EDITORIAL: Las RR.EE. en un mundo distinto
EDITORIAL: Las RR.EE. en un mundo distinto E l Gobierno que asuma el próximo 11 de marzo coexistirá durante tres de sus cuatro años de mandato con la administración del Presidente Trump en Estados Unidos, un tiempo que develará los efectos de la guerra comercial que lanzó el mandatario, y que debería resolver la interrogante sobre el futuro de la globalización y la reconfiguración o no del orden mundial.
Por lo mismo, el desafío en materia de relaciones exteriores del futuro gobernante será mayúsculo; se trata de una dimensión que hasta ahora, sin embargo, no ha estado en el radar de los presidenciables, concentrados --aparte de las críticas personales-en seguridad pública, crecimiento y empleo, sin considerar a fondo que la economía local, por su carácter abierto, es particularmente sensible a las variables externas. Debido a que EE.UU. tiene una balanza comercial favorable respecto de Chile, el país ha quedado sometido a una tasa de 10%, en la misma categoría están naciones como Argentina y Colombia.
La Unión Europea, Japón y Corea del Sur soportarán tarifas del 15%; por razones más políticas que comerciales, Washington ha castigado las exportaciones de Brasil e India con una tasa del 50%. Las negociaciones con China --el único Estado que según los expertos tiene la capacidad de enfrentar en un plano de cierta igualdad a EE.UU. -están todavía en curso.
A juicio del académico y expresidente del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca, Jason Furman, si todos los países hubieran hecho causa común, en lugar de diluir su fuerza en tratativas bilaterales, podrían haber tenido suficiente influencia para hacer retroceder a Trump.
En estas páginas, el exembajador de México en China y hoy asesor de empresas en EE.UU., Jorge Guajardo, ha planteado que los tratados de libre comercio "son cosa del pasado" y que la globalización, como se ha entendido en las últimas décadas, "se acabó". De acuerdo con los analistas, las transformaciones que empuja Trump tendrán un impacto geopolítico y económico de largo plazo; este panorama constituye un reto para quien gane la elección presidencial en Chile, no solo acerca de los aranceles sino también en cuestiones como la cercanía con China, los BRICS, los vínculos con los países vecinos, el multilateralismo y los derechos humanos. El embajador Milenko Skoknic ha subrayado que la situación "no permite que lo ideológico prime sobre el interés nacional"; en su opinión, hay que manejar "con mucha prudencia" la relación con Washington y Pekín. China es nuestro primer socio comercial --recibe el 36,1% de las exportaciones chilenas-y EE.UU. el segundo con un 16,8% de los envíos. Desde luego el programa internacional requiere de figuras competentes para llevarlo adelante.
Para el académico y diplomático Jorge Guzmán, es fundamental que el próximo mandatario "no sea su propio canciller" y que opere con un equipo de expertos que combine "experiencia y novedad, capacidad de análisis y voluntad política" en un marco de pragmatismo en torno a las conveniencias del país.
El futuro Gobierno tendrá que moverse en un cuadro global definido por la incertidumbre y la volatilidad; dicho contexto aconseja una diplomacia razonablemente autónoma y especializada, distinta de los fragores y urgencias de la política contingente o inmediata, y alejada de personalismos e inclinaciones ideológicas de cualquier signo. "El contexto aconseja una diplomacia razonablemente autónoma y especializada, distinta de los fragores y urgencias de la política contingente". Las RR.EE. en un mundo distinto.