Autor: Por Daniel Rozas
"Allende tiene más estatura intelectual que Boric"
El escritor y periodista dice que “no le veo a Boric un sustrato intelectual como el que tenía Allende. No estoy diciendo que no sea inteligente.
Pero Allende tenía un sustrato fuertísimo y, además, era un gran operador político”. Ascinado con el peso de la historia en nuestra cultura popular y autor de libros como «Bernardo», una biografía de Bernardo O'Higgins e «¡ Independencia! », una colección de siete crónicas sobre la fundación de la república, Alfredo Sepúlveda (53) es licenciado en Comunicación Social de la U. De Chile y máster en Periodismo por la U. De Columbia en Nueva York.
Profesor de la Facultad de Comunicación y Letras de la UDP, Sepúlveda nos recibe en su oficina y muestra avances de «La historia del periodismo en Chile», el nuevo libro que publicará en 2023, donde narra los 200 años del oficio en el país desde la creación de «La Aurora de Chile», hasta el rol de las redes sociales en el terremoto de 2010.
Al cateo de la laucha noticiosa, sostiene que la adquisición de Twitter por parte de Elon Musk pone a prueba los límites de la libertad de expresión debido a que el magnate sudafricano decidió devolverle la cuenta a Donald Trump.
Sin embargo, lo que más le preocupa es cómo esta red social está determinando la forma en que se hace la política actual: “Una empresa transnacional cuyo dueño es un individuo estrafalario, que no está sujeta a ningún control, cero sujeción a las leyes locales y sin embargo, toda la clase política, incluida las más altas autoridades de todos los países, gobiernan a través de ese instrumento”, reflexiona.
En 2020, cuando se conmemoraron los 50 años del gobierno de la UP, publicó «La Unidad Popular: Los mil días de Salvador Allende y la vía chilena al socialismo», libro donde narra la historia de ese gobierno en su propio contexto. “Puedes estar en acuerdo o desacuerdo con el golpe, pero los hechos, creo yo, y este es el valor del libro, están presentados cronológicamente con el mayor detalle posible. Y la historia completa.
Hay muchos trabajos buenos de aspectos específicos de la UP, pero el arco completo, la serie, nos faltaba”. “Hoy se aprende de orgánicas en redes sociales” —¿ Por qué decidiste escribir una crónica sobre la UP en su propia circunstancia y no a la luz del golpe y la dictadura militar? ¿ La UP tiene derecho a una historia propia? Boric es un tipo leído. Allende se bastaba a sí mismo para su oratoria. Boric es más cultura popular de izquierda. Allende no cita nunca. Todo lo inventa”. Ni Allende ni Boric se han planteado como antagonistas de sus respectivas izquierdas”. —Tuve que sentarme y ver qué pasó primero y qué pasó después. Y eso te da otra perspectiva, porque lo que uno tiene en el cabeza son los grandes hitos de la UP: la elección de Allende, el paro de octubre, el “tanquetazo” y el golpe militar. Y entre medio tienes muchas horas, muchos días. ¿Qué pasó el 19 de noviembre del 71? Me interesaba saberlo. Entonces esa perspectiva es la que trato de poner en el libro. Y eso te hace entender por qué estábamos tan polarizados. No era solamente porque unos eran comunistas y los otros de derecha. Había una vida que transcurría entre medio. —Hay una famosa carta de Radomiro Tomic donde dice que la UP es una tragedia griega.
Se dice que ese período polarizó a la sociedad chilena y está en la médula de nuestras divisiones. ¿Qué vínculos ves entre esa experiencia política y lo que sucedió en Chile tras el estallido social con las revueltas, la Convención y el plebiscito? —Yo creo que esto viene de antes. Esa polarización ya la tenía Frei Montalva en la segunda parte de su mandato. El MIR le había declarado la guerra a Frei y la derecha lo trataba como si fuera un marxista. Entonces esas pulsiones ya se veían en el gobierno de la DC. Y el último año de Frei Montalva, el 69, fue terrible. —Ese año hay un secuestro de aviones. —Claro. Y asaltos a supermercados. Cosas que hoy día nos parecen como juegos de niños al lado de los portonazos. Pero entonces era una cosa nunca antes vista. O sea, crimen y política. Y eso se empieza a romper el 68 y el 69. —Según el escritor Germán Marín, el asesinato de Pérez Zujovic fue el punto de inflexión de la violencia política en Chile. Cuando el VOP, grupo de extrema izquierda vinculado al lumpen, asesinó a un exministro. —Hay una investigación que dice que el VOP reclutaba en poblaciones, mientras que el MIR reclutaba en las universidades. El VOP es gente medio expulsada del MIR y de la “Jota” (Juventudes Comunistas). Porque tanto la “Jota” como el MIR, filtraba a los que consideraban locos. Y el VOP agrupó a toda esta gente expulsada de esta izquierda. Se puso a la izquierda de la izquierda. Tampoco le interesaba ser parte de la UP. Ellos consideraban que la UP era reformista. Así que no estaban en el proyecto. Encontraban que eran unos entreguistas, parte del sistema. Y ellos se van por esta línea súper armada. Reclutando en los márgenes de la sociedad chilena. —¿ Se puede vincular el VOP con ciertos grupos anarquistas que operan hoy en Santiago? —Me falta el vínculo con los partidos. Porque igual los jefes del VOP venían expulsados del MIR. Por lo menos habían tenido la experiencia. Entonces habían aprendido orgánica en los partidos y luego se habían ido. Hoy día creo que aprenden de orgánicas en redes sociales. Me faltan los partidos y los movimientos previos. Me falta la ideología para hacer la comparación completa. Y el VOP nunca ofreció una salida a esta juventud. O sea, ofrecía balas y un poco de épica pasajera. Porque todos sabían que el lugar final al que iban a llegar era la muerte. En ese sentido son anárquicos. “La UP era más heavy metal que Apruebo Dignidad” —Salvador Allende quería hacer una revolución marxista por la vía institucional. En tu libro recuerdas que Fidel Castro le reprochó a Allende: “Usted quiere la revolución sin sangre”. Allende quiso seguir el cauce legal. Gabriel Boric pretendió cambiar el rumbo del país constitucionalmente tras el acuerdo de 2019. ¿En qué se parecen ambos? —Allende creía que la revolución era inevitable. Pero de alguna manera él sentía que le estaba ofreciendo al país y, sobre todo a la burguesía, una salida pacífica.
