Autor: Por Muriel Alarcón L
"Pienso en las constituciones como procesos, no como un solo ' documento”
13 Para ser honesto, estoy sorprendido. Fui muy optimista al principio porque pensé: “Es genial canalizar esta energía social en un proceso de elaboración de una Constitución”. Pero luego me puse muy escéptico. Cuando vi el corto plazo y el voto de dos tercios, pensé: “esto va a ser extraño”, También pensé que la híper-transparencia del proceso era muy mala idea. Pero los constituyentes lograron encontrar una forma de hacerlo. Así que es una sorpresa muy agradable que se haya logrado terminar algo”, dice Tom Ginsburg, profesor de Derecho Internacional en la U. De Chicago y co-director del proyecto de Constituciones Comparadas, que observa constituciones en el mundo desde 1789. Esta posición le ha permitido presenciar la ejecución de múltiples procesos de este tipo en el planeta. Ginsburg está recién de vuelta en Chicago, tras pasar unos días en Santiago, y particularmente en el ex Congreso, donde observó sesiones de la Convención y conversó con su presidenta, María Elisa Quinteros. Si tuviera que comparar, Chile le recordó lo que observó en países como TúEl académico de la U. De Chicago sugiere que si la Constitución se aprueba tomará tiempo establecer nuevas instituciones. Si se rechaza, muchas de sus ideas serán igualmente exigidas de otra forma por la ciudadanía. NC nez o Nepal. “El proceso me pareció bastante típico”, dice. “A veces, las constituciones son redactadas por pequeños comités de expertos. Túnez o Nepal disponían de esta grandes convenciones, que operaban básicamente como una legislatura, realresolviendo los problemas. Así que el proceso chileno se veía bien. Los constituyentes estaban trabajando, es lo que puedo decir”. Ginsburg también asistió a la U. Adolfo Ibáñez, donde compartió ante distintas audiencias impresiones sobre el proceso chileno. Su última visita al país había sido en noviembre de 2019, para cuando, recuerda, se discutía cómo se diseñarían las cosas. Insiste en que le pareció que la Convención “se tomaba su trabajo en serio”, y destacó la “presencia de abogados constitucionalistas con experiencia” en ella. “Lo que me tiene un poco preocupado son los nuevos clivajes que se han abierto, los problemas en el sur, que son muy reales y deben ser tratados.
Cuando escucho sobre ellos, me pongo un poco pesimista de que, si la Constitución falla, tal vez eso exacerbe la violencia (... ) Ciertamente, los problemas en el sur han empeorado mucho durante este proceso de elaboración de la Constitución. A veces, la elaboración de una Constitución abre nuevos problemas en la sociedad.
No siempre se trata de resolver problemas”. Así y todo, repite que sigue siendo un “optimista” del caso chileno, Y aunque antes de emitir una opinión sobre el borrador, prefiere leerlo finalizado, sí comparte apreciaciones: “Me pareció que tiene muchos, muchos, muchos derechos. Eso es un gran cambio. Probablemente, según mi estimación, (de aprobarse la nueva Constitución esta) tendría más derechos que cualquier otra en el mundo. Y esto es genial, ala gente le gustan los derechos.
Pero, por supuesto, cuando se habla de implementar los derechos, ese es otro desafío”. “La sociedad chilena está teniendo una discusión interna” —Chile está ad portas de votar la nueva Constitución. ¿Qué dice este proceso sobre los chilenos? —La sociedad chilena obviamente ha cambiado mucho desde 1980. Así que creo que refleja muchos de los cambios en la sociedad. También refleja ideas del exterior.
