Autor: Por Nicolle Peña
Los bolsones de votos que deben conquistar los candidatos al Consejo Constitucional
Expertos advierten cambio en la estructura etaria de la participación electoral y aseguran que el espacio de crecimiento está en el grupo cercano alos 40 años. On menos luces que el proceso anterior comenzó la campaña al Consejo Constituyente.
Desde el martes pasado -junto con la inscripción de candidatos en el Servicio Electoral (Servel)- los partidos pueden realizar gastos electorales de cara a un período de propaganda que partirá el 8 de marzo y se extenderá por un mes.
Pese a que la del 7 de mayo será la primera elección con inscripción automática y voto obligatorio en una década, nada asegura que la participación sea mayor a la del plebiscito de septiembre (85,7 %). El desgaste ciudadano luego de tres años de debate constituyente y una oferta poco novedosa de candidatos, podrían dificultar la captura de votos. La clave será que los partidos logren descifrar y entender a quienes se han abstenido o sienten inclinación hacia esa opción.
Para la izquierda, el desafío será conseguir votos del Rechazo (ver entrevista a Eduardo Engel). Para ellos aumenta la complejidad si se considera que la última encuesta del Centro de Estudios Públicos arrojó que 49% de quienes no votaron se habrían inclinado por el Rechazo, 19% no sabe y a 21% le es indiferente.
El segmento etario donde los pactos Engel: “Más del 90% de los nuevos electores votó Rechazo” n diciembre del año pasado, E Eduardo Engel, director de Espacio Público, publicó una columna en El Mercurio en la que expuso que la votación de consejeros en circunscripciones senatoriales favorecerá a la derecha y centroderecha, mientras que la ausencia de listas independientes favorecerá a la izquierda y centroizquierda.
El voto obligatorio, es el elemento que podría inclinar la balanza. -¿ Qué tan decisivos serán los nuevos votantes? -El voto obligatorio se tradujo en un aumento impresionante de la participación electoral, de poco más de 50 por ciento en la segunda vuelta presidencial a más de 80% en el plebiscito de salida.
No habíamos tenido una participación tan alta desde comienzos de los 90, más de cuatro millones de nuevos votantes. ¿ Cómo votaron esos nuevos votantes? Esa es la pregunta del millón y no es fácil responderla. Si la mayoría de quienes votaron Boric en segunda vuelta votaron Apruebo, entonces, necesariala inmensa mayoría de los nuevos votantes votaron Rechazo.
En cambio, si la mayoría de quienes votaron Boric en segunda vuelta pero no en primera vuelta, votaron Rechazo, los nuevos votantes votaron parecido al resto, alrededor de 62% porel Rechazo y 38% por el Apruebo. -En la columna usted comentó que junto a Juan Díaz Maureira y Benjamín Peña Sotomayor, detectaron que entre quienes no votaron en la segunda vuelta presidencial (nuevos votantes) arrasó el Rechazo, mientras entre quienes votaron por Boric en segunda vuelta el Rechazo obtuvo 5% ¿ Qué conclusiones permite sacar este resultado? -Existe un problema de estadística conocido como “inferencia ecológica”. Usando métodos de frontera para resolver este problema en ciencia política, junto a mis colegas de la Facultad de Economía y Negocios de la Universidad de Chile, Maureira y Peña Sotomayor, encontramos que el escenario relevante es el primero: más del 90% de los nuevos votantes votaron Rechazo. -¿ A qué atribuye que optaran por esa alternativa? ¿ Es En marzo parte la propaganda pueden aspirar a crecer electoralmente, apuntan los expertos, es en torno a los 40 años. Porque si bien los más jóvenes continúan teniendo las mayores tasas de abstención, es entre los más adultos donde el desencanto parece haber aumentado. De hecho, datos del Servel muestran que la abstención en los grupos de 18 a 39 años ha disminuido.
Por ejemplo, 77% de los jóvenes entre 20 y 24 años se abstuvo en las municipales 2012 -la primera con voto voluntariomientras que en la elección municipal/constituyente de 2021 el indicador bajó a 59%. La reducción no tuvo relación con la cantidad que votó, ya que en ese tramo (20 a 24 años) quienes sufragaron bajaron de 1.149.484 a 771.442. En cambio, los niveles de abstención han aumentado entre los mayores de 40 años.
