"La idea de agudizar los conflictos ha mostrado que puede generar mucho daño"
"La idea de agudizar los conflictos ha mostrado que puede generar mucho daño" N o es fácil hacer análisis con los resultados del plebiscito tan recientes, dice Loreto Cox. Pero para la académica de la Escuela de Gobierno de la U.
Católica y doctora en Ciencia Política del MIT, hay algunas claves que ya venían expresándose y que a la luz del rechazo de una segunda propuesta constitucional en poco más de un año, se instalan como señales de alerta. Una de ellas, sostiene, es que "estos años han distanciado más a la ciudadanía de la política.
Acá se planteó el proceso constituyente como la solución a una crisis muy grave que tuvimos y en algún sentido la entregó, o sea, podríamos haber terminado a balazos y no lo hicimos, pero se ofreció la posibilidad de una nueva Constitución como una forma de sanar heridas y eso no ocurrió (... ). La sociedad chilena lo que quería muy fuertemente era un acuerdo donde todos se pudieran sentir parte y los políticos dos veces seguidas nos fallaron". --En octubre usted planteó que "un nuevo fracaso será la comprobación de la inutilidad de nuestra élite política". ¿A eso asistimos este domingo? --Yo diría que acá hay dos problemas grandes. Primero, uno institucional. Claramente nuestra élite política ha mostrado una incapacidad de tener resultados y eso se relaciona con la estructura de nuestro sistema político. Estamos con niveles de fragmentación muy altos y con partidos muy débiles. Mientras no se resuelva eso, no se van a producir resultados para la ciudadanía. Lo segundo, en Chile en los últimos años, por motivos distintos en la izquierda y en la derecha, se creyó equivocadamente que la población no quiere acuerdos. El ser humano es un animal muy propenso al conflicto, pero por lo mismo hemos buscado mecanismos para poder vivir con este conflicto y la democracia es uno de ellos.
Eso implica que vamos a excluir la violencia como forma de acción política, y también cosas más sencillas como la cordialidad, que es fundamental para buscar acuerdos. --¿ Por qué creyeron eso izquierda y derecha? --En la izquierda dura siempre ha existido esta teoría de que el conflicto es el motor del cambio social, la idea de agudizar los conflictos. Esta idea se fortaleció con el surgimiento de un sector a la izquierda de nuestra centroizquierda tradicional y estos últimos se plegaron rápidamente a la idea. Es un error porque ese camino no engancha con la ciudadanía y muchas veces termina mal. Ejemplo de ello es cómo terminó esto para quienes empujaron el proceso constituyente: es un boomerang que se les devuelve.
Por la derecha hay un sector que empieza a mirar con interés los modelos de Donald Trump, de Milei, que han hecho de la vulgaridad y la agresividad su sello, más allá de sus posiciones políticas. Y la centroderecha tradicional se plegó a los modelos más de ultraderecha.
Es cierto que el Consejo fue más cordial y respetuoso de las formas que la Convención, pero aún así están estos coqueteos con el "que se jodan". --¿ Tuvo costos el "que se jodan"? --Ese coqueteo con la actitud de "yo no necesito ser cordial con los otros" creo que es algo que la población rechaza fuertemente y los datos lo muestran consistentemente.
Entre las encuestas CEP de junio y octubre de este año aumentó el porcentaje de personas que cree que es mejor que los políticos busquen acuerdos aun cuando eso signifique sacrificar sus propias posiciones. --¿ Se reivindica la política de los acuerdos? --Sin duda. Tuvimos propuestas constitucionales más a la izquierda y más a la derecha y ambas fueron rechazadas ampliamente. Es interesante cuando uno ve los datos: según la encuesta CEP de diciembre de 2022, el primer motivo de quienes votaron Rechazo era el comportamiento de los convencionales, que fueron muy antiacuerdos.
De esta nueva elección no tenemos respuestas tan elaboradas todavía, pero sí vemos que entre junio y octubre en la CEP cae la identificación con la derecha, con el Partido Republicano, la evaluación de José Antonio Kast, y hay una mala evaluación del proceso. Y lo que ocurrió en ese período es que un grupo recibe un borrador que contaba con acuerdo transversal y se pasan de rosca.
