Columnas de Opinión: Pueblos Originarios de Atacama: Herencia viva en el Solsticio de Invierno
Columnas de Opinión: Pueblos Originarios de Atacama: Herencia viva en el Solsticio de Invierno L En la vastedad del desierto de Atacama, donde el cielo se funde con la tierra cálida en un horizonte de historia, sentires y silencios, habitan pueblos cuyas raíces hoy están más vivas que nunca. Collas, Diaguitas y Changos han convivido con la aridez y riqueza de esta tierra, desarrollando una cosmovisión única que honra la naturaleza como madre y maestra. No son huellas del pasado, sino presencia viva que se manifiesta en las costumbres, cede relacionamiento que palpitan por toda nuestra región, fortaleciendo nuestro patrimonio e identidad. El Solsticio de Invierno celebrado en esta fecha con diversas ceremonias, representa un momento sagrado para los pueblos originarios. Es el retorno del Sol, la promesa de renacer, de un nuevo ciclo que reinicia y renueva la vida.
Más que una fecha astronómica, es Catisis Lobos Alcota Directora regional del Servicio del Patrimonio Cultural una ocasión de profundo contenido espiritual y comunitario, que además fomenta el diálogo intercultural abriendo diálogos y reflexiones que son más necesarios que nunca. Las rogativas, los encuentros, el compartir los alimentos y saberes muestran que la sabiduría ancestral continúa orientando la vida cotidiana y colectiva presente desde la cordillera al mar. Reconocer el valor histórico de los pueblos originarios en Atacama no es solo un acto de memoria, sino de justicia y proyección, fortaleciendo su legado.
Ellos han sostenido durante siglos una forma de habitar el territorio que se armoniza con la naturaleza, que privilegia la comunidad por sobre el individuo, saberes ancestrales que son fundamentales de comprender y poner en práctica en las sociedades actuales, tomando en cuenta que nos muestran caminos para enfrentar problemáticas como el cambio climático que nos amenaza. En este Solsticio de Invierno de 2025, honramos nuevamente esta herencia. No como algo estático, sino como un movimiento continuo que permea y es fuente de futuro.
Los pueblos originarios que caminan con nosotros nos enseñan que el tiempo no es una linea, sino un circulo donde todo vuelve, todo florece, y todo puede volver a ser otra vez sagrado, Reconocer el valor histórico de los pueblos originarios en Atacama no es solo un acto de memoria, lebraciones y formas sino de justicia y proyección, fortaleciendo su legado.. C Columna