Nerea Palma, de la Red de Politólogas (ver entrevista) explica que esto tiene relación con una generación que se marginó delos procesos electorales desde que la inscripción era voluntaria, mientras que los jóvenes fueron adquiriendo interés con la cultura de movilizaciones.
“Los más jóvenes y los más longevos están votando a tasas cercanas a 80% (... ) el grupo que está votando menos es el de 30 a 44 años”, coincide Mauricio Morales, académico de la U. De Talca.
Por otro lado, Aldo Mascareño, investigador del CEP (ver entrevista) acota que las personas que no votaron en el plebiscito de 2022 están más concentrados en zonas urbanas (15%) que rurales (10%), son en un alto porcentaje del segmento socioeconómico D-E (22%) y tienen una posición política de centro (17%) en su mayoría. “Es decir, si los consejeros quieren encontrar algunos votos adicionales tienen que buscarlos entre personas más jóvenes, en el ámbito urbano y en posiciones políticas moderadas”, concluye.
Probable que en esta elección apoyen al sector que estaba por el Rechazo? -Acá pasamos al terreno de las especulaciones, donde yo esperaría que los partidos políticos y quienes realizan estudios de opinión, vayan más allá de conjeturas y hagan encuestas, focus groups, etc., para conocer a estos nuevos votantes, que durante largo tiempo no estuvieron en el radar de nadie. Hay varias hipótesis a explorar, acá van dos, con consecuencias muy distintas para las votaciones que vienen. La primera es que los nuevos votantes son cercanos a la derecha, en cuyo caso el voto obligatorio favorecerá a la derecha en elecciones futuras.
Una segunda hipótesis, que lleva a conclusiones bien distintas, es que los nuevos votantes desconfían de la política tradicional y votaron Rechazo porque terminaron percibiendo a la Convención como un organismo desconectado de los problemas ciudadanos.
Encuestas realizadas por Espacio Pi blicojunto a Ipsos indican que esto sucedió con la percepción ciudadana de la Convención en general, la gente pasó de la esperanza a la desconfianza, producto no solo de una propuesta desmesurada en más de un aspecto, sino también de un proceso de redacción que tuvo momentos circenses similares a los que vemos regularmente en el Congreso.
Si este segundo escenario es el correcto, entonces es sumaPalma: “La duda es qué tan capaces serán de convocar al grupo que nunca ha votado, de 40 a 50 años” erea Palma, experta en comelectoral y opinión pública de la Red de Politólogas -académica de la U.
Alberto Hurtado y UDPsostiene que el espacio de crecimiento en participación está en las comunas con menores niveles de educación e ingreso. -¿ La concurrencia a las urnas puede ser similar a septiembre o el voto obli gatorio no es garantía de aquello? -Aunque el voto es obligatorio, la participación no es automática. Puede haber un porcentaje importante de abstención; podríamos esperar tranquilamente que 20% del padrón no vote -la abstención en el plebiscito fue 15%- y ahí empiezan a jugar otras variables.
Uno de los factores más importantes para la participación es qué tan competitivas son las elecciones y otro es la oferta programática atractiva (... ) Está en duda qué tan capaces serán los partidos y candidatos de convocar a segmentos que históricamente no han votado, sobre todo al grupo de 40 a 50 años.
Es muy difícil que empiecen a votar. -¿ Ese grupo podría ser más relevante que el de jóvenes sub30? -Sí, porque el grupo que tiene 28 o 29 años vivieron su edad “impresionable”, como se llama en sociología, durante las movilizaciones pingilinas.
Son personas que están más atentas a la política, no como el segmento de 30,40 o 50 que nunca han votado. -¿ Eran los jóvenes que no se inscribieron cuando había inscripción voluntaria y voto obligatorio? -Exacto. Cuando esas personas a comienzos de los 2000 estaban en su adultez temprana no se inscribieron y no participaban. Luego, con voto voluntario no había ningún costo por no ir a votar.
