Elevando la discusión: los debates que marcaron la semana
Repeticiones ¿ Será un problema delos años 20? Pasó en el siglo XIX por acá, cuando un país independiente aún imberbe intentaba encontrar su destino y pasó de Constitución en Constitución. Y se repitió cien años después, cuando entoncesera la sociedad de un país algo más maduro -sólo algo, hay que reconocer la que entonces buscaba su destino.
En esos años, esimportante precisar, el mundo estaba en la misma, como recuerda el historiador alemán Philipp Blom en ese extraordinario libro sobre el munY do de entreguerras que no por nada titula La fractura. Hoy, como entonces, en el mundo y por acá también estamos en esa, algo desconcertados y buscando nuestro destino, como esa clásica cinta de Dennis Hopper. Lo sugiereincluso Moisés Naím hoy en una entrevista. Y también lo plantea Max Colodro el domingo pasado al escribir sobre el corolario de los 50 años del Golpe de Estado.
Según él, en esa pelea sobre el pasado, entre una izquierda que sigue creyendo que "cualquier expresión de malestar en el Chile de hoy esuna señal inequívoca de que ese sueño (el dela UP) sigue vivo" y una derecha que devela "las razones por las cuales nunca podrá condenar seriamente el Golpe" hay una sociedad "que todavía no sabe adónde va, no sabe lo que quiere y, menos aún, sabelo que debe hacer para liberarse de las secuelas de su tragedia". Hay algo adolescente en todo ello, pese a que tenemos más de 200 años de vida independiente. O, como apunta Ascanio Cavallo, un síntoma más de un fenómeno mucho más profundo y global.
Según Cavallo, ante "la pregunta inesquivable" de "por qué Chile ha estado sometido a sobresaltos tan agudos y opciones tan polarizadas", una respuesta parece ser "la implosión del centro, ese sector que por casi la mitad de la historia republicana (... ) equilibró y moderó nosóloel debate, sino también la administración de las mayorías". Un proceso de deterioro que, según él, comenzó más o menos en 2016, "en casi perfecta sincronía con lo que estaba sucediendo en el resto del mundo", con el Brexit y Trump. Y que, como agrega, citando al nuevo CEO de CNN no se explicaría tanto por la pérdida de votantes deesecentro extraviado, sino por la polarización del lenguaje. Poreso, dice, quizá la clave parasalir de esa "rueda infernal" está simplemente en cambiar el lenguaje.
Seaasío no, para Carlos Meléndez al hablar de polarización no sólo hay que culpara los políticos, sino también a los intelectuales públicos que "endosan preferencias políticas militantemente" y acaban "coparticipando" de ese distan ciamiento afectivo "que agrieta sociedadesentre bandos". La sociedad de tribus de la que habla el español Juan Soto de la que habla el español Juan Soto de la que habla el español Juan Soto de la que habla el español Juan Soto FUER Elevando la discusión: los debates que marcaron la semana Por Juan Paulo Iglesias Por Juan Paulo Iglesias Ivars en su libro La casa del ahorcado. Poreso, Meléndez reivindica "al intelectual que milita en la doctrina que desprecia la superioridad moral", la del cinismo.
Y ahí, volviendo a Cavallo, algo de centro hay, porque si bien esos intelectuales "no son centristas de vocación", dice, "permiten sumar complejidad a lecturas simplistas de larealidad". ¿Constitución "moralista" 2.0? Pero volviendo a los años 20, en el siglo XIX tuvimos la Constitución del 22, después la del 23 y luego la del 28. Y ala de aquel 1823 la llamaron "la Constitución moralista". Hoy, al proyecto que elabora el actual Consejo Constitucional que sería la de 2023 algunos ya le ponen el mismo apelativo.
Son los paralelos de la historia. "Si lo aprobado como enmiendas por las comisiones", escribía Miriam Henríquez, "es un anticipo de lo que aprobará el pleno del Consejo Constitucional, el texto que se plebiscite en diciembre será una Constitución maximalista, moralista, contingente, populista y altamente judicializable". Más que Constitución, dice, "estamos frente a untexto programático". Suena a déja vu.
