Autor: WILHEM KRAUSE
Profesores top enseñan en universidades que no piden PSU
“Acá hay alumnos más vulnerables, que son los que más hay que apoyar”, sentencia. Son casi cinco décadas las S que María Eugenia Montt lleva trabajando como profesora de Derecho. Dice ostentar un curioso récord: jamás ha peleado con alguno de sus alumnos. “Me gusta tener una buena relación con ellos; es la mejor manera de que le tomen cariño a las materias. Las viejas brujas son terribles, porque el estudiante le toma miedo al conocimiento”, afirma. Según dice, ella nunca se enfada "porque no tiene ningún sentido; no tengo úlceras ni enfermedades al estómago”. Montt es abogada y ha hecho clases en varias universidades. Fue directora de escuela en la U. Central, lleva 45 años enseñando en la U.
De Chile (su alma mater) y desde el 2010 dicta el ramo de Derecho Laboral en la Universidad Pedro de Valdivia. ¿Por qué ahí? "La decana fue mi alumna y me pareció un proyecto estupendo, porque hay alumnos más vulnerables, que son los que más hay que apoyar”, define. Sus alumnos y colegas la apodan "Monona” por su buen carácter; por años se le conoció por llegar a clases y regalar chocolates. "Es que lo dulce es muy bueno para las neuronas”, teoriza. Eso sí, ya no lo hace: "Me acusaron.
Mira, yo llegaba a clases comiendo y cuando como no lo voy a hacer sola, entonces les regalaba”. Competencia macabra La perspectiva humana de María Eugenia Montt también permea a su labor académica: "Nunca diría que voy a cerrar con un 1 en la prueba. Para mí esta no es una competencia con los alumnos; lo que me importa es que aprendan.
Si uno ve que les gusta el área tengo que estimularlos, darle otras oportunidades y no reventarlos”. Se comparan los alumnos de hoy a cuando partió?-En general hay mucha distracción, sobre todo por la parte informática. Nosotros teníamos que imaginarnos las cosas; hoy hay demasiada facilidad y demasiados medios para que el individuo no tenga que hacer ejercicios mentales ni desarrollar un criterio. -No hay mucho criterio. -No. Uno a veces dice que esto puede ser mejor para los abogados viejos, que tenemos más experiencia y criterio.
Hoy la competencia es macabra: todos quieren doctorado y magíster -y no lo digo de picada porque yo también tengo mis cartones pero al final no hay nada que enseñe más que la vida misma, el ejercicio de buscar soluciones a los conflictos de los demás. - ¿ Por qué le parece mal esto de los cartones? -Es un arribismo espantoso.
Contratan a la gente dependiendo de dónde viene y de cuántos cartones tiene, pero a lo mejor ninguno de ellos es muy inteligente, quizás son universidades que pudieron pagar los papás. ¿Qué pasa con la gente que puede ser inteligente, razona, pero no tiene todos los papelitos que tienen otros? Es tremendo. -¿Qué cualidades debe tener un buen abogado, más allá de la universidad donde estudió?-Una cosa es tener buena memoria y aprenderse las cosas; otra es ser inteligente y tener raciocinio, análisis.
Eso es lo que necesita un abogado, porque hasta un loro repite, pero eso no sirve. )) “Hoy todos quieren doctorado y magíster, pero al final no hay nada que enseñe más que la vida misma” María Eugenia Montt La abogada María Eugenia Montt va por el medio siglo de docencia: hoy está en la UPV Más historias Sindy Davis, doctora en Química, trabaja en la Universidad SEK. El 2019, junto a su equipo tres investigadores, fue galardonada con el premio BRAIN del Centro de Innovación de la Universidad Católica. “Creamos un material muy hidrofóbico para la construcción. La idea es que se incorpore en el hormigón para darle propiedades impermeables", explica.
Oriunda de Venezuela, Sindy procura tener un acercamiento lo más práctico posible para enseñar a sus alumnos de la SEK: “Más allá de mostrar la teoría, me gusta que indaguen por ellos mismos y así van aprendiendo y asimilando la información desde la experiencia”. Mauricio Castañeda lleva 9 años como docente de la Universidad de las Américas, impartiendo cursos de sonido para las carreras de Comunicación Audiovisual. Ha hecho la postproducción de más de 200 películas, entre ellos el documental nominado al Oscar “Al filo de la democracia”, sobre Brasil. “Yo voy a morir haciendo el sonido para películas y me gusta traspasar ese mismo nivel de pasión para mis alumnos. Por eso les exijo un 100% de asistencia: en el mundo real la cosa también es asf”, subraya.