Autor: BANYELIZ MUÑOZ
Así es el edificio de cuatro pisos hecho con 70 containers reciclados
Está en La Florida y es el primer proyecto residencial a gran escala construido con este material en Chile El edificio está compuesto por 40 minidepartamentos de 20 metros cuadrados. Ada vez son más los desarrolladores que se animan a usar containers reciclados para uso habitacional y particular. Una de las primeras obras que se montó en el país a mediana escala fue Wine Box, un hotel en Valparaíso hecho con 25 contenedores marítimos de 40 pies, apilados en cuatro pisos. Pero también hay varias empresas que proveen el material para que las personas monten sus casas u oficinas. E inclusive se pueden hacer hasta piscinas con estos recipientes de carga. En la comuna de La Florida se inauguró un edificio que utilizó 70 containers reciclados y se convirtió en la primera gran obra de carácter residencial en altura con este material. El estudio a cargo fue Hsu Rudolphy Architects y el mandante del proyecto, la inmobiliaria Rentus. “La inmobiliaria quería construir unidades para renta residencial (multifamily) y su target son los estudiantes de regiones. Por eso buscaban idear una solución sustentable para ellos y que también fuera cómoda. Son 40 habitaciones en total, de 20 metros cuadrados, que incluyen baño, kitchenet y jacuzzi opcional. Son un lujo. Las unidades fueron concebidas exclusivamente para arriendo (cuestan desde $230.000, incluyendo gastos comunes)”, detalla Gabriel Rudolphy, uno de los fundadores del estudio. Su socio, lan Hsú, menciona que el tiempo de construcción es clave para lograr ahorros y que usar containers era una manera de lograrlo. "Siempre nos llamó la atención el tema de las cosas prefabricadas. Hemos hecho muchas casas en panel SIP (dos caras de madera aglomerada y centro de poliestireno), siempre tratando de buscar la optimización de la construcción. Pero a la vez estamos haciendo algo de calidad. Vimos la oportunidad de hacer esto con containers, que iba en línea con la oficina de trabajar con cosas prefabricadas. Queríamos lograr algo agradable de habitar”, aporta Rudolphy. Fachada ventilada Rudolphy dice que el proyecto pudo haber estado listo mucho antes, pero la pandemia retrasó los planes. Pusieron en marcha la iniciativa una vez que la situación sanitaria mejoró, pero temas administrativos también lo entramparon.
La instalación de los módulos demoró solo un mes y tardaron cerca de un año en terminar el edificio. "Una de las ventajas de este tipo de construcción es que los tiempos de construcción se ven disminuidos en su etapa de obra gruesa, ya que el montaje del container es muy rápido”, precisa el arquitecto. El proceso de construcción fue relativamente simple. Arquitectos a cargo destacan que los tiempos de construcción bajan considerablemente en la etapa de obra gruesa: solo un mes se tardaron en apilarlos. “Primero se ejecutaron las fundaciones, como en todo edificio tradicional. Luego, en vez de seguir con la construcción de muros y pisos, se instalaron las unidades de containers unas sobre otras, aislándolas por dentro, revistiéndolas al interior y al exterior.
Se usó la técnica de fachada ventilada, donde no se ven los containers, sino que están revestidos con una plancha que permite que pase el aire, permitiendo que se ventile y que no le llegué el sol directamente, mejorando las condiciones térmicas especialmente en verano”, explica. Lan Hsú precisa que se utilizaron containers marítimos de 20 pies de largo que fueron reciclados para este nuevo uso. “Una de las gracias es que tienen gran capacidad de carga. O sea, pueden resistir apilados uno sobre otro sin necesidad de estructura adicional. Esto se puede ver en los embarcaderos o en los mismos buques Apilarlos tomó solo un mes. Luego vino el proceso de revestimiento. donde se montan ocho o más, uno sobre otro. En el caso de este proyecto, son solo cuatro pisos de containers apilados”, suma el arquitecto. “Lo ideal hubiera sido traerlos vestidos: listos para habitar. Pero en este caso se trabajó en la misma obra. Se montaron en bruto y después se vistieron por dentro. Se revistieron sus muros o caras con los elementos aislantes térmicos y de protección del fuego requeridos por la norma. También se proyectaron ventanas de buen tamaño para tener una luz natural adecuada, así como también ventilación cruzada. Otra característica es su aislación acústica. Al ser unidades independientes, queda una separación de aire tanto entre los muros como entre los pisos, asegurando una excelente aislamiento acústico”, puntualiza. Destaca que una de las gracias de los containers es que son herméticos, por lo cual la lluvia deja de ser un problema. Los pro y los contra El arquitecto Uwe Rohwedder, académico de la Universidad Central, dice que dentro de las ventajas de construir con containers es que son modulares y se pueden montar unos sobre otros. Pero sus desventajas tienen que ver con el peso. "Son caros de transportar y son muy débiles en su aislación térmica. Para mejorar su habitabilidad se debe invertir mucho en eso”, precisa. "Es muy atractivo construir con este material: es un módulo que está listo para llegar y usar. El problema es que no se pueden habitar así tal cual. Obligatoriamente tiene que ser aislado. Con calor puede ser un horno y con frío, una especie de refrigerador”, advierte su par, Sebastián Cifuentes, docente de la Universidad Mayor. Cada minidepartamento tiene 20 metros cuadrados, un baño privado y una pequeña cocina. Algunos tienen jacuzzi.