Eso hizo perder apoyo de la ciudadanía. --Se argumentó que por algo la ciudadanía eligió a los representantes republicanos. --Mucha gente dice, bueno, si los republicanos fueron elegidos, tenían derecho a imponer su sello en esta Constitución. Eso nos lleva a la discusión de qué queremos y qué esperamos de la representación política. Si uno mira la campaña de los republicanos, estaba súper enfocada en seguridad, que es algo que no tiene mucho que ver con la Constitución, y no estaba lo del aborto ni las contribuciones.
Entonces, yo pienso que más bien la ciudadanía había visto que los otros sectores habían fracasado, vio acá un sector nuevo con el cual empatizó en el tema de seguridad y los eligió pensando en que iban a ser capaces de cerrar el proceso más que para imponer su sello. tuyente distinto era que los incumbentes no tomaran esas decisiones. ¿Ve factible que el Congreso haga esas reformas? --Sin duda esa era la ventaja de que fuese un órgano aparte.
Los políticos tienden a mirar el corto plazo y están desconectados de la ciudadanía, pero creo que el descontento con la política, la percepción de que no logran producir resultados, la percepción de corrupción que hay es altísima.
Esto le deja el campo muy abierto a un actor populista y eso es malo para el país y van a terminar también perdiendo los políticos. --Todos los sectores políticos han dicho que ahora hay que trabajar en las urgencias ciudadanas. ¿Cómo se hace con una clase política que quedó tal vez más polarizada? --Acá hay heridas de lado y lado. La izquierda traía la herida de la dictadura, de un modelo cuyas reglas hacían que la derecha estuviera sobrerrepresentada políticamente.
Y después del estallido, la derecha también carga con heridas muy fuertes del comportamiento que tuvo parte importante de la izquierda de justificar la violencia o no condenarla tan fuertemente y de la actitud tan brutal que tuvieron con el gobierno de Sebastián Piñera.
Pero si nos quedamos en la herida, esto se puede transformar en un círculo vicioso donde el país pierde y los políticos no van a salir favorecidos. "Ya lo hemos visto: cuando emerge un sector a la izquierda de la centroizquierda tradicional, la centroizquierda se plegó a eso, fue muy crítica con su propio trabajo de 30 años y terminó desdibujándose. Hoy cuesta creer que haya sido una buena estrategia para ese sector. Y con el surgimiento de un sector a la derecha de la centroderecha tradicional, la centroderecha también terminó plegándose al Partido Republicano y está el riesgo de que terminen desdibujándose.
Y cuando uno mira las preferencias de la población, los chilenos son muy moderados, se identifican muy fuertemente con el centro, entonces por qué los políticos y los partidos más de centro no logran florecer en un contexto en que la ciudadanía es moderada (... ). Hay un fracaso muy grande del centro de capturar esas preferencias". --¿ Dónde está el centro hoy? --Ese es parte del problema. Están estos movimientos nuevos que han surgido, pero claramente pesan menos que lo que pesa la población que tiene esa preferencia. Lo que mostraba un análisis de Unholster es que más o menos 27% de quienes votaron Rechazo esta vez votaron En contra. Yo creo que ahí hay mucha gente que es moderada, que no quiere estas visiones extremas. "Hay que conectar con ese sector. Hay que apostar a eso, si no se hace, no veo cuál es la salida de este entrampamiento en el que estamos.
Ya llevamos cuatro años dándonos vueltas para quedar casi donde mismo, porque estamos más divididos, con más problemas económicos, de seguridad; todavía no resolvemos el tema de las pensiones". --¿ Sirvieron de algo estos cuatro años? --Quiero creer que tenemos que aprender de esto. Creo que el mensaje de los acuerdos, de los consensos, de la amistad cívica, de cuidar la cordialidad, de cuidar el respeto de unos a otros es lo que debiéramos sacar de esto.
La idea de agudizar los conflictos ha mostrado que puede generar mucho daño, produce muchas heridas en el camino y los resultados son contrarios a los esperados. --¿ Es este un cierre de ciclo? --No lo sé. Yo escuché que el fin de la transición había llegado cuando ganó Piñera la primera vez, después lo escuchamos cuando se acabó la Concertación y surgió la Nueva Mayoría. Luego, supuestamente, el verdadero fin fue el estallido.
