Autor: MATÍAS BAKIT R.
LAS MIRADAS EN COMÚN QUE EXISTEN entre mapuches y no mapuches en la macrozona sur
A su juicio, ¿cuáles son los dos principales problemas que tiene esta zona? MAPUCHE NO MAPUCHE Conflicto el Caminos mal ' [AA] 25 Agua potable Tráfico de drogas o 5 Falta de conectividad ¿ Cuáles diría usted que son los principales hechos de violencia que ocurren en su zona? MAPUCHE NO MAPUCHE Quemas de camiones — 31 ¡ Quema de camiones 38 Robos de autos » 5 : Ajuste de cuentas Pp 4 ¿ Qué grupo o grupos cree usted que están detrás de esos hechos de violencia en su zona? MAPUCHE NO MAPUCHE Personas mapuches 7 | Gentedeafuera A 8 Estudiantes vagos 2 ¡ Crimen organizado 2 La Encuesta Especial CEP 87 de 2022 se aplicó presencialmente a personas que Datos técnicos habitan en las regiones de Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos.
Se construyeron dos muestras: a) la población de 18 años y más, urbana y rural, que se identifica como mapuche (1.374 personas); y b) la población de 18 años y más urbana y rural que no se identifica como mapuche (1.541 personas). Se exceptuó la provincia de Palena por su difícil acceso. La recolección de datos se realizó entre el 23 de febrero de 2022 y el 13 de julio del mismo año. Fuente Palabra mapuche. Visualización interactiva C22, Centro de Estudios Públicos (Rozas et al. 2023) En agosto del año pasado el CEP dio a conocer los resultados de la encuesta.
INFORME CEP: “Mapuche en el sur: identidad, materialidad y expectativa”. Es el título del último análisis del CEP —al cual tuvo acceso “El Mercurio”— sobre la situación en la macrozona sur y los anhelos y visiones de la población que vive ahí, tanto mapuches como no mapuches.
En concreto, el trabajo —realizado por los investigadores Aldo Mascareño, Juan Rozas, Benjamín Lang, Pablo Henríquez y Sebastián Izquierdo— hace un doble clic en los resultados de la encuesta (hecha en Biobío, Araucanía, Los Ríos y Los Lagos) sobre el tema dada a conocer por el Centro en agosto del año pasado, y trabaja sobre preguntas abiertas desconocidas y no analizadas hasta ahora.
Es un ejercicio que concluye con un hallazgo que atraviesa toda la investigación: Las miradas de mapuches y no mapuches sobre la situación en la zona tienen varios puntos de coincidencia e incluso una cierta “empatía” por los problemas del otro. Algo que se nota especialmente cuando los sondeados responden sobre si se sienten “mapuches o chilenos”. “Cuando uno analiza los datos, lo que se concluye es que si bien hay diferencias, también muchas semejanzas. No hay una separación abrupta y ambas se conocen. Saben lo que es importante para el otro, comparten muchos de sus problema, los ven de maneras similares”, explica Mascareño. Coincidencias que, según los investigadores, se ven en varias materias como, por ejemplo, en cultura, autonomías, derechos e incluso, por momentos, en el polémico y contingente tema de la violencia.
Es una realidad que, de acuerdo al CEP, fue ignorada por la fracasada Convención Constitucional, que prefirió realzar las diferencias ideológicas entre los integrantes de los pueblos originarios y los que no lo son, polarizando el debate e instalándolo como uno de los factores clave, al decir de los expertos, para el triunfo del Rechazo el 4-S. Acá, las principales conclusiones del estudio.
ACUERDOS CULTURALES Uno de los puntos en los que, según advierte el estudio, parece haber una simbiosis entre mapuches y no mapuches, es en las posibles razones de discriminación hacia los integrantes de la etnia indígena.
En concreto, tanto los encuestados provenientes de los pueblos originarios como los que no lo son creen mayoritariamente que la principal razón de discriminación hacia los mapuches es “por su clase social” (24% y 20%). Asimismo, otros tantos consideran que esto se produce por un fenómeno generalizado de que “todas las personas reciben malos tratos”. Los encuestados, en cambio, sí muestran diferencias relevantes al ser consultadas por una posible motivación racista en esto. Mientras un 15% de los mapuches cree que existe, solo un 4% de los no mapuches apoya esa opción.
Otra materia en la que hay coincidencia es en la pregunta abierta sobre “las dos acciones más importantes que hay que tomar para mantener la cultura mapuche”. Acá, los dos grupos coinciden en las medidas principales, como por ejemplo “conocer la historia del pueblo mapuche”; “hablar la lengua mapuche”; “que se trabaje la tierra y el mar”, y “que la Constitución reconozca al pueblo mapuche”. “Esto indica que la población no mapuche conoce lo que es relevante para la población mapuche, cuestión fundamental para la construcción social del reconocimiento”, dice el estudio. Lo mismo sucede cuando se consulta por los puntos principales que debiera tener una autonomía territorial indígena.
