Editorial: El talento no viaja solo
Editorial: El talento no viaja solo Mientras muchos se emocionan con las medallas que ganan nuestros atletas en competencias internacionales, pocos se detienen a pensar en todo lo que hay detrás de cada una. En muchos casos, el verdadero «maratón» comienza mucho antes de salir a la pista: conseguir el dinero para el pasaje de avión, la inscripción al torneo o incluso la alimentación durante el viaje. Son frecuentes las historias de atletas que tienen que organizar rifas, hacer completadas o tocar puertas para poder costear su participación en eventos donde representarán a Chile y nuestra región. Muchos de ellos, incluso con marcas destacadas, no cuentan con un apoyo estatal constante ni con patrocinadores privados.
Tal es el caso del karateca Gabriel Terán quien afortunadamente recibe la beca Campeones para Coquimbo, otros reciben apoyo del Gobierno regional y algunos como la agrupación Poder Latino se quedan sin optar a estas instancias debido a que el baile no es considerado un deporte, poniéndose aún más difícil la misión de llegar a México donde desean representar a Chile luego de haber ganado en Brasil.
Esto no solo habla de un sistema deportivo que necesita más estructura, sino también de una sociedad que todavía no valora del todo el esfuerzo de sus deportistas que no los ve económicamente importantes como para invertir en ellos, siendo la dolorosa verdad que lo que más vende es el futbol. Esto es especialmente duro para quienes practican disciplinas menos «visibles», como la lucha, el judo, el atletismo paralimpico o el levantamiento de pesas. A diferencia del fútbol, que si mueve grandes recursos y tiene una industria detrás, estos atletas a menudo deben ser su propio equipo de marketing, logística y finanzas. No es justo que el talento y la disciplina no sean suficientes para competir. Cuando un deportista sube al podio y levanta la bandera, no solo representa su país, también carga en los hombros todas las dificultades que superó para estar ahí. Que la próxima vez que celebremos una medalla, también pensemos en lo que podemos hacer, como sociedad, para que ningún talento se quede en casa por falta de apoyo..