Promesas sobre el bidet
Ximena Jara M.
Or estos días, en Washington, la campaña política del “En Contra”, desplegada por la centroizquierda para evitar la aprobación del proyecto de constitución en el plebiscito de diciembre pasado, acaba de recibir el reconocimiento a mejor campaña política en los Napolitan Victory Awards, los premios más importantes en materia de campañas y consultoría política. Un reconocimiento más que merecido, en razón de una extraordinaria dificultad que definió la campaña: la ausencia de una promesa concreta. El horizonte de cambios o de consolidación, esa “tierra prometida” que es el corazón de toda campaña política, era una tarea imposible: el horizonte era seguir como estamos.
A diferencia del primer proceso constituyente, en el que la promesa era la posibilidad de una mejor propuesta “una con amor” (spot que ganó el Latino Reed Award), acá no había algo que conseguir, simplemente un riesgo enorme que evitar.
Poner el foco en lo que se gana cuando se evita un peligro era la única opción de la campaña, cuyo mayor triunfo fue, más allá de todos los premios, que Chile no aprobara una constitución republicana. De vuelta en este momento electoral, la pregunta es cuáles son las promesas que las candidaturas municipales desplegarán y por cuántas de ellas será posible responder.
El informe del PNUD nos alerta no solo sobre la desconfianza de la ciudadanía en las élites, sino también en la voluntad de concretar cam- “La extrema vulnerabilidad en las confianzas de ser necesariamente infalible, a menos que sus manifestaciones sean realistas. La posibilidad de consolidar caminos de logros, para los incumbentes, también debe estar anclada en la realidad. Las promesas modestas, posibles, deberían estar en el centro de esta conversación local. Las elecciones municipales, además, ocurrirán menos de 10 días después del quinto aniversario del estallido sobios relevantes. La senPolíticas obliga a cial, a propósito del cual sación de deuda redoblar los no solo recordaremos pendiente de la política cuidados en las las movilizaciones, sino es dominante. Pasan las Campañas y los también la disposición gestiones y las personas » momentánea y fugaz de sienten que los problelas élites para “comparmas persisten. Apostar por cambios que parecen milagrosos genera cada vez más desconfianza, a la vez que, paradójicamente, esos cambios son juzgados como urgentes y fundamentales. La extrema vulnerabilidad en las confianzas políticas obliga a redoblar los cuidados en las campañas municipales y los compromisos que se desplieguen.
La seducción principal de los candidatos desafiantes, el cambio, deja tir los privilegios” y construir un “gran acuerdo social”. La memoria de esa promesa fallida en pensiones, por ejemplo, o en impuestos, puede tener profundas consecuencias en la subjetividad con la que se enfrentará el voto. En ese contexto, lo más recomendable parece la moderación para el marketing político y, por discreto que parezca, hacer caso al consejo de Charly García: por favor, no hagas promesas sobre el bidet.