Yo quisiera que nuestros líderes políticos procuraran cerrar este ciclo divisivo, hacer los cambios que haya que hacer a la Constitución en el Congreso y empezar de una vez a buscar acuerdos y a comportarse bajo las reglas de la amistad cívica que nos permita avanzar y respetarnos unos a otros.
Loreto Cox, doctora en Ciencia Política: NADIA CABELLO F. "Quisiera que nuestros líderes políticos procuraran cerrar este ciclo divisivo, hacer los cambios que haya que hacer a la Constitución en el Congreso y empezar de una vez a buscar acuerdos", plantea la académica de la Escuela de Gobierno de la UC. "Estamos con niveles de fragmentación muy altos y con partidos muy débiles. Mientras no se resuelva eso, no se van a producir resultados para la ciudadanía", dice la doctora en Ciencia Política.
CRISTIÁN CARVALLO "La idea de agudizar los conflictos ha mostrado que puede generar mucho daño" "Lo que es urgente cambiar en la Constitución es el sistema político y espero que la ilusión de ese cambio constitucional se mantenga.
Espero que los políticos refuten su total inutilidad mostrando que son capaces de pensar en el largo plazo". "Si nos quedamos en la herida, esto se puede transformar en un círculo vicioso donde el país pierde y los políticos no van a salir favorecidos". --En esta elección se duplicaron los votos nulos y blancos. ¿Cómo lo interpreta? --Las elecciones, mientras más complejas son tienen más votos nulos y blancos. Y lo que vemos acá es una elección donde la izquierda está por el statu quo y la derecha por un cambio constitucional.
Además, la propuesta se mantenía dentro de la tradición constitucional, tenía diferencias, tenía estos gustitos exóticos que se dieron los republicanos, pero se mantenía dentro de la tradición y, por lo tanto, no era una elección de vida o muerte, por así decirlo. Y el nivel de desinterés en esto era muy alto.
La mitad de la población aproximadamente decía que no tenía ningún interés y tenemos gente obligada a votar, entonces, eso sin duda aumenta los votos nulos y blancos. --¿ Hay algo de votar en contra de todo, contra la política, un voto de protesta? --Yo creo que hay mucho de eso. Sí creo que hay cosas que generaron mucha molestia en la población. Está el caso particular del aborto y probablemente por eso el mayor voto En contra de las mujeres.
Algunos elementos de contenido fueron relevantes, pero yo creo que hay mucho de cómo funcionó el proceso, de que habiendo tenido en sus manos un borrador que contaba con acuerdo transversal, no hayan sido capaces de cuidarlo. Lo del aborto que fue un gustito, lo mismo con el caso de las contribuciones, y muestra esta propensión al conflicto incluso donde no lo hay.
Las contribuciones no eran debate en Chile. --¿ Se terminó la ilusión constitucional, esta idea de que la nueva Constitución iba a resolver los problemas? --El CEP ha preguntado en todas sus últimas encuestas qué probabilidad ven de que una nueva Constitución resuelva los problemas. Partió en 60% al principio de todo este proceso y ha venido cayendo fuertemente. Creo que la población se ha desconvencido de que ese era el camino para resolver los problemas más urgentes. Es difícil saber qué va a pasar. El 18 de octubre de 2019 en la mañana jamás me habría imaginado que iba a ocurrir todo lo que ocurrió. Nadie hubiera podido predecir este devenir tan tortuoso. Sí creo que hay un sector que mantiene una ilusión de un cambio constitucional.
Es curioso, porque uno de los mayores argumentos a nivel de ciudadanía de por qué cambiar la Constitución era porque tenía un origen ilegítimo y ese argumento, después de dos elecciones, de alguna forma pierde parte de su validez. "Desde mi punto de vista lo que es urgente cambiar en la Constitución es el sistema político y espero que la ilusión de ese cambio constitucional se mantenga. Espero que los políticos refuten su total inutilidad mostrando que son capaces de pensar en el largo plazo. Acá se requiere reducir la fragmentación y en eso los políticos que representan a los partidos más prominentes pueden tener interés en ello. Lo que no va a tener mucho apoyo en la ciudadanía son las medidas para fortalecer a los partidos, pero es fundamental". --Un argumento para crear un órgano consti.