Autor: RICHARD GARCÍA
Las lluvias recientes alivian pero no acaban con preocupante situación del bosque precordillerano
A diferencia de otros años, hay rebrotes en litres y quillayes, pero todo esto puede revertirse si la primavera es seca y las altas temperaturas continúan hasta mayo. Gracias a las lluvias de julio, la precordillera capitalina vive un momento de esperanza luego de una severa megasequía. De hecho, algunas plantas que estuvieron al borde de la muerte este verano y otoño, han comenzado a mostrar tímidos rebrotes, destaca María Fernanda Pérez, investigadora del Departamento de Ecología de la U. Católica y del Instituto de Ecología y Biodiversidad (IEB). La investigadora, que vive en la zona de precordillera capitalina, ha podido observar en forma directa el colapso de la vegetación en los últimos años. “A julio del año pasado ya había mucho deterioro, pero el verano y otoño de 2020 fue aún más agudo.
El período de marzo a mayo fue el golpe de gracia, porque llegamos a tener en mayo registros de 25 grados de temperatura, lo que prácticamente arrasó con casi todo lo que todavía quedabaen pie”, asegura Recuperación dispar Las últimas precipitaciones han sido un alivio importante. “Lo que se está recuperando bastante esel litre, especialmente los que alcanzaron un tono color café o que perdieron muchas hojas y ramas están empezando a presentar rebrotes. Está mostrando una buena respuesta y creo que va a recuperarse sin perder tanta cobertura vegetal como se temía”, observa. Más complejo es el caso del quilay. “Todos los árboles han perdido una cantidad de ramas importante, pero se empiezan a ver ciertos brotes en las partes bajas. Lo más probable es que pierdan definitivamente una parte importante de su masa superior”. El que no presenta todavía brotes significativos es el peumo, aunque podría hacerlo más cerca de septiembre, asegura. En cuanto a los arbustos, también ha observado rebrotes. “Uno que es dominante es el colliguay.
Se deterioró mucho pero está brotando de $ La megasequía tiene graves consecuencias en las formaciones vegetales de quebradas, como la de Macul, en la precordillera de Santiago, como se ve en esta foto satelital tomada en el verano. Las últimas lluvias podrían ayudarla a reverdecer Ante la prolongada megasequía en la zona central: Nuevo”. Hay otros que acostumbran aperder sus hojas cuando la sequía es muy fuerte, como el tebo.
“Ahora está mucho más seco que otros años, pero está rebrotando en forma importante”. De todas formas, la experta destaca que la recuperación del litre sería una señal importante ya que es una de las especies dominantes del bosQue esclerófilo, es decir el que debe estar siempre “Siel litre se recupera, probablemente recobremos un porcentaje importante de cobertura vegetal” Pérez advierte que a pesar de las lluvias todavía no se puede considerar la emergencia superada: “Hay que ver cómo viene el resto de la primavera. Sino llueve en agosto, eles cenario podría complicarse de nuevo. El daño es demasiado grande, demasiado evidente”, reconoce, “Nuestro problema ha sido que hemos tenido estaciones de crecimiento cada vez más cortas. Esto, por una primavera en que termina de llover muy pronto y un verano muy caluroso que se prolonga en exceso. Esto hace que las plantas no alcancen a almacenar carbohidratos para después poder rebrotar”. Su esperanza es que se presente una temporada de crecimiento más larga. “Ha sido el julio más lluvioso delos últimos 10 años, el primer julio casi normal. Ojalá volvamos a tener lluvias abundantes en agosto y septiembre”. Tímidos brotes quenoseregistraronel año pasado por la falta de lluvias comienzan a verse en los litres. Hay probabilidad de que se recuperen más rápido que otros árboles.