EDITORIAL: Inversión pública desigual en la Región
EDITORIAL: Inversión pública desigual en la Región 0 Editorial Inversión pública desigual en la Región Serequiere fortalecer las capacidades locales, dotar mejor a los municipios, reformar los criterios de asignación de recursos y avanzar en planificación. urante casi una década, la Región de Antofagasta ha sido testigo de una paradoja que serepite con obstinación: mientras más se habla de descentralización, más concentrada permanece la inversión pública en unas pocas comunas. Así lo evidencia el reciente análisis del Instituto de Políticas Públicas de la Universidad Católica del Norte, que examinó el comportamiento del Banco Integrado de Proyectos (BIP) entre 2015 y 2024. Las conclusiones son tan claras como preocupantes: más del 75% de los recursos públicos ejecutados se han concentrado en Antofagasta, Calama y Tocopilla. Las demás comunas, simplemente, han quedado al margen. Peor aún, el informe muestra que buena parte de los proyectos registrados ni siquiera llega a ejecutarse.
En comunas como Ollagúe, Sierra Gorda o Taltal, la baja capacidad técnica, la falta de financiamienLos territorios to ola debilidad en la pequeños siguen planificación terminan dependiendo de por transformar los plaproyectos puntuales, a en papeles archivads los. Así, se perpetúa su enfoque una lógica donde solo multisectorial. La las comunas que cuenplanificación sigue tanconequipos profesiendo vertical, sionales robustos, redes fragmentada, poco políticas consolidadas y pe carteras estratégicas loparticipativa. gran captar recursos. Además, el análisis demuestra que el gasto sigue centrado en infraestructura dura, como Transporte o Recursos Hídricos, relegando sectores claves como Salud, Educación, Vivienda o Medio Ambiente. El Fondo Nacional de Desarrollo Regional (FNDR), que en teoría debiera ser una herramienta para corregir desigualdades, ha sido cooptado por las mismas lógicas de centralismo interno. Las comunas con menor músculo técnico simplemente no acceden a estos fondos, porque el sistema no está hecho para incluirlas. Si seguimos invirtiendo como hasta ahora, no solo reproduciremos las desigualdades del pasado. También hipotecaremos el futuro de cientos de comunidades que tienen los mismos derechos..