Cuatro palabras sobre el origen
Foto Harry Brown. José Donoso. Archivo Utalca Efemérides/CDP Utalca El rector Álvaro Rojas y el presidente de la junta directiva de la Utalca, Arnoldo Sánchez, entregan en 1996 la medalla al mérito Abate Juan Ignacio Molina a José Donoso. José Donoso Yáñez (1924-1996) El escritor viajó a sus raíces cuando en 1996 la Universidad de Talca le entregó la medalla al mérito Abate Molina.
Hoy recordamos su nacimiento con el texto íntegro que nos obsequió hace 25 años Unque nace un 5 de octubre de 1925 en Santiago, y no en Talca, el escritor José Donoso Yáñez tiene domicilio conocido en el Maule.
Lo vemos en su tercera novela “El Lugar sin límites” (1967) y muy explícitamente en “Conjeturas sobre la memoria de mi tribu” (1996), obra autobiográfica o más bien un libro de memorias, donde “sonríe imaginando cómo debieron haber sido las cosas en la Talca de finales de siglo, ofreciendo una mirada a veces irónica, aunque cariñosa, sobre los personajes del ayer”. Javier Pinedo (*) lee estas líneas el 18 de octubre de 1996 para contextualizar la fugaz visita a Talca del Premio Nacional de Literatura (1990) para recibir la medalla al mérito académico Abate Molina, donde es homenajeado por tres profesores de Literatura cuyos discursos aparecen publicados en la Revista Universum, número 11.
Junto al texto de Pinedo, están los de Adriana Valdés y Federico Schopf, y por supuesto, las “palabras de agradecimiento” pronunciadas por el escritor, fallecido a los 72 años, dos meses después del acto realizado en el Salón de Honor de la Universidad de Talca, que reproducimos acá integramente a 25 años del suceso.
Un Donoso fantasmal, dibujado apenas en la niebla de su visita con una autobiografía: “Conjeturas sobre la memoria de mi tribu”, que será su última novela publicada en vida donde recuerda su historia personal y un origen, que él asegura, está en Talca. Pinedo arguye que el escritor %se ha caracterizado por construir una literatura crítica y denunciadora del mundo que ficciona (... ) No hay aquí fáciles aplausos o visiones que intenten alabar una identidad local magnificada.
No idealiza el pasado, ni siente ninguna nostalgia por el ayer, pero sí plantea la necesidad de conocerlo, sobre todo en una sociedad que se obsesiona por la administración del presente”. Donoso por José Donoso “Amigas, amigos: cuatro palabras para dar las gracias por esta medalla que me concede la Universidad de Talca. Para mí no es un hecho fortuito, me sirve para señalar y ahondar mis raíces, para reclamarlas como mías, como cosa que me pertenece y a la que tengo derecho. En este país no es gratuito ser talquino, esto implica un orgullo, un modo de estar aquí, un verdadero o falso orgullo, orgullo sin embargo, cuando no cierta vanidad, bien o mal formulada. Se me había dicho que Talca se había convertido en una fea ciudad, que no esperara nada de ella, que habían cortado todos los árboles. Pero encontré que esto no es verdad.
Es cierto que participa, de todas esas cosas del Chile contemporáneo, del deshacerse de los viejos hitos, como se hace en todo el país en este momento, en derruirlo, en olvidarlo, y de darle la espalda a todo el progreso no es efectivo más que a la luz de las tradiciones, como todo en Chile se cree que solo borrando las viejas señales que ha dejado el tiempo, hay que reemplazarlas por señales nuevas, que no son ni siquiera señales, que se van destruyendo.
En Talca eso sí, paseo por las calles, miro las casas de esos barrios que están, me parece al norte de aquí, que son resabios de sectores que preconizan una antigua vida patriarcal muy humilde, tal vez muy modesta, pero que tienen un carácter que pocas ciudades en el mundo contemporáneo tienen.
Quedan junto con estos resabios, los dichos, las palabras, los modos de expresión, quedan las costumbres y todo un mundo que, de alguna manera apunta a un Chile que fue y que no ha dejado de ser, un Chile que tiene que seguir viviendo para que el país tenga peso y tenga realidad.
No existe el presente sin pasado, son necesarias las dos cosas unidas. ¿ Quiénes somos? ¿ Quiénes fuimos? Para terminar quiero decir que el filósofo norteamericano Joseph Campbell dijo, en una ocasión, que existe el hombre civilizado, sólo a partir del primer hombre que colocó la primera piedra encima de la tumba de su padre, para marcar el lugar donde murió y para la memoria.
Nosotros no queremos olvidar estos lejanos recueros, estos rostros desconocidos que nos retrotraen a un remotísimo pasado. ¿Quiénes somos? ¿ Quiénes fuimos? ¿ Cuáles son los dos rostros que se asoman a la sombra y que llevan nuestros nombres? ¿ No estamos perdiendo nuestra humanidad al perder estos nombres? Quisiera hacer un llamado a las personas, a continuar lo ya hecho porque sin conciencia de ello, no hay civilización. Sí, no hay civilización si no hay pasado, no hay civilización si no hay memoria. En Chile, en Talca, todos aspiramos a ser civilizados. Preservar el Teatro Municipal, las calles aleñadas, los adoquines, la maravilla de vidas que en ellas se veían, la Alameda, los árboles, toda una tipología nuestra.
Estamos inscritos en ella, estamos definidos por ella, estamos circundados por ella, no creo que logremos abandonarla nunca, no creo que sea sano abandonarla nunca, no creo que sea bueno, ni fácil, ni sabio jugar a la fiesta de disfraces con los trajes del siglo pasado, creo obligatorio que la juventud tome en cuenta este pasado, pero que no olvide, que conserve, que sea una piedra de toque para que el presente sea más fuerte y mejor”. Y (*) Académico del Instituto de Estudios Humanísticos de la Universidad de Talca fallecido el 30 de mayo de 2018.
Resumen
Javier Pinedo (*) lee estas líneas el 18 de octubre de 1996 para contextualizar la fugaz visita a Talca del Premio Nacional de Literatura (1990) para recibir la medalla al mérito académico Abate Molina, donde es homenajeado por tres profesores de Literatura cuyos discursos aparecen publicados en la Revista Universum, número 11., Junto al texto de Pinedo, están los de Adriana Valdés y Federico Schopf, y por supuesto, las “palabras de agradecimiento” pronunciadas por el escritor, fallecido a los 72 años, dos meses después del acto realizado en el Salón de Honor de la
Universidad de Talca, que reproducimos acá integramente a 25 años del suceso., Un Donoso fantasmal, dibujado apenas en la niebla de su visita con una autobiografía: “Conjeturas sobre la memoria de mi tribu”, que será su última novela publicada en vida donde El rector
Álvaro Rojas y el presidente de la junta directiva de la
Utalca, Arnoldo Sánchez, entregan en 1996 la medalla al mérito Abate Juan Ignacio Molina a José Donoso.
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