Y lo de "moralista" también lo apunta Daniel Matamala, porque, según él, la propuesta impulsada por republicanos "es un texto neoliberal, moralizante y autoritario". Una Constitución, dice, que toritario". Una Constitución, dice, que toritario". Una Constitución, dice, que toritario". Una Constitución, dice, que toritario". Una Constitución, dice, que toritario". Una Constitución, dice, que toritario". Una Constitución, dice, que "se convierte así en el programa de gobierno" -y volvemos a lo mismo "de un partido político". Pareciera, como apunta Sebastián Izquierdo, que "los consensos sonincompatibles con los periodos electorales". Y elecciones tenemos a la vista. Pero volviendo a Matamala, en medio de este debate al menos surgió, según él, una pequeña luz cuando cuatro comisionados de derecha rechazaron la norma que amenazaba con revertir el aborto en tres causales. Lo mismo pasó luego con los presos y el rodeo. Esla "última esperanza de tener una Constitución de todas y todos", apunta.
Esperanza que también destaca Óscar Guillermo Garretón, para quien "los pasos dados desde Chile Vamos, buscando entregar señales de acuerdos al oficialismo, es prueba de coraje, de poner ala nación chilena por encima deidentidades partidistas". "El país no resiste seguiren un vacío constitucional que ya dura 10 años", dice. "Dejaría", asegura, "ala política en lo más hondo de su desprestigio". Nada de cálculos mezquinos. "Apostar a que una parte de la política podría sacar ventajas del desacuerdo es un suicidio; todos se hundirán". El problema es que la luz se anduvo apagando después. "Dicen que uno hereda como gobiernoel estilo de oposición que ejerció", escribía esta semana Patricio Morales.
Y algo de eso hay por estos días en la política, pero también en la contracara del proceso constitucional. "La formairresponsable y avasalladora de ejercer la mayoría en el primer proceso provocó que hoy la mayoría republicana se aferre a sus ideales puros y ejerza mayoría con más venganza que responsabilicon más venganza que responsabiliNEWSLETTER DE OPINIÓN NEWSLETTER DE OPINIÓN NEWSLETTER DE OPINIÓN NEWSLETTER DE OPINIÓN Suscríbase al newsletter de Opinión, Elevando la discusión, los debates que marcaron la semana, para conocer los temas que fijaron agenda y las columNas de la semana. latercera. com Nas de la semana. latercera. com Nas de la semana. latercera. com dad", apunta Morales.
Estamos en "el crepúsculo del proceso", según Álvaro Ortúzar, donde "el moralismo es el problema más grave". Pasamos, como dice hoy Sebastián Sichel, "de la estupidez a la locura". Falta que alguien rompa ese "círculo vicioso". Seguimos esperando.
Sobre añoranzas y esperanzas Pero más allá de la crispación política y las constituciones fallidas (o casi) -no vaya a ser que venga ahora la del 28, como en el siglo XIX-, la dura realidad sigue apareciendo. Lo hizo esta semana con el alza de los despidos, que llegaron a su mayor cifra en tres años y con la nueva caída de Chile en el ranking de libertad económica. Las cosas ya no son como eran.. , aunque para ser honestos dejaron de serlo hace bastante tiempo.
Como escribe Pablo Ortúzar, "esto no está funcionando y estamos cabreados". Según él, "el drama actual de Chile" es que tras "un cuarto de siglo de prosperidad" que "generó una clase media amplia y fráy gil que habitó el país con los mejores índices de desarrollo humano de América Latina", el crecimiento lleva más de una década estancado y "hemos sufrido un azote tras otro". Al final, pasamos de la condena a la añoranza de los "malditos" 30 años.
Hoy parecen Los años maravillosos, emulando el título de esa serie de los 90, que era una oda a la nostalgia de la infancia. "Ayer éramos jaguares", escribía esta semana Gabriela Clivio en una columna donde abordaba precisamente la caída de Chile en sus niveles de libertad económica.
Y, según ella, cuando las proyecciones de crecimiento para este año están entre 0% y -0,5% "no podemos darnos el lujo de retroceder en materia de libertad económica", porque al final hay una relación positiva entre esta última y el crecimiento. Pero no es fácil, apunta.
Lo que queda, como decía un editorial de La Tercera esta semana, es que tras la conmemoración del 11 y en vísperas de que se presente el presupuesto, el gobierno se aboque "ahora a los problemas reales y sacar al país de su parálisis". Y para eso, según Sebastián Izquierdo, se debe adoptar "un enfoque pragmático y flexible". De lo contrario, dice, "esta administración sólo será una anécdota". Nada de transformar, sino gobernar.
Y según Izquierdo, donde "el gobierno puede hacer la diferencia y marcar un sello es en educación". Puede no pasar "a la historia por una profunda reforma previsional o un robusto pacto fiscal", pero sí por "cambiarle el rumbo a la vida de millonesjóvenes". Dicen que ahí reside la esperanza para mejorar el futuro. Habrá que ver. Elevando la discusión: los debates que marcaron la semana.