Editorial: Paradójico éxito de la aislación térmica
Editorial: Paradójico éxito de la aislación térmica L a drástica caída en la asignación de subsidios de aislación térmica para la Región de Los Lagos es más que una estadística preocupante: es un golpe directo a la confianza ciudadana y una evidente contradicción con los objetivos estratégicos de largo plazo. Dejar al 62% de las familias postulantes sin este beneficio a las puertas del invierno es una decisión difícil de comprender, cuyas consecuencias trascienden el simple confort habitacional. Desde la perspectiva de las comunidades, la frustración es comprensible y está justificada. Familias, en su mayoría compuestas por adultos mayores y niños, ven como se desvanece la posibilidad de un hogar más cálido. Este subsidio no es un lujo, sino una herramienta de equidad social que impacta directamente en la salud, al disminuir las enfermedades respiratorias, y en la economía doméstica, al reducir drásticamente el gasto en calefacción. Por otro lado, desde el Minvu argumentan que el programa ha mejorado sus estándares, elevando el costo por vivienda, y que la demanda simplemente superó la oferta presupuestaria. Es un punto atendible: mejorar la calidad de los proyectos es siempre positivo. Sin embargo, aquí radica la gran paradoja. Resulta un fracaso de planificación celebrar el éxito de un programa y el aumento en la demanda, para luego no disponer de los fondos suficientes para cubrirla. Generar altas expectativas en la ciudadanía para luego no poder cumplirlas es sembrar una desconfianza difícil de revertir. Este recorte representa, sin duda, un retroceso.
El subsidio de aislación térmica es una de las políticas públicas más eficientes, con un triple impacto: mejora la calidad de vida, alivia los bolsillos de los más vulnerables y, fundamentalmente, es un pilar en la lucha contra la contaminación atmosférica, ya que disminuye el consumo de leña. Más que un gasto, este programa es una inversión estratégica. Es imperativo que el nivel central comprenda la urgencia y reconsidere una inyección extraordinaria de recursos a futuro. Nose trata sólo de números en una planilla, sino del bienestar de miles de personas y de la coherencia de las políticas medioambientales que el propio Estado promueve. La región no puede permitirse dar un paso atrás en esta materia. 2692483. Es ilógico fomentar la postulación a un beneficio para luego no poder financiar la alta demanda. El 62% de interesados quedó fuera. E Editorial