Pensaba: “o lo hacemos como quiere Fidel Castro, el VOP o el MIR, o lo hacemos a mi manera”. Y su manera fue usar la Constitución y las leyes a través de mayorías populares para llegar al socialismo. Allende tenía una visión de mundo marxista clásica. Creía que el final de la historia estaba en la sociedad socialista. Él sostenía que este camino, en que los trabajadores se hicieran del Estado para hacer los cambios, era el camino que nos iba a garantizar la ausencia de sangre. Esa era la idea de la vía chilena al socialismo. La gradualidad pacífica. Y eso lo creía él, el PC, y el Partido Radical.
Pero no lo creían buena parte del PS, el MAPU, y otros radicales como el MIR. —¿ Se puedes trazar paralelos entre las coaliciones de la UP y Apruebo Dignidad?—Es interesante porque la UP también tenía dos almas, pero era más heavy metal porque tenía un alma que estaba al filo de creer en la lucha armada, no le veía utilidad a estar en el Estado, y sostenía que la revolución había que hacerla por fuera. El “Poder Popular” era buena parte del PS, el MAPU y la Izquierda Cristiana; los jóvenes básicamente. Y estaba la otra tradición, más histórica, que seguía la vía legalista chilena para obtener lo mismo. La UP era marxista. Era un insulto para ellos ser llamados social demócratas.
Sin embargo, nunca se consideraron dos coaliciones distintas pese a las diferencias al interior del MAPU: allí hubo elecciones y se enfrentaron los del “Poder Popular” versus los que querían seguir la vía de Allende; estos últimos pierden las elecciones y Allende opera para revertir la situación. Y eso genera la aparición del MAPU Obrero Campesino, que es el MAPU Allendista. Y el MAPU revolucionario se queda con el nombre.
Pero, aparte de esa división, no se constituyen, como ahora, dos dimensiones de la política distinta. —¿ Qué es lo que sucede ahora con la coalición política que apoya a Boric? —Tienes una tradición que es el Socialismo Democrático que viene de los años de la Concertación, y que, por razones electorales, están juntas con el Frente Amplio y el Partido Comunista. Pero son agua y aceite. Nunca los vas a poder juntar porque siempre se estuvieron disputando la izquierda. Aquí tú tienes el Socialismo Democrático que es la social democracia, pero el PC no. Ambas almas de la UP querían llegar al marxismo socialista. —A Salvador Allende se lo acusó de ser amarillo. A Gabriel Boric se lo ha tildado de lo mismo. ¿Políticamente en qué se parecen? —Hay semejanzas. Sus respectivas izquierdas son quienes los acusan de amarillos. Eso sí, creo que Allende tiene más estatura intelectual que Boric. No le veo a Boric un sustrato intelectual como el que tenía Allende. No estoy diciendo que no sea inteligente. Pero Allende tenía un sustrato intelectual fuertísimo y, además, tenía la capacidad de ser un gran operador político. —Y mucha más experiencia. —Una experiencia de 40 años en el Congreso. Hay similitudes y es interesante que ambos sean atacados por sus izquierdas. Y ambos decidan no responderle a esas izquierdas. Ni Allende ni Boric se han planteado como antagonistas de sus respectivas izquierdas. Yo creo Allende iba camino a hacer eso. Pero todo se precipita tan rápido en esos días de septiembre que nunca lo sabremos. Pero iba en ese camino. No tenía otra salida. O era el golpe, que fue lo que ocurrió, o mandar a la cresta el MIR y abrazar públicamente a la DC.
Esas eran sus alternativas. —En el documental «Allende mi abuelo Allende», realizado por su nieta, Marcia Tambutti, se sugiere que su muerte es un gesto heroico para la izquierda pero devastador para la familia. ¿Cómo analizas el suicidio de Salvador Allende? —A mí me parece que es bien impulsivo. Allende, antes del bombardeo, intenta negociar. O sea, hay heroísmo pero no al nivel de plantear esto como una tragedia. Lo que él no quiere es renunciar. Y está la idea de que le traspase el poder al presidente del Senado. Ahí te das cuenta que no es alguien que tenga ganas de suicidarse. Y para mí el suicidio es un misterio porque ocurre en forma impulsiva, después del bombardeo, después del suicidio del “Perro” (Augusto) Olivares.
Es una cuestión de un momento, de una situación de estrés traumático completo, anda a saber tú. —Boric parece querer imitar el estilo oratorio de Allende y lo ha citado en sus discursos. ¿En qué se parecen intelectualmente?—Boric es un tipo leído. Allende se bastaba a sí mismo para su oratoria. Boric es más cultura popular de izquierda. Allende no cita nunca. Todo lo inventa. La frase de las empanadas y el vino tinto es de él. En cambio Boric es mucho más referencial. Cita canciones, libros. Yo lo encuentro un poco viejo chico. Tiene lecturas que no le corresponden a su edad. Está como pasado una generación.