Una histórica comuna que tiene su origen en los pueblos originarios del Norte Grande
Este oasis formaba parte del extenso Camino del Inca y después pasó a ser parte del Virreinato del Perú, donde destacaba por su producción de nobles vinos. A historia de Pica está ligada a los pri L meros pueblos del norte y la llegada de los españoles al territorio nacional. Sin embargo, recién el 22 de diciembre de 1891 fue creada la municipalidad de Pica, pero quedó suprimida por la Ley NO 1919 del 26 de enero de 1907. Luego, la Ley NO 12419 del 4 de enero de 1957 instaura definitivamente la actual comuna de Pica. Pica significa “flor en la arena' (quechua) y la comuna tiene una superficie de 8.934,3 km2 dentro de la Provincia del Tamarugal. Posee un total de 11.622 habitantes, distribuidos principalmente, en los poblados de Pica, Matilla, Lirima, Cancosa y las mineras Collahuasi y Quebrada Blanca. El oasis de Pica estaba en el Camino del Inca, entre los tambos de Huatacondo al sur y Mamiña al norte. Por aquí pasó el conquistador Diego de Almagro en 1535 y los nativos le opusieron resistencia.
La cultura Pica se desarrolló durante el período intermedio tardío o de desarrollos regionales (900 -1450 DC). Sobre la basa de las rutas potenciadas por Tiwanaku en el período anterior, este grupo habría desarrollado importantes intercambios que les permitió mantener relaciones con las culturas de San Pedro de Atacama, el altiplano meridional y el noroeste argentino. En 1556 llegaron a establecerse los españoles y desde 1559 hubo “encomiendas de indios”. Fue la sede del tenientazgo de Tarapacá, que dependió del corregimiento de Arica. En 1765 fue creado el corregimiento, con capital en el vecino pueblo de Tarapacá, que dependía del Virreinato del Perú. Además, Pica fue capital de la cúpula eclesiástica que pertenecía a Arequipa. Su parroquia fue creada en 1620 por el obispo de Arequipa, Pedro de Perea, donde se entronizó al apóstol de San Andrés. RELATOS Sin embargo, algunos relatos hablan que en 1533 los nativos del oasis vieron al primero europeo.
Su nombre: Gonzalo Calvo de Barrientos “El Desorejado”, quien había sufrido esta mutilación por orden de Francisco Pizarro como castigo por un robo y determinó como su porpia condena viajar hasta Chile por el camino de los desiertos hasta Aconcagua. Según algunos historiadores, el descubrimiento y ocupación oficial de Pica, aunque fuera transitoria, ocurrió a comienzos de 1536 por DIEGO DE ALMAGRO. Parte de la hueste de Ruy Díaz, capitán del adelantado Diego de Almagro, en ocasión de su expedición para el descubrimiento de Chile. Aquí se concentró la mayor cantidad de población hispana, que creó una fuerte tradición social en medio del aislamiento. La primera familia castellana en establecer su hacienda en el lugar fue la familia Ceballos, venida desde Trasmiera en la provincia de Laredo y Santander en España. Su producto principal fue el vino que se comercializaba por tierra hasta Arequipa y Potosí. Sin embargo, en la actualidad la comuna de Pica es conocida en el exterior principalmente por sus cultivos de cítricos, siendo el más nombrado el limón de Pica. AUGE SALITRERO El auge salitrero hacia 1850 transformó el área. Las viñas fueron reemplazadas por frutales, sobre todo cítricos. Pica se convirtió en un exclusivo lugar de descanso. De esa época datan la mayoría de las viviendas, los locales de comercio y la Iglesia de San Andrés.
Así, grandes extensiones de cultivos pueden apreciarse en los pueblos de Pica, Matilla, Valle de Quisma y alrededores, que producen limones, naranjas, pomelos, mangos, guayabas y en los poblados cordilleranos de Cancosa y Lirima, la quinua. La lucha por el agua es una constante en Pica. Los españoles usaron las técnicas mineras de Potosí y así en los siglos y XIX, construyeron más de 12 km de socavones captadores de aguas filtrantes. Aún están en uso y sus “respiraderos' pueden verse en pleno desierto. Otras de sus características son sus aguas hipotermales, que alcanzan una temperatura aproximada entre y 32*C, que permiten baños en la piscina termal, baños de tina, de barro y vapor. Estas termas son ideales para las afecciones del sistema óseo y respiratorio. Las piscinas naturales son llamadas “cochas” en referencia al uso que en el pasado tenían como sistemas de regadío. La 'cocha' más famosa es la poza situada en un socavón natural de roca volcánica y con dos pequeñas cavernas, donde el agua disminuye un poco la temperatura.
De esta forma, la comuna de Pica es una de las zonas más visitadas en la Región de Tarapacá, aunque la pandemia de coronavirus sigue restringiendo el acceso de sus visitantes del extranjero y de todo nuestro país.