciones, lo que unió a los rectores de las dos principales universidades del país para influir en la discusión. Proyecto que se discute en la subcomisión mixta del Congreso, las platas para Educación Superior subieron un 2% real al igual que las de Ciencias, si se compara con la ley aprobada en 2019.
Ese aumento de recursos incluye alzas para financiar la gratuidad (que crece un 6,4% real) y reducciones al fondo de Aporte Fiscal Directo (AFD) —los conocidos “fondos basales” — que cae 5% y que las universidades tradicionales reciben en base a criterios históricos, por lo que no tienen mayor accountability.
El problema, dicen los rectores, es que la reasignación de recursos por la pandemia significó la caída en aportes basales y ajustes a los recursos para las ciencias (repartidos en programas administrados por diversos ministerios). “Es gravísimo. Los fondos basales, que nos permiten contratar investigadores y desarrollar ciencia para el país, bajan... eso no había ocurrido en los últimos 30 años”, dice el rector Sánchez. “Aquí hay una discusión política de Fondo sobre el futuro de nuestra matriz productiva. ¿Seguimos exportando materias primas como el cobre o nos preparamos para dar el salto y, por ejemplo, fabricar vacunas?” agrega Vivaldi. Una historia repetida El reclamo de las universidades por más recursos se repite todos los años: los rectores asisten al Congreso, contactan sus redes parlamentarias y visibilizan el tema. Hasta este año la discusión más recurrente era cómo se distribuían los recursos entre las universidades estatales y las privadas con aporte estatal agrupadas en el Consejo de Rectores (CRUCH). Pero esta vez, es distinto. Primero, porque los líderes de las dos principales universidades del sistema (la UC y la U.
De Chile) están alineados en el mismo objetivo, dejando de la lado el rol que jugaban en el pasado, donde Sánchez apuntaba a lograr más recursos para el CRUCH y Vivaldi reclamaba más apoyo para las estatales. Hoy ambos tienen el mismo discurso: las universidades y las ciencias son claves para superar la pandemia.
“Si la investigación no se considera como una prioridad, estamos en un grave problema (... ) ¿ Es que no hemos comprendido nada en esta pandemia?, ¿no hemos valorado el aporte de las universidades?, ¿ no entendimos que la ciencia es clave?”, preguntó Sánchez en carta en El Mercurio el 5 de octubre.
“¿ No nos interesa como país estar en la avanzada del conocimiento para contribuir a los grandes problemas médicos, sanitarios y medioambientales que vamos a tener que enfrentar en los próximos años? Llamamos a las autoridades a rectificar”, agregó Vivaldi en redes sociales.
El reclamo tiene como contexto el rol “Le pregunto alos rectores: ¿ a qué le sacamos dinero? Más allá de criticar, propongan qué partida recortar”. Sylvia Eyzaguirre Investigadora CEP “Se está incubando un conflicto entre las universidades y el gobierno.
No se le está tomando el peso”. José Joaquín Brunner Académico UDP “Esto no se agota en el Presupuesto 2021, abre la discusión de qué universidades queremos tener en miras de los cambios constitucionales”. Ennio Vivaldi Rector U. Chile 14,7 % ha crecido el gasto en remuneraciones en las universidades estatales entre 2016 y 2019. Que han tenido ambas instituciones en la pandemia. Son parte de la mesa social covid-19, han entregado insumos para la toma de decisiones del gobierno en educación escolar, salud mental y lineamientos éticos en atención hospitalaria.
Además han jugado un rol articulador con las sociedades científicas y han colaborado con la creación de laboratorios para PCR en todo el país, fabricar mascarillas y protectores faciales, idear ventiladores mecánicos, instalar plataformas de análisis de datos y avanzar en pruebas clínicas para posibles vacunas. De hecho la apuesta más avanzada en esta última materia está liderada por la UC, pero respaldada por un consorcio de universidades que incluye a otros siete planteles. Pero esto choca con una realidad que impuso restricciones y prioridades a un presupuesto que el Presidente Piñera llamó “del empleo y la recuperación” cuando lo dio a conocer a fines de septiembre. Y desde el Ejecutivo recuerdan que el programa de gobierno busca balancear la inversión pública desde educación superior hacia la educación parvularia y escolar.
Las cifras muestran que Chile invierte cerca del 2,7% del PIB en educación supeRior versus un 1,8% en educación primaria (monto similar en secundaria). En cambio, el promedio de los países OECD muestran una inversión similar en los tres niveles cercanos al 1,5% de su producto. “Decisiones dolorosas” y lobby La respuesta del Gobierno a los rectores ha sido clara: la pandemia ha obligado a repensar cómo usar los recursos. Así lo explicaron los subsecretarios de Ciencia (Carolina Torrealba) y de Educación Superior (Juan Eduardo Vargas) en cartas a los medios. “Frente al difícil año vivido, es imposible que el presupuesto mantuviese una estructura similar a la de años anteriores”, señalan.
Por eso, explicaron, se suspendió la convocatoria 2021 para el programa de Becas Chile para el extranjero, con la idea de “priorizar gastar cada peso en el sistema científico nacional”. Y en Educación Superior se aumentó la partida de gratuidad. “Hacer frente a la expansión de gratuidad obliga a tomar decisiones dolorosas, las que no son —en definitiva— una opción, sino la constatación de que los recursos simplemente no alcanzan para todo”, agregaron.
Vivaldi señala: “se esta castigando a las universidades con gratuidad y se están transfiriendo los recursos del sistema público al privado”. Para 2021 se sumaron dos universidades y tres instituciones técnicas a la gratuidad, todas privadas.
