In memorian: Armando Álvarez Muñoz: "Corazón Camionero"
Un importante transportista del principal puerto partió hace poco, dejando un espacio muy difícil de llenar en la comunidad CNTC, en el transporte de la Quinta Región, y todos quienes tuvieron la suerte de conocerlo. Algunos porteños pensaron que se trataba de una movilización camionera, pero no.
Los más de 70 camiones que se movían en procesión por el principal puerto nacional en medio de la pandemia por COVID-19 (antes de la cuarentena en la zona), despedían al recordado transportista Armando Álvarez Muñoz, que se despedía a su manera: abordo de un camión y acompañado de los suyos: los camioneros de Valparaíso. Don Armando Álvarez deja un legado inconmensurable en la actividad del transporte, entre sus colaboradores y su familia. Una personalidad donde el trabajo, el predicar con el ejemplo y la cordialidad generó amistad y apoyo transversal. Su esfuerzo, inteligencia y constancia lo llevó de ser un conductor a crear Transportadora Puerto, destacada empresa de la zona. “A mi padre costó bajarlo del camión”, comenta su hijo, Gerardo, y agrega, “manejó de muy chico y toda su vida estuvo en la carretera. Ya tenía su empresa y con 70 años tuvimos que bajarlo del Camión.
Gracias a él somos tercera generación de transportistas: somos camioneros de verdad, decía”. Trabajador incansable y destacado transportistas, don Armando Álvarez fue protagonista de una destacada entrevista en el n”1 de Revista CNTC Chile, en abril de 2013.
En ella contó parte de su historia, que lo llevó a ganarse la fama de imbatible cuando de transportar algo difícil se trataba. *Mipadrenos enseñó que teníamos que dar una solución y así nos quedamos con ese contrato. Así se ganó la fama de que era capaz de transportar lo imposible en la zona”, recuerda Gerardo. Su pasión se expresó también en el automovilismo, donde llegó a competir junto a sus hijos. “Trabajaba mucho, pero el sábado en la mañana veíamos los camiones y en la tarde los autos, para dejarlos listos para competir el domingo”, relata Gerardo.
Historia Familiar Don Armando, desde muy corta edad se vió trabajando en la Herencia familiar: los camiones que comenzó su padre, don Armando Álvarez Azócar, el patriarca que inició una tradición que hoy cubre tres generaciones. Su señal de identidad, las tres A de su nombre instalada en todos sus camiones. Su hijo conoció los rigores de otra época en el transporte y a muy corta edad, a los 14 años, ya se encontraba trabajando activamente en el transporte de carga. En virtud de su esfuerzo y tesón, don Armando logró comprar su primer camión cero kilómetro, el mismo que lo llevó a su descanso final, en abril pasado. “A mi me tocó el tiempo en que para ir de Valparaíso a Santiago uno se demoraba nueve horas, con suerte. Si sólo la Cuesta zapata demoraba dos horas. Había cuadrillas fiscales para ayudar a los camiones cuando volcaban la carga. Los vehículos andaban a 30 km/h. El año “65 hice mi primer viaje a Calama, nos demoramos 42 días.
Estaba pavimentado solo hasta Chañaral y el resto, unos 600 Kilómetros era solo tierra”, son las palabras de don Armando en el número uno de la Revista CNTC, en abril de 2013. "Mi padre era una persona totalmente querida y transversal.
Incluso en su despedida final nos sorprendió, a nosotros, su familia, que muchos colegas, camioneros y transportistas, que muchas veces tuvieron una opinión distinta, estaban ahí para mostrar sus honores, fue muy emocionante”, agrega su hijo, Gerardo. Conocido por que su empresa acepta los más difíciles desafíos, su perfil siempre fue el de un trabajador incansable que no se amilanó nunca. De esta manera la empresa se especializó en carga especiales, verdaderos desafíos logísticos. En la misma entrevista de Revista CNTC de 2013, don Armando cuenta algunos de los desafíos. “Yo disfruto cuando Ando en la carretera, ya sea como escolta o frente al volante. El año pasado (2012), salieron dos cargas a Punta Arenas y fue fantástico hacer la ruta en transbordador y luego en carretera, además del desafío, porque llevábamos una chancadora de 55 toneladas. Otra vez tuvimos que trasladar unos estanques de casi nueve metros de diámetro desde Concón a Ventanas. Hacíamos 7 kilómetros por día, en un trayecto de 40 kilómetros nos demoramos una semana”, señalaba don Armando en esa recordada entrevista.
Pero dentro de los valores que entregó a sus hijos, se encuentra naturalmente la veta sindical y gremial, que lo hizo conocido y respetado entre sus colegas de la Región de Valparaíso y de todo Chile. Hoy su hijo Gerardo participa activamente de Fede Quinta siguiendo su legado y defendiendo sus valores. CNTC Chile, las Federaciones que la componen y toda su comunidad expresan, mediante este humilde homenaje a don Armando Álvarez Muñoz, su más sentido pésame a su familia, amigos y colaboradores.