LA GLOBALIZACIÓN EN JAQUE ARANCELARIO
LA GLOBALIZACIÓN EN JAQUE ARANCELARIO 64 1 pasado 2 de abril, el llamado “Día de la Liberación”, Liberación”, puede pasar a la historia económica mundial mundial como el principio del fin de la segunda globalización. globalización.
Ese día, el presidente presidente de Estados Unidos, Donald Trump, firmó un agresivo paquete arancelario, arancelario, dirigido no sólo contra China sino hacia prácticamente todas las economías del mundo y pasando por alto los acuerdos vigentes en el marco de la Organización Mundial del Comercio (OMC). No se trataba de una medida puntual, sino de un punto de inflexión en el proceso de integración económica global, con consecuencias profundas y aún impredecibles.
Desde los años 90, el mundo ha vivido lo que los historiadores historiadores económicos denominan la “segunda globalización”, un proceso de integración económica sobre la base de la reducción reducción de las barreras comerciales a escala global y marcada por la revolución digital y el ascenso de las cadenas globales de valor. Su saldo es complejo, pero innegable: ha sido clave en el progreso de los países emergentes y en la reducción de la pobreza global.
En cifras del Banco Mundial, la liberalización liberalización del comercio ha promovido el crecimiento económico, aumentando los ingresos globales en un 24% desde 1990, y en un 50% para el 40% más pobre de la población mundial, sacando de la pobreza a más de 1.000 millones de personas. China, India, el Sudeste asiático y América Latina han sido los grandes protagonistas de este fenómeno. Pero mientras los países emergentes progresaban, en el mundo desarrollado y particularmente en Estados Unidos, Unidos, comenzaba a emerger un descontento profundo. La clase media estadounidense ha visto estancarse sus ingresos reales, desaparecer empleos industriales y perder seguridad económica, al mismo tiempo que los altos ingresos aumentaban aumentaban su participación en la riqueza nacional. La frustración ha sido especialmente intensa en las regiones más golpeadas En nombre de recuperar empleos y “liberar” a Estados Unidos de su dependencia externa, el presidente Trump busca reconfigurar el orden comercial global.
Pero cabe preguntarse: ¿ son los aranceles la herramienta adecuada para recuperar la calidad de vida perdida? R()I)RIGO RIVERo -CANTI LLANO) I)EPARTAIENT() I)E hISTORIA Y CIENCIAS SOCIALES por la competencia externa, como en los estados del “cinturón “cinturón de acero”, el otrora corazón industrial de los Estados Unidos, hoy rebautizado como el “cinturón del óxido” para sintetizar los efectos de una profunda crisis: desindustrialización, desindustrialización, declive económico, despoblación, deterioro urbano y altos índices de criminalidad. Una herida abierta en la sociedad estadounidense. Así, la guerra arancelaria iniciada bajo el primer mandato mandato de Trump y ahora relanzada con ímpetu podría entenderse entenderse como una respuesta visceral a ese malestar. En nombre nombre de recuperar empleos y “liberar” a Estados Unidos de su dependencia externa, el presidente Trump busca figurar el orden comercial global. Pero cabe preguntarse: ¿ son los aranceles la herramienta adecuada para recuperar la calidad de vida perdida? La historia económica ofrece razones fundadas para dudar de la eficacia del proteccionismo como estrategia de desarrollo. En el siglo XX, medidas similares a las actuales, como la Ley de Aranceles Smoot-Hawley de 1930, no lograron reindustrializar reindustrializar Estados Unidos. Por el contrario, elevaron los aranceles en un promedio de 20%, provocando represalias de múltiples países que respondieron con medidas similares contra las exportaciones exportaciones estadounidenses. Como resultado, las exportaciones exportaciones de Estados Unidos cayeron de 7.000 millones de dólares en 1929 a apenas 2.500 millones en 1932.
Las exportaciones agrícolas, en particulai se redujeron en un tercio, y el comercio internacional se desplomó en un 65%. Estas consecuencias no sólo profundizaron la Gran Depresión, sino que también debilitaron debilitaron gravemente la cooperación internacional.. LA GLOBALIZACIÓN EN JAQUE ARANCELARIO La ley fue finalmente revertida en 1934 por el presidente presidente Franklin D. Roosevelt mediante la Ley de Acuerdos Comerciales Recíprocos, que marcó el inicio de una nueva nueva etapa de liberalización negociada y de reconstrucción del orden comercial multilateral. Las guerras comerciales no sólo encarecen los productos y castigan al consumidor; también afectan a los exportadores, deterioran las relaciones relaciones diplomáticas y, sobre todo, introducen una incertidumbre incertidumbre sistémica en los mercados. En última instancia, no hay ganadores: todos pierden, incluidos quienes las inician. Chile, como economía pequeña y abierta, es particularmente particularmente vulnerable. Nuestro nivel de desarrollo actual es inseparable inseparable de los procesos de globalización.
La primera globalización, globalización, entre fines del siglo )UX y comienzos del XX, nos insertó en el mercado mundial a través de las exportaciones de salitre, que se convirtieron en la principal fluente de financiamiento financiamiento estatal y en un motor de modernización del país.
La segunda, desde los años 90, siguiendo una estrategia estrategia de apertura unilateral basada en la firma de acuerdos de libre comercio con más de 60 países -incluidos Estados Unidos-, nos ha permitido diversificar exportaciones -desde el cobre hasta el éxito de las llamadas “exportaciones no tradicionales”-, tradicionales”-, financiar políticas públicas y reducir los niveles de pobreza como nunca en nuestra historia. Si el orden mundial mundial se fragmenta y se imponen lógicas de bloques cerrados, nuestras perspectivas de desarrollo se deterioran. Además, en este nuevo escenario, el riesgo geopolítico se intensifica. Si Estados Unidos y China, los dos principales socios comerciales comerciales de nuestro país, profundizan su desacoplamiento, Chile, como muchas otras naciones del mundo, enfrentará decisiones decisiones dificiles en su política exterior y comercial. La guerra arancelaria no es sólo un asunto económico, es un desafio político y estratégico. Lo más inquietante es la falta de claridad sobre los objetivos objetivos reales de la administración Trump.
Se trata de una jugada táctica para profundizar una mayor liberalización comercial? comercial? ¿ O estamos ante una visión estructural que busca reordenar el capitalismo global según coordenadas nacionalistas? nacionalistas? Por el momento, lo cierto es que, con este “Día de la Liberación”, se ha quebrado uno de los pilares del orden internacional vigente desde los acuerdos de Bretton Woods: el compromiso de la potencia hegemónica por la cooperación cooperación internacional y el establecimiento de reglas claras y no discriminatorias como base del comercio internacional. 65.