Autor: ALDO MADARIAGA Académico UDP y COES
Sobre Estonia, dato mata relato
Señor Director: Ma. Cecilia Cifuentes escribió una columna de opinión en este diario sobre el caso de Estonia. En ella ensalza la "libertad económica” de ese país, su baja tributación y sus excelentes resultados educativos, deslizando la idea de que los tres están relacionados. Un simple vistazo a los datos públicos de la OCDE hace pensar, en cambio, que podría ser exactamente al revés.
Estonia recauda lo mismo que Chile en impuestos directos (8,4% del PIB) y casi dos puntos más en impuestos indirectos (principalmente por impuestos específicos a ciertos bienes y servicios), lo que lo hace tener un ingreso fiscal mayor.
En educación, gasta lo mismo que Chile como porcentaje del PIB (3,1%), pero gasta más por estudiante en todos los niveles (en educación superior, casi un 60% más). Este gasto adicional Estonia lo destina a investigación y desarrollo en el sector educativo, que en Chile es prácticamente nulo (el más bajo de la OCDE). Mientras el gasto público en educación es equivalente en ambos países, en Estonia el gasto privado es de los más bajos de la OCDE, siendo el de Chile de los más altos.
En efecto, Estonia está en el top 10 de la OCDE en inclusión educativa, mientras que Chile en último lugar (Pisa 2018). ¿Será que en realidad una mayor igualdad y foco en —ambos con una fuerte presencia estatal— explican los buenos resultados? Un último dato para considerar: en Estonia el 95% de la matrícula de primaria y secundaria es en establecimientos públicos; en Chile no alcanza al 40%.