La vegetación en los techos es lo más eficiente para bajar el calor en las ciudades
Un estudio de la U. De Wisconsin asegura que para anular el calor del cemento enla En el sector poniente de la Región Metropolitana no solo hay pocas áreas verciudad se necesita 40% de cobertura vegetal. Pocas áreas de Santiago llegan a eso. Des públicas, como en este sector de Lo Prado, sino también escasean en las casas.
CRISTIAN CARVALLO CRISTIAN CARVALLO Ayuda para las áreas verdes tradicionales: La vegetación en los techos es lo más eficiente para bajar el calor en las ciudades Árboles y plantas en superficies de concreto que suelen estar expuestas al sol, como azoteas y terrazas, contribuyen a que las urbes evaporen más agua, y así se descarga el calor en la atmósfera. Los muros verdes, como el de la foto, o las huertas en las azoteas, no necesitan de grandes extensiones para su instalación y su efecto positivo es acumulativo.
LORENA GUZMÁN H, | | oy, la mayoría de las ciudades del mundo se han vuelto “islas de calor”, donde la temperatura sube más que en sus entornos y se exacerba la mala calidad del aire, aumenta el uso de energía y se potencian los efectos negativos en la salud por las temperaturas excesivas. Entender cómo se producen estos miniinfiernos es urgente para lograr contrarrestarlos.
Un grupo internacional de científicos, liderado por Dan Li, investigador de la Universidad de Boston, Estados Unidos, determinó que las islas de calor no solo se dan por las pocas áreas verdes, sino también por cuánto las urbes son capaces de deshacerse del calor por medio de la evaporación. El trabajo aparece publicado en Science Advances. En otro lado Mientras más concreto y menos áreas verdes tiene una ciudad, más aumenta la temperatura. Esto, básicamente, porque durante el día las superficies se calientan, temperando, de paso, el aire, mientras que de noche dichas extensiones nunca terminan de enfriarse del todo. Hasta ahora se barajaban dos hipótesis para explicar lo anterior. La primera era la gran cantidad de superficies impermeables, como el concreto, con menores tasas de evaporación y, por ende, de enfriamiento. Y la segunda: la menor eficiencia de las áreas urbanas respecto de las rurales para transferir el calor de la tierra a la atmósfera. Pero Li y su equipo ahora aseguran que es la falta de humedad de la superficie de la ciudad la responsable de las islas de calor.
Por ello, aumentarla por medio de las áreas verdes permitiría incrementar la tasa de evaporación y, por lo tanto, de enfriamiento, “Si bien el impacto de la vegetación en la evaporación es conocido, este trabajo da un paso más y explica cómo esta lleva el calor a la atmósfera”, dice Felipe Encinas, director de Investigación y Posgrado de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Estudios Urbanos UC. Entender ese fenómeno es crucial si se considera, por ejemplo, que en Asia hay urbes que tienen hasta 10 *C más que las zonas rurales aledañas. Si bien el problema de las islas de calor se mide en temperatura, no es lo único a estudiar. “En Santiago hay diferencias de temperatura de a la misma hora del día, entre distintas zonas. Esto se relaciona con la diferencia en la vegetación, la que, a su vez, se vincula con la segregación existente”, asegura el especialista. Además, la diferencia de temperatura no solo se da en el verano, sino también en invierno. A menos vegetación, más frío. Otra cosa que plantea el estudio es centrarse en la vegetación en techos y terrazas, ya que tendría un efecto mayor comparado con las áreas verdes tradicionales.
“Lo que concluye es que poner vegetación en las zonas horizontales, como las azoteas, haría bajar considerablemente la incidencia de la superficie total que se calienta en la ciudad”, dice Alfonso Gómez, académico de Arquitectura de la Universidad Diego Portales. Si bien la tecnología existe, continúa el especialista, su instalación no es menor. “La edificación puede tener problemas con el agua o el sustrato que se utiliza”, dice. Por ello, impulsar iniciativas de áreas verdes en altura requiere de subsidios e incentivos, agrega.