El movimiento por los derechos de la naturaleza comenzó en Ecuador y Bolivia Calificaria el proceso chileno muy alto en su representación, mediano en su competencia”. Diría que el borrador es básicamente una forma viable de gobierno”. y ahora lo tenemos presente en muchos países, y esto se encuentra en la Constitución. Aunque el proyecto chileno también es innovador. Es la primera vez que vemos la regla de la paridad de género en un proceso de elaboración de una Constitución. Eso es muy novedoso. Entonces veo que la sociedad chilena está teniendo una discusión interna, pero también una conversación con otros países sobre cómo nos gobernamos aquí en el siglo XXI. Factible es llevar esa conversación a la realidad? —Va a requerir un largo período de transición. Es muy importante enfatizar: La gente podría pensar que, si vota Apruebo el 4 de septiembre, de repente, el arcoíris saldrá y todo será perfecto. Pero ese no es el caso, por supuesto; estas instituciones toman tiempo para construir. Y sabes, lleva mucho tiempo averiguar exactamente qué significan realmente estos derechos. Y es por eso que a veces pienso en las constituciones como procesos, no como un solo momento o documento, porque definitivamente tomará algún tiempo establecer estas nuevas instituciones. Si la Constitución se llega a rechazar tampoco será como que se acabó la historia.
La gente exigirá que algunas de las ideas que se han articulado se incluyan en la Constitución actual o (en el proyecto que se adquiera si se toma) otra ruta de reforma constitucional. —Muchos sugieren que hoy Chile vive mucha incertidumbre. ¿La sintió estando en el país? —Hablé con varias audiencias. Algunas personas estaban hablando de cómo esto ya ha introducido mucha incertidumbre en el clima de inversión. Y eso es seguramente cierto. Cada vez que cambias instituciones, vas a generar incertidumbre. Hoy las encuestas de opinión sugieren un resultado muy estrecho en septiembre. La convención terminará el 4 de julio y eso (será lo que) llevará a un proceso de discusión pública del borrador, pero eso aún no ha sucedido.
Así que no pondría mucha atención en las encuestas ahora. —Que en la cuenta pública el Presidente Boric haya dicho que tanto el Apruebo como el Rechazo son legítimos, podría insinuar que su Gobierno no dependerá de ella para continuar. ¿Qué opina usted? —Diría que eventualmente para septiembre el Gobierno tendrá que tomar una postura de una u otra manera, y tal vez estén esperando ver el borrador final. Pero, como dices, pase o no, este Gobierno continuará. Si (la Constitución no se aprueba), tendrán que lidiar con toda la presión pública que surgirá. Así que creo que será muy interesante observar si eso sucede, Pero veremos, estamos solo en junio.
“La propuesta es un poco desordenada” —Hoy se discute si en caso de aprobarse la nueva Constitución se pueda reformar inmediatamente o después de un período. ¿Habla esto de su estabilidad?—En general, creo que no se debería impedir que el Congreso enmiende la Constitución de inmediato.
Y la razón es que este proceso ha sido extremadamente apresurado. ¿Va a ser el borrador tan absolutamente perfecto para que estén todos confiados de que no se cometerá ningún pequeño error en ninguna pequeña cosa? No estoy seguro. Yo mismo no sugeriría bloquear la posibilidad de una enmienda constitucional por parte del actual Congreso.
De hecho, el actual Congreso también tiene legitimidad. —También se ha sugerido que el perfil de los constituyentes respondió a la reacción de un momento y no a la preparación que su rol requería. ¿Fueron bien tomadas las decisiones sobre su representatividad y competencia? —Creo que estuvo bien en el criterio de representatividad, muy amplia. Creo que obviamente, ante la competencia, hay una compensación allí. Pero la política es como cualquier otra cosa, cuanto más la haces, mejor lo haces. Es por eso que estoy algo gratamente sorprendido de que hayan logrado terminar. Incluso si tengo algunas críticas, ya sabes, sobre el borrador, uno se podría imaginar que tratar de obtener dos tercios de acuerdo entre un grupo tan diverso de representantes, iba ser realmente difícil.