Es un segmento muy grande de personas que nunca han votado y que no necesariamente porque el voto sea obligatorio van a votar. -¿ Cómo podrían convencerlos los partidos?-Estoy investigando el voto por Franco Parisi y si las personas se sienten cercanas al PDG o si quienes se sienten atraídas a votar por él son personas que históricamente no han votado o votaban y cambiaron. Lo que he encontrado es que hay una mezcolanza, pero sí hay un votante que antes no votaba porque estaba harto que siempre fueran electas personas de la Concertación o de la Alianza. Y el discurso de Parisi que se acabe el duopolio, anti establishment, ha conectado bastante. Creo que las opciones que vayan fuera de los partidos tradicionales, como en el caso de Parisi y el Partido Republicano, pueden ser capaces de movilizar a un porcentaje que no creo que sea menor. Existe la posibilidad de que movilicen una cantidad importante de votos.
Mascareño: “Para la derecha es más difícil, pues debe seguir mostrando que busca cambiar la Constitución” a encuesta del Centro de Estudios Públicos (CEP) dada a conocer enero de este año, arrojó que entre quienes no votaron en la elección pasada, la minoría (11%) dijo que de haber participado habría votado Apruebo; 49% se hubiese inclinado por el Rechazo y 40% “por ninguna opción”, le daba igual o simplemente no sabía. Dado que en la elección de consejeros habrá voto obligatorio al igual que en el plebiscito de salida, ese bolsón de votos sigue en una nebulosa. Y esta vez, prevé Aldo Mascareño, investigador del CEP, podría aumentar.
“El porcentaje de personas que participó de esa elección debiera ser similar, aunque es probable que se reduzca porque el tema constitucional ha bajado su interés en la ciudadanía”. -¿ Qué caracteriza a los que no votaron? -La definición sobre las próximas elecciones no estará en la incorporación de quienes no votaron y que ahora se sientan motivados a votar. La participación en el último plebiscito es delas mayores con voto obligatorio. Es difícil que esto suba en la elección de consejeros. El plebiscito era una elección crucial, histórica, La de consejeros no tendrá la misma motivación. Porello, más que en captar nuevos electores, la concentración de los políticos estará en asegurar los que ya supuestamente tendrían. Seguramente, quienes aprobaron en el plebiscito ahora votarán por partidos de centroizquierda e izquierda; el desafío para la centroizquierda es presentar una propuesta que logre captar parte del 62% que antes rechazó. Y para la derecha el desafío es aún más difícil, pues debe seguir mostrando que busca cambiar las condiciones de la Constitución vigente, como lo manifestó desde antes del plebiscito. Tanto izquierda como derecha se enfrentarán a votantes cuya principal preocupación esla seguridad y la delincuencia, seguida de la salud, las pensiones y la educación.
Son personas que, por su preocupación por la delincuencia, están depositando su confianza en instituciones de orden público, como la PDI (53%), carabineros (46%) y también en las Fuerzas Armadas (44%). En general, se trata de personas con baja confianza en las instituciones políticas y cuyo descontento con la democracia se ha ido incrementando. 19% de los encuestados opina que un gobierno autoritario es preferible a uno democrático, y un 25% cree que da lo mismo tener uno u otro. Solo un 12% cree que la democracia funciona bien en Chile.
Un 68% prefiere orden público antes que libertades (10%). Además, un 64% opina que la situación política en Chile es mala y solo un 6% que es buena. -Entre los encuestados, la mayoría piensa que una nueva Constitución no hará mayores cambios. ¿Hay una masa electoral más indiferente? -Es un hecho que el tema constitucional concita ahora menos interés que en el primer proceso.
Incrementar ese interés dependerá de varios factores: que no serepitan las actitudes performáticas en los Consejeros y experos; que las discusiones se lleven en un ambiente de diálogo cívico; que las propuestas que se discutan no sean refundacionales; que se aborden temas como la institucionalización de derechos sociales, la equidad de género, la descentralización y el reconocimiento indígena; que también existan formas de participación de la ciudadanía. El mejor momento de la Convención pasada fue cuando estaba abierta la posibilidad de presentar iniciativas populares de norma. El declive comenzó cuando el Pleno no consideró realmente ninguna de esas propuestas.