Autor: JUAN MORALES
El carismático doctor que creó Coaniquem dice adiós
En los '70 creó la fundación, en los '80 fue figura en "Sábados Gigantes a sus órdenes" y en los '90 hizo realidad la ley que prohíbe los fuegos artificiales. Ahora colaborará de lejos, descansará y tocará guitarra.
En 1976, cuando terminaba su formación como cirujano pediátrico en el Hospital Roberto del Río, al doctor Jorge Rojas Zegers, hoy de 75 años, le llegó un paciente que en aquellos tiempos era considerado sin posibilidades de sobrevida. Se trataba de un niño con más del 60% de su cuerpo quemado. Pero el doctor dice que se había especializado en quemaduras y que había conocido nuevas técnicas de injerto de piel. Contra todo pronóstico, dice, el paciente mejoró y a los cien días ya estaba en su casa dado de alta. Pero entonces vino otro problema. "La gran pregunta era qué iba a pasar con ese niño.
Ahí nos dimos cuenta que había un nuevo concepto en el mundo que era la rehabilitación del paciente con quemaduras", explica el doctor. "Esto significa mejorar la flexibilidad de esas cicatrices, de esos injertos, porque las cicatrices se encogen, se retraen, mientras que el niño tiene que crecer". Para tratar esta discordancia entre encogimiento y crecimiento, agrega el doctor, existían ciertas técnicas que no se conocían en Chile y que él empezó a aplicarlas en el hospital.
Pero esas nuevas técnicas significaban nuevos gastos, nuevas inversiones, algo que el hospital no estaba en condiciones de solventar. "Un día me llama el director del hospital y me dice doctor, no podemos acompañarlo en esto, estamos en una pésima situación económica. Le pregunté si podía buscar una forma de hacer estos tratamientos fuera del hospital y me dijo que sí.
Esa fue la chispa que dio origen a Coaniquem". Tres años después, un 19 de abril de 1979, el doctor Rojas firmaba la escritura de constitución de la Corporación de Ayuda al Niño Quemado, Coaniquem. "El objetivo, que se mantiene hasta hoy, es atender bien y sin nunca cobrarle un peso a nadie, porque los niños que se queman en general son los más vulnerables", dice el doctor. "Desde entonces hemos atendido a más de 140.000 niños sin que nadie haya pagado nada. Con los años abrimos un centro en Antofagasta, donde atendemos mil pacientes al año, otro en Puerto Montt donde atendemos un número similar, mientras que en Santiago se atienden 6.000. Y en septiembre inauguraremos otro centro en Concepción". Entre medio, pasaron un par de cosas. En la década de los 80 el doctor Rojas experimentó la extraña experiencia de la fama.
En "Sábados Gigantes", el programa más visto de la televisión chilena en los tiempos en que la televisión lo era todo, participó en un El doctor Rojas tuvo su momento de fama cuando participó en un segmento de “Sábados Gigantes” en los 80.
“Hemos atendido a más de 140.000 niños sin que nadie haya pagado nada” El cirujano pediatra Jorge Rojas deja la dirección de la fundación tras 43 años segmento llamado "Sábados Gigantes a sus órdenes”, donde respondía consultas de la gente. Dice que lo saludaban en la calle y todo, pero que "nunca ha sido mi interés alimentar el ego con esas cosas”, y que cuando sintió que "ya había dicho lo suficiente”, no fue más. “Me sirvió como complemento.
Aprendí a entregar un mensaje eficaz en televisión, al público, lo que es muy útil en una fundación como la nuestra”. Y luego, en la década siguiente, inició una campaña contra los fuegos artificiales y que culminó en una ley que regula su uso. “A partir de 1993 tomamos consciencia de que los fuegos artificiales quemaban a muchos niños, porque nos llegaban muchos pacientes.
Decidimos hacer una vigilancia epidemiológica activa”, cuenta el doctor. "Logramos que todos los sistemas de urgencia del país, entre el 6 de diciembre y el 6 de enero de cada año, nos reportaran los niños que llegaban con quemaduras. Hasta 1999 llegaban en promedio 78 casos de niños quemados.
Pero a partir del 2000, que fue cuando entró en vigencia la ley que prohibía los fuegos artificiales, esa cifra disminuyó a 6 y se ha mantenido hasta el día de hoy”. Otro cambio notable que ha ocurrido durante estos años ha sido el número general de casos. "Hace 25 años realizamos un estudio con la colaboración de la Universidad de Chile para determinar cuántos niños se quemaban al año. Ese año la cifra llegó a 162.000 ”, dice. “Ahora hicimos ese mismo estudio usando la misma metodología y bajamos a 80.000.
Se debe a que tenemos casas más seguras y a que Coaniquem ha participado en la certificación de seguridad que deben tener las cocinas, los hervidores eléctricos y hasta los guateros”. Por último el doctor Rojas destaca la labor preventiva de la fundación. Para eso se necesitan datos.
Dice que el origen de las quemaduras en niños es por contacto con líquidos calientes (un 60% de los casos) y por contacto de objetos calientes (40%). "En los líquidos, la inmensa mayoría de los casos es por el volcamiento de un té o de cualquier líquido caliente en un niño cuando un adulto lo sostiene en sus brazos.
También son frecuentes el volcamiento de líquidos en la cocina y del hervidor eléctrico”, dice. "En cuanto a los sólidos, son comunes las quemaduras de mano en la puerta del horno, en las estufas a combustión, en los alisadores de pelo e incluso en el tubo de escape de las motocicletas”. ¿Y por qué hace todo este balance el doctor Rojas? Porque a partir de ahora ya no será el director de Coaniquem. Asumirá su hijo, Jorge Rojas Goldsack. “Pero no me iré de la fundación. Asumiré otros papeles, pero más secundarios. Tendré más tiempo. Quizás toque más guitarra, porque también soy concertista. Estudié 11 años en la Universidad de Chile. Pero esa ya es otra historia”.