Calificaría el proceso chileno, muy alto en su representación, mediano en su competencia, pero ahora sí viene la fase crítica; esta es la más importante, la fase final. —En esta fase, ¿qué consejos le daría a los constituyentes? —En primer lugar, que se sientan felices de que terminaron. Fue difícil. Y también tendrán que tomar una postura en los próximos dos meses. Algunos es tarán a favor; otros, no. Así y todo, desempeñarán de igual forma un papel importante en la política. Ha sido muy interesante que muchos hayan sido simplemente personas comunes eindependientes. Debo agregar que esto ha sido algo único en el proceso chileno: Había tanta desconfianza en los dos políticos, que (los constituyentes han tenido) mucha independencia. Precisamente era una razón por la que no estaba seguro de si serían capaces de terminar el trabajo. Cuando hay independencia no se tiene que escuchar a nadie.
Pero, de todos modos, mi consejo es que también tienen que tomar una postura y explicarle a la gente a qué se llegó y por qué el documento es bueno o es malo. —Algunos sectores han tildado de “separatista” la inclusión del concepto del “plurinacionalismo”. ¿Cuánto se ha dado esta discusión en otros procesos constituyentes? —Esta es otra tendencia. Estamos borrando el nacionalismo, Lo hemos visto en Ecuador, Bolivia, etcétera; es la palabra mágica que se usa. Y es más que nada simbólica sobre inclusión, reconociendo que hay más de un tipo de persona en Chile. Así que no lo sé, Me parece que es, sobre todo, simbólico, al menos al nivel de la idea que reconoce que diferentes personas en la sociedad chilena tienen diferentes identidades. Ahora, cuando estás hablando de estructuras institucionales, para la gran mayoría de las naciones es algo muy complicado. Entonces los grupos indígenas tienen di ferentes tamaños. Muchas de las instituciones requerirán de un indígena, pero qué indígena, qué grupo.
Aquí es exactamente donde creo que la implementación de esto va a ser muy complicada y podría crear nuevas peleas entre los distintos grupos. —De aprobarse la Constitución, se ha planteado que su implementación podría ser incluso más difícil que la escritura. —Estoy seguro de que siempre es más difícil porque la implementación nunca es un momento único. Requiere construir nuevas instituciones, movimientos sociales que luchen por cosas. Es un proceso interminable. El primer período será absolutamente crítico. Y hay muchas decisiones que tomar ahora en las disposiciones transitorias sobre qué leyes deberían ser prioritarias. Qué instituciones deberían crearse, en qué momento, cómo se reforman las instituciones existentes.
Entonces, sí, va a ser un proceso, pero Chile es un país que siempre ha tenido un Estado de Derecho y ya sabes, esa es una característica que los define: A los chilenos les gusta el orden.
Y estoy seguro de que podrán hacerlo, pero nuevamente es muy importante recordar que este es un proceso y no un momento. —La Convención ha sido criticada por su estrategia mediática. ¿Se puede enmendar a esta altura del proceso? —Cada vez que asesoro a un país en un proceso constituyente, siempre digo que deben contar con una oficina de medios. Es realmente importante. Chile mostró “el problema” que surge sin ella: Ante estas historias locas de los constituyentes votando desde sus duchas, obviamente los medios van a reaccionar. Es una lección, pero sí creo que se puede arreglar ahora. La mayoría de las propuestas realmente descabelladas fueron rechazadas por la Convención. Y di ría que el borrador es básicamente una forma viable de gobierno. ¿Es perfecto? No. ¿Pero es factible? Sí. Si se adopta, habrá un gobierno que lo hará funcionar. Así que creo que ahora tienen que concentrarse realmente en eso durante los últimos dos meses. Deben demostrar que esto es una mejora y explicar al público lo que contiene, porque la propuesta es muy, muy larga y está escrita de una manera un poco desordenada. Entonces, obviamente, debe haber algo de educación cívica. Va a ser muy importante, será el tipo de cosas que marcará una gran diferencia ahora: La cal dad de la comunicación pública.