SOTERRAMIENTO: INVERSIÓN CLAVE PARA EL DESARROLLO DIGITAL
Señora directora: En Chile hemos aprendido, a veces a la fuerza, que la infraestructura crítica no puede depender de un de cables aéreos. La Ley Chao Cables, que acaba de entrar en vigencia, es un paso impostergable, perosu éxito exige coordinación público-privada para sumar voluntades, ordenar inversiones y enfrentar costos y desafios técnicos. En esta línea, lá articulación entre Cámara Chilena de Infraestructura Digital (Idicam) y la asociación demunicipios marca un hito: con eje de cooperación entre Estado, gobiernos locales y empresas. El debate sobre soterrar cables no es nuevo. Á inicios del siglo XX, bajo los gobiernos de Germán Riesco y Ramón Barros Luco, ya se discutíala necesidad de canalizarel tendido telefónico y eléctrico quesaturaba las ciudades.
Los argumentos eran claros: seguridad y continuidad de los servicios, junto con la protección del entorno urbano frente a una contaminación visual que afectaba la arquitectura y la El problema, en definitiva, lleva más de un siglo pendiente. Soterrar cables es costoso y complejo, requiere coordinar obras civiles, replantcarla planificación urbana y asumir fuertes inversiones. Sin embargo, los beneficios superan con creces los obstáculos: calles ordenadas, fachadas recuperadas, mayor resistencia frente a eventos climáticos y, sobre todo, el reconocimientodel cableadocomo infraestructura crítica de telecomunicaciones. Chile necesita pensar su infrucstruetura digital como un cimiento estratégico para el desarrollo, no como un añadido incómodo en los postes de la ciudad.
El soterramiento no es un lujo cs una condición para un país que busca modernizarse, integrarse y prepararse para los desafíos del siglo XXL Luciano Ahumada Director de la Escuela de Informática y Telecomunicaciones Universidad Diego Portales