Autor: Cristian Salas Director ejecutivo Centro Cambio Global UC
¿ Cuál es el balance de la reciente COP27 realizada en Egipto?
Io climático son uno de los mayores desa e demanda esfuerzos coordinados para € ones de gases de efecto invernadero que peratura, abordar su mitigación y contri 1su impacto, por lo que los resultados de analizados por los especialistas. ILUSTRACIÓN: RAFAEL EDWARDS COP27: avances y desafíos futuros una semana del término de la COP27 en Egipto, realizando poco más de distancia, es importante destacar los avances logrados.
Estos pueden parecer insuficientes, dada la condición actual de alzas de temperatura y consecuencias que se aprecian a nivel mundial, pero nos permiten avanzar, aunque no a la velocidad deseada, sobre todo en temas de adaptación.
Uno de los principales resultados de esta COP fue el acuerdo de crear un fondo de financiación para pérdidas y daños. ¿Por qué esto es tanimportante? Pérdidas y daños se definen como aquellos impactos del cambio climático que son tan graves que las comunidades simplemente no pueden adaptarse.
Desde el año 2000, más de 4.000 millones de vidas se han visto afectadas y se han perdido 2,9 billones de dólares a causa de las catástrofes, la mayor parte de las cuales son atribuibles a fenómenos meteorológicos extremos. Además, se espera que su impacto aumente drásticamente en las próximas dos décadas, sobre todo en los países más vulnerables al cambio climático, como es Chile.
Por supuesto, nos hubiese gustado que se avanzara más en la definición del funcionamiento de este fondo, por ejemplo, respecto aqué países deben aportar y en qué porcentaje, cuánto es el monto que se necesita, cuáles serán los países que podrán acceder a estos fondos, entre otras interrogantes de igual importancia.
Pero que los países que más han aportado a generar efectos adversos por sus emisiones hayan aceptado la creación, ya es un gran avance, porque, además, este fondo no solo se hará cargo del pasado, sino también de futuras emisiones.
Cabe destacar aquí la excelente actuación que tuvo nuestra ministra de Medio Ambiente, que en conjunto con su par de Alemania fueron clave en la facilitación de esta negociación, que se extenderá hasta la COP29, donde deberían finalizar. Con este otro elemento destacable es que se cerraron las negociaciones respecto a la Red de Santiago sobre Pérdidas y Daños. Esta red se creó en 2019 para proporcionar a los países vulnerables conocimientos, asistencia técnica y recursos necesarios para buscar evitar y, si no, hacer frente y minimizar los riesgos climáticos de forma integral.
Entre otros puntos que pasaron desapercibidos, pero que para Chile y otros países costeros son de gran relevancia, fue la creación liderada por nuestro país del grupo de Alto Nivel Ambition on Melting Ice (AMI), compuesto por 16 naciones, cuyo objetivo es generar conciencia sobre el derretimiento sostenido de la criósfera y el aumento del nivel del mar.
Además, Chile se adhirió a la Alianza Internacional para la Resiliencia ante la Sequía, compuesta por 29 países y que se lanzó en paralelo a la COP27, asociación con la cual se busca acelerar la acción mitigadora y ayudara los países a prepararse de mejor manera para hacer frente a futuras sequías.
Como se puede apreciar, quizás no se logró avanzar en mitigación tanto como se necesita para detener el avance de la crisis climática, pero sí se hicieron importantes avances en otras materias, especialmente relacionadas a la adaptación. Lo importante como sociedad ahora es avanzar en la implementación de los acuerdos alcanzados y no quedarnos solo en palabras; de otra manera, podríamos seguir en línea hacia un punto de no retorno. Falta combatir las causas a COP27 realizada en Egipto quedó al debe. Aunque es un tema relevante, se observó un excesivo foco en la discusión sobre pérdidas y daños. Se registraron pocos avances en reducciones adicionales de emisiones de gases de efecto invernadero. En la misma línea, preocupa la poca visibilidad del proceso de balance global que culmina en 2023. El avance más relevante de esta COP27 fue el acuerdo para la creación de un fondo que ayude a los países más vulnerables a enfrentarlas pérdidas y daños generadas por el cambio climático. Falta discutir los detalles del fondo, como primer paso se generará un grupo de trabajo que propondrá su funcionamiento, lo que será discutido en la COP28. Para mantener las expectativas acotadas, se deben considerar las dificultades de establecer un fondo climático, y sus posibles alcances. La experiencia más cercana es la del Fondo Verde del Clima (FVC), el cual fue acordado en la COP16 de 2010, y aprobó sus primeros proyectos recién en 2015. A la fecha, el FVC ha desembolsado 2.900 millones de dólares en proyectos, constituyéndose en el fondo climático más grande enel mundo.
Nada hace pensar que otro fondo climático enfocado en pérdidas y daños alcance las magnitudes requeridas para enfrentar todas las necesidades (incluso sumando transferencias bilaterales y multilaterales). Esto no significa que el acuerdo respecto a un fondo de pérdidas y daños no sea relevante, sin duda es un hito en términos de justicia climática.
Sin embargo, se debe recordar que, si no comprometemos e implementamos una trayectoria de disminución importante de emisiones (reducción de 43% en 2030 respecto a 2019, carbono neutralidad al 2050), nos encontraremos en una situación donde ningún fondo de ningún tamaño será suficiente para enfrentar las consecuencias del cambio climático. Respecto a reducciones adicionales de emisiones, el anuncio de Brasil para disminuir la deforestación en la Amazonia fue lo más relevante. Tampoco se registraron disminuciones efectivas de emisiones, considerando compromisos previos de los países. Esto es especialmente llamativo, dado que nos encontramosen medio de un proceso de balance global, el primero para evaluar el avance respecto al Acuerdo de París. Este balance global concluye en 2023, y debe ser reportado en la COP28.
Los análisis previos a la COP27 indicaban que, según los compromisos establecidos en las NDC de los países, estamos llegando a una temperatura de 2,4*C sobre los niveles preindustriales a finales de siglo, lejos del 1,5'C objetivo del Acuerdo de París.
Tampoco se observaron avances relevantes en temas como mercados de carbono bajo el Artículo 6 del Acuerdo de París, o preparación de los países para elaborar sus informes bienales de transparencia, que deben comenzar a ser reportados en 2024. En suma, en la COP27 no se aumentó la ambición en términos de disminución de emisiones y no se observa preparación en procesos importantes, que deberían ser el foco de las próximas COP. Al finalizar la COP27, alcanzar solo una temperatura de 1,5'C niveles preindustriales se ve más difícil. Hubo mucho énfasis en combatir las consecuencias del cambio climático a través de la discusión de pérdidas y daños, pero poco sobre avances para enfrentar las causas a través de disminución de emisiones.