Autor: C. Castellanos y P. Eguiguren
Los $40 mil millones menos para las universidades que traban el Presupuesto 2021
Mientras el Gobierno busca acercar posturas, el senador Lagos advierte que “es un tema que debemos abordar hoy, el tema económico de las universidades en un corto plazo va a estallar”. Por Este presupuesto es inédito”, dijo el ministro de Hacienda, Ignacio Briones, esta mañana en el Congreso.
Pese alas discusiones, a ratos álgidas, Briones está optimista, pues dice que se avanzó bien en la Comisión Mixta y espera que hoy, cuando el Presupuesto 2021 se discuta en la Sala de la Cámara, “haya una buena discusión”. Del paso por la Mixta, llegarán cinco partidas rechazadas. Entre ellas, la destinada a las universidades parece ser una de las más complejas. Desde que ingresó a trámite en el Congreso, el presupuesto para la educación superior fue uno de los principales puntos de conflicto entre el Gobierno y la oposición. Y los rectores de las universidades estatales se han hecho oír entre los parlamentarios, exigiendo que no caigan los fondos que recibirán el próximo año.
Pese a que el proyecto de presupuesto para 2021 aumenta los recursos para esa área educacional, los distintos fondos que reciben las universidades estatales y privadas fundadas antes del año 1981 caRAEE AR METAS mixta de presupuesto, que rechazó la partida de Educación.
Instituciones estatales y privadas tradicionales: En entre 5% y 15%: en total, un monto cercano a los $40 mil millones (unos US$ 52 millones). ¿Cómo se explica esa aparente contradicción? Por el costo de la gratuidad, cuyo presupuesto crece 6,4% real si se compara la ley aprobada el año pasado con la que actualmente se discute en la sala de la Cámara de Diputados. “Financiar la gratuidad conlleva necesariamente ajustes en otras líneas del presupuesto de educación superior”, reconoció el ministro de Educación, Raúl Figueroa, a La Segunda a mediados de octubre. Es más, solo en gratuidad, el presupuesto para 2021 contempla US$1.614 millones. Problema que puede “estallar” Los recursos que traban la partida de Educación son relevantes, pese a significar un porcentaje menor de su presupuesto total.
Desde el Mineduc, que no ve con buenos ojos desvestir otras áreas prioritarias como la educación parvularia y la escolar para privilegiar la educación superior, pues Chile ya invierte aquí más que los países de la OCDE (en términos de PIB per cápita). Así, esos $40 mil millones que piden las universidades equivale, por ejemplo, a 1,34 veces el presupuesto de textos escolares, que se entrega a todos los establecimientos subvencionados del País. O a la subvención pro-retención, que busca evitar la deserción escolar de los alumnos más vulnerables. Desde el Gobierno dicen que ya hay negociaciones para acercar posturas con la oposición en este ámbito.
Las negociaciones, aseguran fuentes cercanas a Educación, buscan incluir mayor flexibilidad, por ejemplo, para que las universidades del Consejo de Rectores (Cruch) puedan utilizar los recursos acumulados en el fondo de créditos solidarios para otros usos. De este modo, los caminos parecen llevar a que el Gobierno logre disminuir en algo ese recorte presupuestario a las mencionadas universidades con recursos que provengan de otras partidas. Pero en la oposición no ven un camino tan claro.
“No han habido acercamientos y ayer le dejamos claro al Gobierno que este tema es fundamental para el desarrollo de mediano y largo plazo”, dice el diputado RD Giorgio Jackson, uno de los principales promotores de la gratuidad. “Yo espero que el gobierno pueda abrirse a buscar una mejor solución para la educación superior”, agrega el senador PPD Ricardo Lagos Weber. Dice que han planteado algunas fórmulas para beneficiar a las universidades del Cruch y que espera que la Dirección de Presupuestos pueda evaluarlas y responderles. “Confío en que el Gobierno pueda presentar medidas para ir en apoyo directo de las casas de estudio”, dice Lagos Weber. “Este es un tema que debemos abordar hoy. El tema económico de las universidades en un corto plazo va a estallar y generar una nueva crisis, y si algo hemos aprendido es que es mejor adelantarse a los problemas”.