Autor: MARIO VALLE
"Inferno", aggiornamento de "La divina comedia", pero manteniendo su esencia
Crítica de Teatro Néstor Cantillana pone todo su potencial actoral al servicio de este montaje. Al conmemorarse los 700 años de la muerte de Dante Alighieri, la Embajada de Italia en Chile, el Instituto Cultural Chileno-Italiano y la Universidad Finis Terrae se unieron en un homenaje al poeta.
El dramaturgo Marco Antonio de la Parra tuvo el desafío no menor de adaptar y resumir la primera parte de “La divina comedia”, el Infiemo (las otras dos son el Purgatorio y el Paraíso) que Néstor Cantillana entra al escenario todo vestido de blanco y con sus pies descalzos, queda claro que esta no es una obra de teatro propiamente tal. El actor se para frente a un atril, donde están sus textos, y comienza a dirigir un símil de un concierto.
“Así esto se podría definir como un concierto teatral, a cargo de un DJ), y en que la mi tiene un rol protagónico, Cantilana va leyendo e interpretando sus parlamentos en que hay una mezcla de español, italiano y chilenismos ante un telón de fondo en que se van proyectando las imágenes relativas al paso de Dante por los nueve círculos del infierno, donde los pecadores son sometidos a castigo y en que aparecen arraigadas la fe y convicciones morales y filosóficas. Cantillana hace una excelente interpretación, en la que utiliza toda su expresividad, y plasticidad apoyado en su potente vocalización, lo que permite adentrarse en este mundo de entre ensoñación y pesadilla al que convoca.
Su paseo por la avaricia, ira, codicia, soberbia, traición, violencia, gula, fraude y lujuria (representada por la imagen de sacerdotes), con alusiones a la burocracia, corrupción e injusticia social, no es muy distinto al que pudiera darse hoy en día. Nferno”, más cercana a una performance, está estructurada en tres partes. La primera, el paso por el infierno del personaje de Dante, que representa a la humanidad.
Luego, su atractivo diálogo con Lucifer, interpretado por De la Parra, para concluir en un Se trata de un aggiornamento de esta obra cumbre de la universal escrita a comienzos del siglo XIV, una versión 2.0.
La puesta en escena atractiva, rupturista e innovadora es dirigida por Daniel Marabol, quien pone todo su conocimiento de diseño sonoro al servicio del montaje, en el que además la música de Nicolás Aguirre, muy en el estilo techno y con mucho sintetizador, envuelve y se complementa adecuadamente lamento de los condenados al que alude el texto, aunque en algunos momentos tiende a opacarlo. La parte técnica tiene también un papel no menos importante. Ya no está atrás 0 un costado.
Sobre el escenario se van manejando al unísono las mesas de sonido, iluminación, imágenes y musicalización Esta pieza, de una hora de duración, rompe esquemas y no tiene una estructura tradicional, Más bien es una narración que una representación en sí misma. Es una reflexión existencialista ante la incertidumbre del presente. Mantiene la esencia del poema alegórico de Alighieri haciendo guiños a la historia poránea reciente y haciendo ver que, por muchos años que hayan pasado, son varias las situaciones las que se han mantenido. Pero aunque, obviamente, está dirigida a un público conocedor de “La divina comedia", ello no parece ser una cortapisa mayor para Su apreciació Teatro Finis Terrae. Jueves a domingo, a las 20:30 horas. Hasta el 24 de octubre. Aforo reducido y se pide pase de movilidad. Entradas en sistema Ticketplus.
Resumen
El dramaturgo Marco Antonio de la Parra tuvo el desafío no menor de adaptar y resumir la primera parte de “La divina comedia”, el Infiemo (las otras dos son el Purgatorio y el Paraíso) que Néstor Cantillana entra al escenario todo vestido de blanco y con sus pies descalzos, queda claro que esta no es una obra de teatro propiamente tal., “Así esto se podría definir como un concierto teatral, a cargo de un DJ), y en que la mi tiene un rol protagónico, Cantilana va leyendo e interpretando sus parlamentos en que hay una mezcla de español, italiano y chilenismos ante un telón de fondo en que se van proyectando las imágenes relativas al paso de Dante por los nueve círculos del infierno, donde los pecadores son sometidos a castigo y en que aparecen arraigadas la fe y convicciones morales y filosóficas., La puesta en escena atractiva, rupturista e innovadora es dirigida por Daniel Marabol, quien pone todo su conocimiento de diseño sonoro al servicio del montaje, en el que Néstor Cantillana pone todo su potencial actoral al servicio de este montaje.
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