Autor: GONZALO SÁNCHEZ BANDA INGENIERO, MAGÍSTER EN CIENCIAS DE LA INGENIERÍA UDP
¿ Y qué pasa con las aguas no facturadas?
Señora Directora: Chile lleva más de una década con niveles de aguas no facturadas (ANF) en torno a 33%, una cifra excesiva ante la prolongada sequía que atraviesa.
Reducir la proporción de recurso que se pierde o no se factura es primordial tanto para las sanitarias (dado el impacto en las finanzas y las operaciones) como para el abastecimiento de personas y la producción.
El gobierno apunta a reducir el porcentaje de ANF a 25% en 2030, una meta no demasiado ambiciosa: en Argentina, la empresa Aguas Argentinas logró reducirlas en cerca de 7% en tres años; en Malasia, pasó de 30,1 % en 2008 a 19,3 % en 2015. En Chile, el problema cobra urgencia cuando los asentamientos irregulares pasaron de albergar a 47 mil familias en 2019 a 76 mil en 2021, incrementando el porcentaje de aguas no contabilizadas. Una red libre de fugas es impensable tanto técnica como económicamente, pero es primor= dial reducir las pérdidas de recurso tanto como sea posible. Para ello no basta con voluntad: se requiere coordinación entre instituciones, fisca= lización de los procesos y monitoreo de la red de agua potable.