Por ejemplo, tanto mapuches (38%), como no mapuches (35%), coinciden en que esta fórmula debiera contener, principalmente, “derechos sobre los recursos naturales”. LAS QUEMAS, UN TEMA QUE PREOCUPA A TODOS Según especifica el estudio, las coincidencias no son tan grandes cuando se pregunta, de forma abierta, por los problemas principales de la zona.
Mientras, para los mapuche son “la falta de agua” y “los caminos malos”, para los que no pertenecen a la etnia son “el conflicto mapuche” y “la delincuencia, asociada al narcotráfico”. Sin embargo, al preguntarse específicamente por “los principales hechos de violencia que se producen en la zona”, ambos grupos concuerdan en que el principal es “la quema de camiones”. Un tante para los investigadores. “Las experiencias de conflicto afectan a mapuches y no mapuches. No es un grupo contra otro. Hay un tercero que afecta la convivencia en la zona. Para ambos, la quema de camiones es una experiencia común. Todos la ven, es muy chocante para ambos”, expresa el investigador del CEP. El estudio agrega, además, que los encuestados dan cuenta de varios otros hechos de violencia significativos para ambas poblaciones. “En la población mapuche está el concepto “tierras”, que se vincula a la toma y recuperación. También hay menciones a “robos”, asociado al robo de autos, casas, madera, delincuencia y asaltos.
En la población no mapuche, en tanto otros hechos de violencia significativos son el tráfico de drogas, las tomas de terrenos, el robo de madera y autos, las tomas de caminos y tierras, y el asesinato de personas”. El análisis, que ahonda en los resultados de la encuesta realizada por el Centro el año pasado, revela que ambos grupos tienen una mirada similar en varios temas, como el reconocimiento de los pueblos indígenas y las formas en que se debe preservar la cultura mapuche. Sobre la violencia, hay acuerdo también en que las quemas es el tema que más preocupa.
El informe, además, critica fuertemente el trabajo de la disuelta Convención en la materia y apunta a cambiar el tono, en línea con el encuentro de Melipeuco de ayer. | “La Convención generaba un abismo entre chilenos y mapuches. Asumieron que eran poblaciones totalmente diferentes y no había sino posibilidad de constituirlos en autonomías territoriales independientes”, dice Mascareño.
“La población no mapuche conoce lo que es relevante para la población mapuche, cuestión fundamental para la construcción social del reconocimiento”, sostiene el estudio. ¿ EN QUÉ FALLÓ LA CONVENCIÓN? Otro ítem de la encuesta en el que se centra el análisis del CEP es en las expectativas que ambos grupos tienen de cara a una hipotética solución de los problemas en la macrozona sur.
En este punto, para los especialistas resulta especialmente llamativo que tanto mapuches como no mapuches coincidan en que la mejor forma de “compensación” a los pueblos originarios, por parte del Estado, es la “devolución de tierras”. Otro punto importante en el que concuerdan es en el de la necesidad de “reconocimiento constitucional para los pueblos originarios”. “El reconocimiento es un paso inicial fundamental en la construcción de alternativas de convivencia en espacios con diversidad cultural. Se ve una semántica positiva”, se lee en el informe. Ante esto, surge la pregunta ¿ Por qué el anterior proceso constituyente no logró posicionar este tema? Es algo que el informe también responde. y la conclusión es muy crítica. “Una de las más controvertidas propuestas del proceso constitucional rechazado en septiembre de 2022 fue la de transformar la estructura organizativa de Chile en un Estado plurinacional. En este, cada pueblo indígena (originario) sería una nación con una descripción cultural formalizada, con autonomía territorial y un sistema de justicia propio.
Al plantear las cosas de este modo, la alternativa opuesta (el Estado nacional unitario) debía entenderse como negación de la diversidad cultural, como un Chile cohesionado en torno a la “chilenidad' —sea lo que sea lo que esto fuera—, el que no admitía ningún tipo de variación o complementación al respecto.
Una unidad indivisible en torno a la identidad chilena que, por una parte, es múltiple porque los procesos históricos de identificación en el país y la actual circulación global de personas y saberes también niegan la posibilidad de una unidad culturalmente homogénea denominada “Chile' y que, por otra, la propia población chilena y mapuche pone en cuestión”. Para Mascareño “la Convención generaba un abismo entre chilenos y mapuches. Asumieron que eran poblaciones totalmente diferentes y no había sino posibilidad de constituirlos en autonomías territoriales independientes.
Se trató fundamentalmente de una propuesta política, y cuando la cultura a través de criterios políticos, se exacerban ciertos rasgos, con objetivos políticos, y se subvaloran otros, para que las cosas aparezcan más delineadas”. Es algo que, espera, pueda reenfocarse en el nuevo proceso que se inicia. “Esto prueba que, si bien hay diferencias, las semejanzas son muchas”. Agrega que “la idea es que sirva esto para una mirada menos capturada políticamente, y construir miradas de reconocimiento.
Y que integren a la población chilena de la zona, que es con la cual los mapuches conviven”. La pelota, en cualquier caso, estará pronto en el lado del nuevo Consejo Constituyente. ¿Hasta qué punto querrá llegar en el tema? Es una pregunta que rondará, probablemente, todo el año. M