Ley Karin I
E No todas las personas viven ni sienten el trabajo de la misma manera. En los equipos convivimos personas de distintasedades, trayectorias, Contextos y formas de entender el mundo. Y, a veces, eso hace difícil trabajar, conversar o incluso confiar, Hablar de salud mental en contextos laborales es reconocer que somos personas, no sólo mano de obra.
Que la diferencia existe, que el malestar también, y que cuidar cómo nos relacionamos es parte esencial de gestionar la cultura organizacional. ¿Quién no ha tenido un mal día? ¿ O uno bueno, donde un logro personal nos llena de energía y se nota en cómo nos vinculamos con el equipo? Y cuántas veces, simplemente, necesitamos que alguien nos pregunte con sinceridad: ¿ cómo estás? Desde la entrada en vigencia de la Ley Karin, las denuncias han aumentado significativamente. Sólo entre agosto y diciembre de 2024, según datos del Ministerio del Trabajo y la Dirección del Trabajo publicados en enero de 2025, se ingresaron más de 9.000 denuncias clasificadas bajo estaley. Más del 80% corresponde aacoso laboral y el 68% proviene de mujeres en el sector privado. Estos datos no evidencian un aumento del conflicto, sino que por invisibilizada: la salud mental y las malas prácticas en el trabajo muchas veces se normalizaron o simplemente se callaban. Hoy esto importa.
La Ley Karin nos recuerda que el cuidado no es un detalle; es una responsabilidad para los lugares Gestionar la cultura organizacional, escucharloqueincomoda y crear espacios seguros para hablar de lo que necesitamos no son tareas secundarias. Son condiciones clave para que unequipo funcione, se respete y pueda crecer. Por eso, es urgente aunar esfuerzos, aumentar la conciencia y potenciar espacios para abordar estas temáticas.
Y junto con esto, es fundamental que el Estado y el Gobierno fortalezcan la implementación de la Ley Karin, destinando recursos concretos para capacitar, acompañar y mejorar los canales de atención y comprensión de las denuncias. Legislar es un paso; implementarla bien, es el verdadero desafío. Jaime Ruiz Barría