Sánchez agrega: “Entiendo que debemos ahorrar mucho, pero no se entiende que sea en la generación de nuevo conocimiento que nos puede ayudar a salir de esta pandemia con mayor rapidez”. En el Mineduc responden que —apegados al programa de gobierno que establece apoyar al sistema de educación en su conjunto— crecerá en un 15% el Fondo de Desarrollo Institucional (FDD), fondos concursables que incluyen a universidades, CFT e IP.
Desde la vereda técnica, Sylvia Eyzaguirre, investigadora del CEP, dice que “la pandemia nos ha mostrado que la Ciencia es muy importante, pero más de un millón de familias han perdido ingresos y lo han pasado muy mal.
Ese es el escenario (... ) Le pregunto a los rectores: ¿ a qué otra cosa le sacamos el dinero para entregarle a Ciencia y Educación Superior? ¿ a la clase media? ¿ a quién? porque la plata no es infinita... Más allá de criticar los recortes, propongan qué partida recortar”, dice. Defensa conjunta Con las posiciones encontradas, la discusión seguirá en el Congreso. Y es ahí donde apuestan a ganar los rectores. “Nos estamos articulando porque los cambios Presupuestarios los hacen o el Ejecutivo, o bien el Legislativo haciendo traspaso de recursos entre distintas glosas. Les hacemos un llamado a ponerse de acuerdo en cómo hacerlo”, advierte Sánchez.
Los rectores ya han tenido varias conferencias privadas con las sociedades científicas y con la Academia de Ciencias para abordar el tema, así como contacto —entre otros— con los senadores Guido Girardi y Carolina Goic, además de que cada rector ha contactado a los parlamentarios de su región para abordar el tema. Ese trabajo ya surtió un primer efecto: lograron unir a representantes desde la DC hasta el FA.
Los senadores Carlos Montes, Yasna Provoste y Jorge Pizarro, además del diputado Giorgio Jackson (todos de la comisión mixta de Presupuesto) advirtieron en una carta la necesidad de tener “un diálogo franco con las autoridades” para revisar en detalle los presupuestos de ambas áreas.
La idea, adelantaron Es hacer “una defensa conjunta del sector frente a los arbitrarios recortes propuestos por el Ministerio de Hacienda”. Este frente —rectores con parlamentarios— puede ser difícil de sortear para el Gobierno, aun cuando hay conciencia que el 2021 será un año difícil que requiere esfuerzos de todos. “Es un conflicto latente, que puede empeorar. Lo que el gobierno debe hacer es sentarse con el conjunto de las instituciones para descomprimir esto y trazar un cierto camino que les de certidumbre. Los rectores saben que hay restricciones, no creo que vayan con demandas desmedidas”, dice Brunner.
Vivaldi adelanta: “Esto no se agota en la discusión de Presupuesto, si no que abre la discusión de qué tipo de país queremos construir, qué tipo de universidades queremos tener en miras de los cambios constitucionales que se nos vienen. Se abre la posibilidad de repensar todo”. Déficit financiero, la otra pelea José Joaquín Brunner, académico de la UDP, advierte que la discusión presupuestaria es reflejo de un problema más profundo. Y que había un caldo de cultivo para generar una reacción de este tipo.
“Hay un cuadro previo a la pandemia de bastante inestabilidad y, sobre todo, incertidumbre respecto del futuro del financiamiento de la educación superior en su conjunto” que se profundizó primero con el estallido social y luego con el covid, ya que han caído los ingresos producto de la menor matrícula y la mayor morosidad.
Así, a las dificultades que ha significado la implementación de la gratuidad se sumó el efecto de la pandemia que ha significado, según explicó a fines de julio el rector de la Usach Juan Manuel Zolezzi, alrededor de $180 mil millones.
Ese escenario financiero, agrega Brunner, cruzado con el ánimo de rectores molestos con la fijación de aranceles (que establecen los montos máximos de gratuidad que entrega el Estado) “que se hizo para unas pocas carreras y de manera muy poco trasparente” potencia una reacción transversal de cuestionamiento al Gobierno. Los rectores estiman que la regulación de aranceles les generará un déficit de $9 mil millones. Desde el Ejecutivo, en tanto, creen que las universidades, especialmente las estatales, deben hacer más esfuerzos por contener gastos y generar ingresos adicionales.
Los estados financieros de las universidades privadas que pertenecen al CRUCh muestran que vía cursos y programas de extensión aumentaron sus ingresos entre 2018 y 2019 en un 8,5%, mientras las estatales cayeron en un 31%. Y en los gastos, las remuneraciones han mostrado un alza de 14,7 % en planteles estatales desde que partió la gratuidad (2016), mientras que las privadas del CRUCH solo un 5%. “Uno comprende que el gobierno está en una situación de restricción fiscal, pero no se entiende por qué recortar gastos en un sistema universitario que está pasando por una situación dramática. ¿Qué racionalidad tiene profundizar un problema por todos visto?”, pregunta Brunner. Andrés Bernasconi, director del Centro de Estudios de Justicia Educacional de la UC, advierte que lo más probable es que el tema —más allá de cómo se resuelva esta vez— continúe. Porque hoy se deben reasignar recursos para poder entregarlos a dicha política. Agrega que “incluso en un escenario sin pandemia va a ser un problema, porque los alumnos en gratuidad seguirán aumentando. Eso va a estar presionando permanentemente los presupuestos de las instituciones de educación superior y los fondos para la ciencia y la investigación”.