Autor: ALEXIS IBARRA O.
Las prácticas técnico-profesionales bajaron drásticamente producto de la pandemia
M Cerca del 45% de los egresados en 2020 no realizó su práctica. Esto implica que los alumnos obtienen solo su licencia de enseñanza media, pero no su título técnico con todo lo que ello implica.
No de los sectores fuertemente afectados por la pandemia en sus procesos de aprendizaje y formación es la enseñanza medía técnico-profesional (EMTP), la que es evidentemente práctica, ya que prepara a los alum= nos para enfrentarse de inmediato al mundo laboral. Un estudio realizado con datos del Ministerio de Educación reveló que casi el 45% de los egresados de 2020 —quienes debían hacer su prác tica el verano de 2021— no la realiz6.
Antes de la pandemia, el porcentaje de alumnos que no hacía su práctica era de 27%. Sto implica que más de 33.100 estudiantes, egresados en 2020, quedaron con su proceso formativo inconcluso, ya que no tuvieron la oportunidad de va= lidar los aprendizajes logrados en el liceo y desarrollar nuevos conocimientos y destrezas que solo se logran en el contexto laboral”, dice Paola Sevilla, académica de la U. Alberto Hurtado y quien realizó el análisis estadístico.
La situación fue más dramática en aquellos estu diantes de liceos municipales o de servicios de educación pública, quienes pasaron de un 20% de alumnos que norealizaban la práctica (egresados en 2018) a un 49% en los de 2020.
La académica de la UAH explica que un análisis por sexo y rama de especialidad “muestra que entre las mujeres en especialidades indus triales la no realización de práctica profesional en el 2020 fue cercana al 53,8 %, casi 10 puntos porcentuales más alta que la de sus pares va= rones (44,6 %)”. En Chile, el 37% de los estudiantes de tercero y cuarto medio cursan la EMTP.
Ésto significa 161 mil La práctica profesional aporta en el aprendizaje de habilidades blandas y permite confirmar la vocación en estudiantes que toman una decisión a temprana edad. 66 Los estudiantes eligen especialidad siendo pequeños para saber realmente lo que les gusta.
La práctica sirve para que conozcan la realidad laboral”. CAROLINA CAICO DIRECTORA DEL LICEO AGROTEC DELA UNIÓN 66 Es importante que más empresas se involucren en el proceso formativo de los estudiantes y que, además, dispongan de trabajadores que hagan las veces de maestros DIRECTORA DE ONG CANALES Las más perjudicadas fueron las mujeres: Las prácticas, junto con propiciar el desarrollo de habilidades prácticas e interpersonales, juegan un rol clave en las definiciones vocacionales de los estudiantes, ya que les permiten confirmar o no la elección de su especialidad en su paso a la educación superior”. PAOLA SEVILLA ACADEMICA DE LA AH escolares, en cerca de 930 escuelas y en 34 especialidades, según datos de la ONG Canales, organización que busca contribuir a la educación técnico-profesional vinculando a las industrias con los establecimientos educacionales. Que los alumnos no estén realizando su práctica es una situación compleja, opina Claudia Paredes, directora de dicha institución. “Son alumnos que no están termi nando su proceso educativo y es importante que lo hagan, ya que de lo contrario no pueden obtener su título técnico-profesional que les da más posibilidades de empleabilidad. Así, solo acceden a la licencia de enseñanza media”. “Haber estudiado una carrera eminentemente práctica frente a un computador es desmotivante. Nosotros siempre hemos puesto énfasis en el aprender haciendo, pero en la pandemia esto no fue posible”, explica.
Y agrega: “Esto fue más dramático en las especialidades en que la mayoría de los alumnos son mujeres, como técnico en enfermería o de párvulos, donde las alumnas no podían acceder a centros de salud, por un lado, y los jardines se encontraban en su gran mayoría cerrados”. La difícil situación para hacer las prácticas de los estudiantes de eMTP es confirmada por directoras de estos establecimientos. “Nosotros tenemos una formación dual, en que los alumnos van alternando su formación con períodos de prácticas en las empresas.
Pero en la pandemia esto no fue posible y hubo una baja ostensible en la cantidad de alumnos que hicieron la práctica, ya que las empresas no estaban recibiendo alumnos”, dice Celia Silva, directora del Liceo Comercial Miramar de Puerto Montt y que imparte especialidades como gastronomía, hotelería y operaciones portuarias. Lo solucionaron como pudieron: “La Cámara Chilena de la Construcción y algunas empresas nos dieron la posibilidad de realizar cursos de perfeccionamiento en línea que el ministerio permitió validar como. Parte de la práctica”, dice Silva.
La directora del Liceo Miramar cuenta que si bien los alumnos € nen tres años para realizar la práctica desde que egresan, muchos no la retoman, ya que comienzan su vida laboral en rubros distintos a los que estudiaron u optan por continuar estudios.
Una situación similar se vivió en el Liceo Agrícola Tecnológico Werner Grob (Agrotec), de la Unión, en que los docentes y directivos tuvieron que ingeniárselas para que una buena parte de sus alumnos pudieran realizar la práctica. “El 50% al 60% de nuestras clases son prácticas, y durante la pandemia todo pasó a ser virtual. Muchos de nuestros estudiantes ni siquiera tenían conectividad donde vivían”, dice Carolina Caico, su directora. Por eso, asegura, fueron uno de los primeros establecimientos en el paí en volver a la presencialidad cuando se pudo. “Dimos prioridad a los alumnos de cuarto medio para que vinierana hacer trabajo práctico. Luego sumamos a los terceros medios”. A este panorama se agregó que empresas abrieron sus puertas para las prácticas. “Como el mi nisterio autorizó menos horas obligatorias (180 en vez de 450), lo que hicimos fue rotar a varios alumnos, en distintos períodos, en una empresa que sí estaba aceptando prácticas”, aclara Caico. Generación virtual “Esta es una generación que la pasó mal en su formación. Son alumnos que optan por este tipo de enseñanza, porque es práctica y aprenden haciendo. En este período ese componente no estaba”, dice Caico. “La suspensión de actividades presenciales fue devastadora, ya que limitó el aprendizaje práctico en talleres y empresas.
Esto, a pesar de que se implementó una serie de medidas para remediar la situación, como la flexibilización en la realización de la práctica profesional, permitiéndose que estas sean semipresenciales o a distancia, así como también parceladas en distintos centros de práctica, siempre que se cumplan las 180 horas mínimas exigidas”, añade Paola Sevilla. Para ella, la práctica tiene bastantes beneficios que van desde el aprendizaje de habilidades blandas, asícomo confirmar o no la vocación, pero que también tiene que ver con la empleabilidad. “Tiene la potencialidad de ser la puerta de un trabajo remunerado que se relacione con su especialidad, sobre todo para aquellos que no continúan estudios superiores al concluir la educación media”, añade Sevilla.
Según dice, estas son cifras preocupantes “que develan una realidad que hoy día muchos egresados de la EMTP enfrentan, que es la de transitar a la vida adulta sin las competencias mínimas para una inserción laboral calificada”.